En un lugar sin ley: La lucha contra el desaliento

En un lugar sin ley

En un lugar sin ley

Título Original: Ain’t them bodies saints

Director: David Lowery

Guión: David Lowery

Reparto: Casey Affleck, Rooney Mara, Ben Foster, Keith Carradine, Nate Parker

EEUU / 2013 / 96′

Productora: Sailor Bear / Parts and Labor / Primary Productions

Hasta en el cine estadounidense hay una corriente fuera de la ley. Existe un celuloide que se inmiscuye en la ilegalidad, que circula lejos de los blockbusters y los efectos especiales, que convierte a actores en fugitivos y cuya sanción resultante la paga el espectador, que se topa con grandes relatos destinados al deleite…

Hasta en el cine estadounidense hay una corriente fuera de la ley. Existe un celuloide que se inmiscuye en la ilegalidad, que circula lejos de los blockbusters y los efectos especiales, que convierte a actores en fugitivos y cuya sanción resultante la paga el espectador, que se topa con grandes relatos destinados al deleite.

El inicio no puede ser más palpitante: una pareja y un golpe. Cuando atacan, algo falla y él va a la cárcel para cubrir a su amada, embarazada de pocos meses. Pasados unos años separados, el chico cree que ya es hora de juntarse con su familia: y he ahí el interesante arranque argumental.

En un lugar sin ley

Ain’t them bodies saints capta el disgusto: lo mima, lo embellece y lo presenta como el mejor de los bocados cinematográficos. David Lowery estimula bien los sentidos. Sabe hacer poesía sobre el set de rodaje y detallar historias de amor con escenas que casi se palpan. Un buen pupilo de Terrence Malick en eso de plasmar sentimientos (cómo recuerda al realizador de Malas tierras a la hora de componer planos). Él juega con la luz y con las posibilidades que los páramos tejanos le ofrecen: paisajes con aire bucólico y rebosantes de encanto gracias al refuerzo que le confiere la banda sonora. La cámara recoge la aflicción de un amor con trabas, y la lucha contra el desaliento de este par de criminales. El ambiente habla tanto o más que los personajes. Con razón este romance se fue de Sundance con el premio a la mejor fotografía bajo el brazo.

La caracterización setentera del elenco está conseguida, el talante y las actuaciones compondrán el resto. Los protagonistas Casey Affleck y Rooney Mara proyectan química, dulce pese a las amarguras que les toca vivir y creíble pese a los pocos planos que tienen en pantalla juntos. Casey ha dado muestras de su talento en anteriores ocasiones –bien se le podría pegar algo a su hermano Ben eso de transmitir sensaciones–, y Rooney anda por la misma línea. Su revisión de Bonny and Clyde es de lo más atractivo. Ben Foster está soberbio siendo un severo sheriff y Keith Carradine atemoriza al espectador debido a toda la oscuridad que emana.

Con ritmo pausado sin hacerse pesado, el compás propio del género western, y con la añadidura del romanticismo –cuidando cada detalle al mínimo con una delicadeza singular–; así es como avanza el discurso, siempre veteado con las cartas, la única comunicación posible entre Bob y Ruth.

Una joya propia de Sundance, un trabajo que segrega belleza desde cualquiera de sus vértices. Y belleza en bruto, sin pulir, como sólo una puesta de sol puede dar. Silencios intimistas, caricias, contraluces,… hay recursos que son incombustibles a la hora de retratar historias con lirismo. Qué efecto tan bonito se consigue cuando los ingredientes son naturales y se aliñan con pulcritud. Lowery te acaricia, te mira y te abraza a través de la cámara como Bob lo hace con Ruth. Amor puro hacia el séptimo arte.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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