A pesar del excelente arranque, con plano premonitorio del desastre incluido y la extraña y bien conseguida sensación de perturbación de la normalidad que producen los infectados durante la primera parte de la película, el ritmo y la forma caen notablemente a partir de la primera media hora de metraje, no sin antes conseguir secuencias estéticamente interesantes y cargadas de tensión, como son la de la cosechadora, de gran fuerza visual, o la llegada de los militares al pueblo, impactante, notablemente montada y ambientada. Lástima que este principio devenga en maniqueísmo formal y repetitivo con el desarrollo de la historia por el uso de trucos y artimañas estructurales repetidas hasta la saciedad en el subgénero de zombis, plagas, virus y demás elementos dañinos para la salud.
Por tanto, a pesar de que The Crazies es a todas luces un subproducto que aporta bastante poco al género y que eleva su precuela sin ser esta tampoco notable todo sea dicho, se ve con cierta ligereza gracias a su calculado trabajo de dirección y producción, no sin lamentar las posibilidades que ofrecía una película que bebiendo de muchos géneros, no consigue captar la esencia de ninguno
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