París a toda costa
Título Original: Paris à tout prix
Director: Reem Kherici
Guión: Reem Kherici, Philippe Lacheau, Morgan Spillemaecker
Reparto: Reem Kherici, Cécile Cassel, Tarek Boudali, Philippe Lacheau, Shirley Bousquet, Salim Kechiouche, Stéphane Rousseau, Joséphine Drai, Mohamed Bastaoui, Fatima Naji, Nadia Kounda, Julien Arruti, Sibyl Buck
Francia / 2013 / 95′
Productora: Mandarin Films / Gaumont / Canal+
El impulso inmediato es sacar corriendo el smartphone o la tablet y buscar su nombre. ¿Quién es Reem Kherici? Al otro lado de los Pirineos es una joven pero afamada actriz y ahora guionista y directora curtida sobre todo en la comedia y la televisión. Es en 2009, en OSS 117: Lost in Rio (Michel Hazanavicus), compartiendo cartel con el futuro Oscar Jean Dujardin…
El impulso inmediato es sacar corriendo el smartphone o la tablet y buscar su nombre. ¿Quién es Reem Kherici? Al otro lado de los Pirineos es una joven pero afamada actriz y ahora guionista y directora curtida sobre todo en la comedia y la televisión. Es en 2009, en OSS 117: Lost in Rio (Michel Hazanavicus), compartiendo cartel con el futuro Oscar Jean Dujardin cuando empieza a dirigir, poco a poco, su carrera hacia el cine hasta plantarse este 2013 con París a toda costa, una comedia con sabor mediterráneo que basa el impacto de su propuesta en el choque de culturas. Film que además de protagonizar, dirige y escribe.
Hermanada con su paisana 20 años no importan (David Moreau, 2013), París a toda costa comparte escenario (el mundo de la moda parisina), pero olvida el siempre tentador conflicto amoroso de este tipo de producciones para centrarse en el drama personal de su protagonista, Maya; una chica criada en Francia que es deportada a su Marruecos natal por no tener los papeles en regla. Un trasfondo social más que evidente. Y aún cuando el desarrollo de la historia pueda pecar de previsible (lo que ahuyente al espectador más estirado) y algunos personajes, además de estereotipados, parezcan aspirantes a magos saliendo y entrando en escena sin ton ni son, hay que reconocerle a Kherici tanto su capacidad para hacernos empatizar con Maya como su medido sentido del ritmo, regalándonos algunos gags muy ácidos y divertidos. París a toda costa es como un libro abierto que quizás se excede subrayando temas y situaciones, pero ofrece atinadas observaciones sobre el esperpento de las políticas de inmigración y el miedo a aceptar la multiculturalidad.
¿Crítica condescendiente? Puede. Pero porque su mensaje merece ser escuchado. Sobreexpuesto y algo torpón, pero necesario. Y más ahora cuando aquí por ejemplo a la Guardia Civil no se le ocurre otra cosa que disparar en dirección a unos desesperados hombres en busca de un futuro digno. O cuando en la siempre neutral Suiza se ha decidido poner un coto más duro a la entrada de extranjeros. Y aunque París a toda costa hable más de la integración que de la inmigración, son dos temas indisolubles que en un mundo cada vez más globalizado han de estar sobre la mesa en el primer puesto de prioridades. Y es interesante en la película porque plantea el tema desde una perspectiva poco tratada: una joven marroquí según los documentos y francesa por educación y convicción, obligada a tratar con una cultura (la árabe) que desconoce y que no siente como propia a pesar de ser la de sus orígenes. ¿Nuestra cultura viene impuesta por nuestros papeles o es en la que nos criamos? La lógica dicta su respuesta de forma casi inmediata, pero siendo unos animales más irracionales de lo que reconocemos ser, tal como se refleja en la película. O, en casos mucho más extremos, en el grito desesperado que supusieron los disturbios de Francia en 2005 tras la muerte de dos adolescentes de origen africano.
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