Hace justo un año nos enfrentábamos a la misma situación. Se estrenaba Amanecer parte 1 y si bien caía en los mismos errores que enervaban a críticos y defensores del buen cine en general, se mostraba enormemente honesta con su público. Un año después la historia se repite. Y el discurso sigue siendo el mismo.
Bill Condon rodó las dos partes de Amanecer a la vez con lo que sus virtudes y defectos son los mismos, aunque debido a que en esta última entrega la acción vuelva a tener un papel destacado, las carencias del film en cuanto a efectos visuales son imposibles de ocultar. Da la impresión, incluso, de que van buscando quedar en evidencia ante el espectador. Si no, no se explica el por ejemplo, horroroso bebé digital al que han dado a luz los ya vampiros Bella y Edward. Da escalofríos solo recordar la cara del neonato.
Se repite también la sensación que la película podría dividirse en dos segmentos bien diferenciados. En el primero somos testigos de la transformación de Bella, de cómo va asumiendo su nueva condición y descubre sus nuevos poderes. Sigue, en definitiva, el esquema típico de las películas de superhéroes, aunque con un cierto aroma carnal en el ambiente. Toda la sexualidad contenida hasta el momento en la saga comienza a desbordarse un poquito en este eterno epílogo que cierra la saga.
A nivel de personajes es la parte más interesante. Al menos en lo que respecta a Kristen Stewart. Han tenido que pasar cuatro películas y que muriera para que su personaje mostrase algún signo claro de evolución. Tarde pero llega y eso siempre es motivo de alegría. Mientras, Robert Pattinson y Taylor Lautner están en otra parte. El primero ni pincha ni corta y el segundo sigue con su costumbre de desnudarse al tiempo que se le hace la boca agua pensando en su premio.
Es la segunda mitad del film la que concentra las limpias batallas a las que estamos acostumbrados y en la que las pistas falsas y las cabezas ruedan por doquier. Siendo objetivos, tal como sucedía en Amanecer parte 1, apenas se cuenta nada en las casi dos horas de metraje, y sin embargo, hasta que no termina uno no se da cuenta de ello. Como ocurre con la buena telebasura.
Amanecer parte 2 es un buen producto, sabe venderse y tiene muy claro qué público le interesa. Los demás podremos echar pestes sobre su calidad o halagar su visión de negocio, pero el fenómeno está ahí y difícilmente este será su final. El propio desenlace de la película deja tantas posibilidades abiertas que los productores ya están tardando en anunciar nuevos títulos ambientados en el universo creado por Stephenie Meyer.
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