ECC nos invita a contemplar la primera colaboración entre los genios del cómic Brian Azzarello y Lee Bermejo.
«Algún día quizá pueda devolverte el favor«
Les hemos visto juntos en las precuelas de hace poco más de un año de Watchmen (concretamente en los cuatro números sobre Rorscharch), en la reciente reedición de Joker y Lex Luthor… y ECC no podía dejar pasar la ocasión de ponernos los dientes largos con la que fue su primera colaboración para DC (bajo el sello Wildstorm): Estoy hablando, claro, de Brian Azzarello y Lee Bermejo. Uno de los mejores guionistas actuales de cómic (con maravillas como 100 Balas o la Wonder Woman actual a sus espaldas) y uno de esos dibujantes que aparecen de tanto en tanto y que son capaces de hechizarnos con cada viñeta.
Quizá sea el ambiente menos restrictivo del ahora extinto sello Wildstorm, pero en Batman/Deathblow: After the Fire ambos artistas vertieron lo más personal de sus estilos para dar lugar a una historia en la que Batman pasa de puntillas y en la que importan mucho más las decisiones que otros tomaron en el pasado y en cómo éstas son capaces de afectar a nuestras vidas presentes. Azzarello se decanta por lo que más le gusta contar para ofrecernos los barrios deprimidos de una Gotham añeja en los que se desarrollan varias tramas detectivescas que se entrecruzan en el tiempo y en el espacio, desdibujándose a veces la línea que separa pasado, presente y futuro. Bermejo, por su parte, ofrece lo mejor que puede dar su trazo, lleno de ángulos y de sombras, tan propio de una historia que se mueve tras una cortina de humo constante.
La aparición de una mano carbonizada en el peaje de una autopista propicia el que Azzarello inicie, de manera casi simultánea, el relato de dos acontecimientos separados por diez años. Por un lado tendremos a Batman / Bruce Wayne investigando la trama que hay detrás de la dichosa mano y por el otro a Deathblow / Michael Cray persiguiendo fantasmas en una Gotham sin héroes ni villanos pero con un rastro de llamas que conduce al único sitio al que un viejo soldado como Cray no querría ir.
«¿Acaso tengo elección?«
Me ando mucho por las ramas, pero es que lo mejor en este caso es enfrentarse al cómic sin ideas preconcebidas y con mucha paciencia para poder separar unos hechos de los otros y no acabar la lectura hecho un lío. Aunque quizá sea esta la intención última de los autores, que acabemos tan confundidos (y ligeramente frustrados) como los protagonistas de estas historias en las que nunca termina de estar claro qué es verdad y qué es mentira.
Fuego Cruzado nos llega por algo menos de 18 euros y sirve de complemento perfecto a las otras dos novelas gráficas de esta pareja que ECC acaba de poner a la venta. Los extras, por otra parte, sin ser demasiado extensos honran al resto del cómic al permitirnos ver bocetos nunca utilizados e ilustraciones que aparecieron únicamente en la versión norteamericana de este tebeo que, curiosamente, también cumple una década ahora.
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