ECC Ediciones publica el cómic precuela del videojuego Gotham Knights, heredero espiritual de la saga Arkham (aunque sin relación con esta, ojo). Un cómic llevado a cabo por un equipo formado por Evan Narcisse (guion), Abel (dibujo) y John (color) y que es una estimable adición para la librería de cualquier coleccionista completista de la batfamilia y que ya tuvo una primera edición en formato grapa hace poco más de un año.

«Si quieres algo de Gotham, tendrás que pasar por encima de mí»

Por más que se etiquete de precuela, este Batman: Gotham Knights – Ciudad Dorada no es tal, al menos no lo es en el sentido de que aporte información y contexto importante sobre los acontecimientos o personajes centrales del videojuego. Es decir, no esperéis -ni por asomo- algo parecido a lo desarrollado por DC Comics con ninguna de las dos entregas de Injustice. Lo que aquí tenemos es una aventura ambientada en el mismo universo del juego, pero cuya incidencia en el argumento del mismo es tangencial, solo justificada por la presencia del Tribunal de los búhos… que no son más que una distracción para presentar a Vandal Savage como gran villano del cómic.

Para entendernos, si hablásemos de Star Wars, Ciudad dorada sería una historia enmarcada dentro del universo expandido: complementaria y enfocada en agrandar el lore y la mitología de la historia, pero nunca indispensable o necesaria para disfrutar del argumento central de la misma.

Ante esta perspectiva tenemos que ser francos, Batman: Gotham Knights – Ciudad Dorada es una lectura bastante insulsa. Resulta interesante en cuanto a la valentía de crear nuevos caminos y explorar la historia de Gotham desde sus primeros tiempos, pero no invita a ir más allá. Se busca un paralelismo entre la Gotham de mediados del s.XIX con la actual sin demasiado tino por el mismo motivo por el que no encaja como precuela, porque las conexiones entre presente y pasado son tangenciales, rozando lo anecdótico. Además, la misma resolución del misterio y el clímax final no responden más que al capricho de sus autores; es así como podría haber sido de otro modo, no hay un desarrollo orgánico que justifique algunas de las decisiones tomadas, pudiendo resumirse en el tópico de «lo hizo un mago».

Parte del problema radica en que Narcisse, el guionista, está más preocupado en ponderar su discurso reivindicativo sobre la historia y sus personajes en lugar de construir un relato sobre Batman y los suyos que aborde cuestiones sociales. En la narrativa el orden de los factores sí altera el producto.

Como reclamo, el cómic incluye un código canjeable para obtener algunos recursos del juego. Si tenéis la edición en grapa, no os preocupéis, estos recursos son los que ya se dieron en su día, solo que reunidos en un solo código.