Drácula, de Robin Wood

Drácula: El sabor de los clásicos

 

Drácula, de Robin WoodNo es DC todo lo que reluce dentro de El Catálogo del Cómic (ECC para los amigos) y ya podéis encontrar en vuestra librería especializada habitual el primer ejemplar de la Biblioteca Robin Wood, una colección con los mejores trabajos del fantástico autor paraguayo que se irá completando a lo largo de los próximos meses con la publicación de las conocidas Dago, Nippur de Lagash y Dax.

 

Nacido en 1944, Robin Wood es uno de los historietistas más prolíficos en español (aunque actualmente trabaja para el mercado italiano) con una fijación por la historia antigua, preferentemente por la de Sumeria. Su obra está plagada de intrigas políticas, violencia a la antigua usanza y personajes de personalidad arrolladora. Dago, sin ir más lejos, nos cuenta la historia de un noble veneciano víctima de una conjura que se ve convertido en esclavo. Su historia se ha extendido a lo largo de más de 200 números y en uno de ellos aparece el conde Vlad Dracul, protagonista de este tomo recopilatorio.

 

¿Por qué iniciar el recorrido por la obra de Wood con un spin-off de su obra más aclamada? La razón que pilla más a mano es que, efectivamente, Drácula es un personaje sobre el que nadie puede alegar desconocimiento y del que siempre hay un par de proyectos en el aire (no podemos olvidar la próxima cinta de Dario Argento ni el Harker de Warner Bros.) Pero también es una buena razón el hecho de que Drácula es una historia que bien se puede compilar en un único tomo y sirve como perfecta toma de contacto con el ritmo narrativo de Wood y el estilo artístico de Alberto Salinas, la misma dupla que veremos en las primeras entregas de Dago.

 

Drácula, de Robin Wood

 

Pero centrémonos en este tomo. Lo más atractivo y lo que convierte al Drácula de Wood en un cómic imprescindible para los fans de la novela de Bram Stoker es, precisamente, que se aleja por completo de cualquier leyenda de magia negra y pactos con el diablo para presentarnos al personaje histórico de la manera más fiel posible (lo cual no es muy fácil dada la falta de documentos fiables) a la par que se libera de cualquier atadura moral y nos presenta una orgía de salvajismo protagonizada por un hombre tan temido que llegó a parecer demoníaco a los ojos de sus contemporáneos.

 

Porque Vlad Dracul, protagonista y narrador de su historia, se nos presenta no como un héroe, sino como una fuerza imparable del destino, como una encarnación de su propia tierra que hará lo que deba para liberarla de la tiranía de los extranjeros. Nada que no podamos ver actualmente en las noticias, más concretamente en la sección Internacional.

 

Y para dotar al relato de la fuerza que se merece hace acto de presencia el genial dibujo de Alberto Salinas. Para entender el estilo del malogrado dibujante argentino (murió en 2004 en un accidente mientras limpiaba un arma de fuego) debemos mirar atrás, concretamente a su padre: José Luis Salinas, uno de los dibujantes más reconocidos de la escena argentina. Los trazos de Salinas, tan cercanos a los de su progenitor, desprenden el aroma de las obras cumbre del cómic clásico y son tan ricas en detalles que cada viñeta puede ser admirada por separado, convirtiéndose en una pequeña obra de arte en blanco y negro.

 

Drácula, de Robin Wood

 

ECC nos trae esta primera entrega de la Biblioteca Robin Wood en una edición bastante cómoda de tapa blanda, precio ajustado (9,95 €) y unas 130 páginas con los siguientes contenidos:

 

Introducción de Robin Wood: El autor se ha involucrado activamente en esta edición, hasta el punto de reescribir los textos de las últimas 25 páginas de la historia, que se edita por primera vez de manera íntegra y sin censura.

Drácula, de Robin Wood y Alberto Salinas.

A Sangre Fría: Una reflexión final de Jorge García sobre la obra de Robin Wood.

Biografía de Robin Wood y Alberto Salinas.

Presentación de la Biblioteca Robin Wood.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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