Tras el buen sabor que nos dejó la adaptación al manga de Romeo y Julieta publicada por Norma Editorial dentro de su línea Clásicos manga, nos aventuramos a repetir experiencia con una de las obras capitales de la literatura gótica (aunque su fama e influencia la haya terminado por asentar entre las novelas de terror): Drácula, de Bram Stoker. Publicada originalmente a mediados de 1897, la obra más conocida de Stoker ha pasado por el teatro, la radioficción, cine, TV… y el mundo del cómic.

«El hechizo del mal había sido roto, y nuestra querida muchacha era ahora libre«

La adaptación que nos ocupa, escrita por Stacy King e ilustrada por Virginia Nitouhei, mantiene el estilo epistolar de la obra original. Detalle importante porque puede echar atrás a más de uno, pues se trata de un tipo de narrativa que puede hacerse un tanto pesada, más aún con el lenguaje sobrecargado de la época. Frankenstein de Mary Shelley, por ejemplo, es otra novela que sigue el mismo estilo. Resulta interesante en cuanto a que permite a los diferentes protagonistas ser narradores y protagonistas al mismo tiempo, dando cuenta de lo acontecido según sus experiencias y opiniones. Y en una obra como Drácula, con un reparto tan coral, ofrece un enorme atractivo en cuanto al desarrollo de personajes.¿La pega de este estilo? Que si no se hace bien, la historia puede perder en dinamismo.

King es valiente al respetar las formas, pero igual no es la opción más acertada, puesto que por momentos estamos con la impresión de que se producen demasiados «cortes» y que los hechos se producen de forma muy atropellada. Esto se percibe sobre todo en los capítulos iniciales del manga (cuando conocemos a Drácula y a Jonathan Harker, que es quien nos hace de narrador en estos primeros pasajes). Uno acaba acostumbrándose, pero el exceso de fidelidad hace que el traslado de formato no resulte del todo satisfactorio, la obra está demasiado encorsetada por la forma y no explota las posibilidades que da el medio.

Esto también podemos apreciarlo en el trabajo de Nitouhei a los lápices. Realiza una labor muy funcional, pero carente de personalidad. Hace un dibujo totalmente intercambiable, incapaz de sumergirnos en la oscuridad de la novela original.

Clásicos manga: Drácula es una obra recomendable para admiradores del monstruo concebido por Bram Stoker interesados por las diferentes versiones del mismo. Poco más.