Drácula de Bram Stoker

Drácula de Bram Stoker: Me gustó más el libro

Drácula de Bram Stoker«Su alma no puede salvarse, está condenada«

 

Tendría trece o catorce años cuando, en casa de unos familiares, un primo quiso que viera con él el Drácula de Francis Ford Coppola. Impresionable como era a esa edad (y poco aficionado a lo sobrenatural por aquella época) no aguanté de ese filme ni veinte minutos, asustado por el festival de sangre y colmillos que prometía. Sin embargo, no pasaría ni un año cuando cayó en mis manos la novela original en la que se basaba el mítico filme. El Drácula de Bram Stoker me fascinó de tal manera que la he vuelto a releer en al menos otras dos o tres ocasiones, y en alguna de ellas la he devorado en un único día de lectura obsesiva. La manera en la que Stoker, con su narrativa epistolar, logró que la acción nos siguiera pareciendo extraordinariamente cercana, el carisma de cada uno de los personajes, la actuación y el protagonismo coral… Me volvieron loco, encumbrando a esta historia al Olimpo de mis novelas favoritas durante años.

 

Con las ideas renovadas, decidí que ya estaba preparado para enfrentarme al filme de Coppola… Y me volví a dar de bruces contra él, desencantado por una historia que derivaba de forma incomprensible hacia el erotismo y un romance que nunca estuvo en la historia original y que me enfadaba porque, pensaba, menospreciaba la fuerza que poseía el personaje de Mina Harker, al convertir a la fuerte heroína de la novela en una doncella enamorada víctima de sus propias pasiones.

 

«Las mentiras de los hombres la apartaron de su príncipe«

 

Han pasado los años y, tras un paréntesis larguísimo sin poder reeditarlo, Norma Editorial nos trae de nuevo la versión en cómic de la famosa película que realizaron Roy Thomas (¿acaso necesita presentación el primer guionista de Conan el Bárbaro para los cómics?) y un Mike Mignola que aún no se había sumergido en el rico mundo de su querido Hellboy. Y me doy cuenta de una cosa: de pequeño siempre quise ver en pantalla exactamente lo que había leído en mis novelas o cómics, sin que se moviera una coma, pero de mayor he descubierto que reinterpretar una obra, pero manteniendo su alma y su intención es un arte al alcance de muy pocos. El Drácula de Coppola (y por extensión el de Thomas y Mignola) sigue sin convencerme en algunas de sus ‘variables’ (tampoco lo ha hecho con el guionista, como ha llegado a afirmar en alguna ocasión), pero he de admitir que mantiene el tono y el espíritu de la obra original de 1897.

 

Drácula de Bram Stoker

Drácula de Bram Stoker

 

El cómic que tenemos hoy entre manos es un calco cuasi-perfecto de la cinta (que ahora ha llegado a su edición en 4K, lo que motiva la recuperación de este cómic, al menos en Norteamérica). Su guionista sabe trasladar con agilidad lo que vemos en la pantalla a las viñetas sin que el cómic se resienta y Mignola (ya con muchos detalles que terminarían de desarrollarse en su obra cumbre) captura a la perfección el estilo y el ambiente tanto de la película como del libro en el que ésta se apoya. El cómic que tenemos hoy entre las manos es todo un regalo para los fans del trabajo del director estadounidense y del artista californiano, pero un servidor se quedará siempre con la fantástica y sugerente obra del autor irlandés que ahora vuelve a apetecerme releer.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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