El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace

El Caballero Oscuro – La leyenda renace: Todo llega a su fin

El miedo es una de las constantes del cine de Christopher Nolan, al tiempo que uno de los pilares sobre los que se asienta el mito de Batman. Miedo es lo que se siente al escuchar la voz de Bane por primera vez. La voz del hombre que conoció la identidad de Bruce Wayne y quebró al murciélago. Porque podía. Miedo es lo que se siente al vivir la secuencia de acción que abre la película (una de los mejores momentos de toda la saga). Testigo voluntario, uno comprende enseguida que no hay escapatoria, la situación que se plantea solo puede resolverse de una forma. Es inevitable. Y Bane no disfruta, no se inmuta. Hace lo que debe.

 

El caos por el caos es peligroso. El caos promovido por los extremismos, más. Nos recuerda lo sencillo que es doblegar una voluntad, la perversión de los ideales más nobles y la fe irracional en un sistema, en una religión… Es un miedo real. Bane representa ese temor.

 

The Dark Knight Rises / Bane

 

Las ideas corren como la pólvora entre la gente. Una idea puede cambiar el mundo. la devastación arbitraria, el destruir por destruir para llegar a un estadio de anarquía absoluta es inconcebible para el grueso de la sociedad. Pero la violencia perpetrada para socavar los cimientos de un sistema (político, espiritual, monetario… el que sea) y suplantarlo por otro, sí es asumible. Un villano como el Joker de Heath Ledger es peligroso porque es imprevisible, no tiene motivaciones materiales, hace el mal por diversión y considera el caos como único orden realmente justo. Nunca sería capaz de arrastrar a nadie consigo porque ¿quién querría acabar con un mundo y dejar un vacío en su lugar? El Bane de Tom Hardy, en cambio, persigue un ideal (discutible o no). Es un agitador que se sirve de la violencia como arma revolucionaria y la historia ha demostrado que bajo determinadas condiciones, esta despiadada «herramienta» es capaz de cambiar el rumbo de naciones enteras.

 

Intentar comparar a Bane con Joker es un embuste, al igual que lo era confrontar a Jack Nicholson con Ledger. Sí, comparten un mismo universo, pero sus motivaciones y objetivos son muy diferentes. Por no hablar del reto que suponen para Batman y hasta donde son capaces de forzarle. Son villanos distintos. Terroríficos ambos, capaces de dejar en evidencia a cualquier otro malvado del género superheroico. La aproximación a la realidad es lo que provoca. Gustará más Bane o gustará más Joker, eso es cuestión de cada uno, pero minusvalorar a uno porque ofrece algo distinto es una absoluta injusticia y una hipocresía. ¿Por qué? Porque luego, cuando llegan dos películas con propuestas muy similares, enseguida saltan las voces clamando contra la falta de ambición y originalidad de Hollywood.

 

Un tipo con muchos amigos

 

En contraposición a la perversidad de Tim Burton y su obsesión por los héroes (protagonistas) solitarios e incomprendidos (y a diferencia también del carnaval de Joel Schumacher), Nolan siempre ha dado mucha importancia al mundo en el que se mueve Bruce Wayne, rodeándolo de gente. El cineasta británico siempre que puede alude a la aflicción del murciélago por la dramática muerte de sus padres y en cuanto puede le obliga a abandonar Gotham con el fin de mostrar esa soledad. Sin embargo, es pisar la ciudad y le crecen los amigos por todas partes.

 

The Dark Knight Rises / John Blake

 

En esta nueva entrega los aliados del cruzado enmascarado de multiplican. A los ya archiconocidos Alfred (Michael Cane), Gordon (Gary Oldman) y Lucius (Morgan Freeman), se suman Anne Hathaway, Marion Cotillard y Joseph Gordon-Levitt. El látex le sienta de maravilla a Hathaway (y gracias a él seguramente copará los sueños húmedos de muchos fans), pero su personaje no enamora. Esta Catwoman carece de la ambigüedad que se le presupone y que tan carismática la ha hecho en las viñetas. Actúa más obligada por las circunstancias que por propia iniciativa y el dramatismo de la historia cohíbe los jugueteos con Batman. Supone una pequeña decepción, pero previsible, ya que Nolan no se caracteriza precisamente por sus grandes personajes femeninos. Por ello tampoco es de extrañar que Marion Cotillard esté un poco perdida (como lo estuvieran Katie Holmes y Maggie Gyllenhaal). Siempre da más brillo al cartel contar con un nombre como el suyo, aunque el rol que ocupe no le permita lucir su talento.

 

Es el tercero de los citados fichajes el que tiene más que decir en esta conclusión de la saga. Porque, tal como sucedía con Aaron Eckhart en El Caballero Oscuro, el tapado, Gordon-Levitt, se revela como uno de los impulsores de la historia. John Blake funciona como contrapunto incorruptible que deja en evidencia el proceso de envilecimiento de Gotham y las mentiras de muchos de los personajes de la película. Cuando todo el mundo duda, él sigue luchando. Quizás se le podría reprochar ese virtuosismo, pero en un mundo con tanto gris tirando a negro, un poco de blanco equilibra la balanza.

 

Revolución para el pueblo

 

Cuando se estrenó Batman Begins no fueron pocos los que hablaron del contagio del espíritu post 11-S en el film. Y ahora tampoco faltarán las referencias al movimiento indignado. Las hay, y el tiempo colocará a algunas de sus imágenes como iconos de esta lucha, como el atraco a la Bolsa. La tiranía monetaria nos pudre de tal forma que ya ni siquiera es tangible, basta con unos supuestos valores y expectativas apuntados en la pantalla del parquet para que unos pocos marquen el destino del mundo.

 

The Dark Knight Rises / Batman and Catwoman

 

Bane azuza a la masa para que tome las calles y se sume a su revolución, que haga pagar a los poderosos y les enseñen como es la vida real. Idealismo puro y duro que a pesar de venir de un hombre sin escrúpulos cala en el espectador y le hace fantasear con los dirigentes actuales desfilando para ser juzgados por el pueblo. Pero ya sea por la falta de ambición, afinidad o valentía, Nolan no explota la situación hasta las últimas consecuencias. Todo lo contrario, desvirtúa el discurso y convierte al instigador en un pseudo-dictador que impone la ley del terror. Bane se llena la boca machacando a una ciudad podrida en su misma estructura, pero sustituye un mal por otro.

 

Todo el mundo piensa en lo mejor para el pueblo, pero nadie le pregunta a él. Difícil por otra parte, pues el pueblo no sale. Ni para apoyar a Bane ni para recuperar la ciudad cuando Batman se erige como libertador y necesita apoyos. De un lado solo hay reclusos fugados y del otro fuerzas de seguridad. Siempre para y por la gente de a pie. Nunca con ella.

 

Culminación de una obra

 

Siguiendo el ejemplo de Frank Miller con su visión del cruzado enmascarado (Año Uno, El Regreso del Caballero Oscuro y El contraataque del Caballero Oscuro), Nolan ha terminado de construir la obra con la que ha redefinido el género superheroico en el cine. Prueba de ello es su influencia en títulos Marvel como The Amazing Spider-Man o Iron Man 2. Como ocurriera con Miller, pasará tiempo hasta que alguien pueda ofrecer otro punto de vista con la misma repercusión.

 

The Dark Knight Rises / Bane

 

Pero claro, el director británico ha tenido en el artista de Maryland a su musa. Hablar de cualquiera de las entregas de este Batman sin mencionar cualquiera de las obras antes citadas es imposible. Y su presencia en esta La leyenda renace es mucho mayor de lo que pudiera presuponerse de antemano. Aunque, eso sí, la visión de Nolan no es tan desesperanzadora. Sin entrar en detalles para no spoilear, resulta muy interesante comparar, por ejemplo, El Regreso del Caballero Oscuro con la película y comprobar como se adaptan determinados conceptos de un universo al otro, como su ejército de murciélagos, que surge de las mismísimas alcantarillas de Gotham.

 

Pero volviendo al inicio del epígrafe, lo encomiable del film es su encaje con respecto a la trilogía iniciada en 2005, conformando una obra con muy pocas fisuras (a pesar de alguna que otra elipsis bastante tramposa de The Dark Knight Rises para evitar –o porque no sabe cómo– dar explicaciones).

 

En esta última entrega se ha ido sobre seguro repitiendo algunos esquemas de las anteriores (lo que muestra los primeros signos de desgaste de la saga) y ha hecho mucho más énfasis en la acción y a la música de Hans Zimmer para poder aguantar (con éxito) las dos horas y 45 minutos de metraje. A Chris Nolan poco le queda decir ya sobre Bruce Wayne, por lo que su salida (y la de Christian Bale) de la franquicia garantiza que al menos ellos no serán los responsables de un eventual suicidio. El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace supone un punto en la saga. Aparte o final dependerá de quien tenga el valor de coger el testigo.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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