El mapa de Chillida no es solo el primer cómic como autor completo de David Marto, sino una puerta para acercarse al trabajo de Eduardo Chillida, quizá el escultor más importante que ha dado España. Lejos de abordar la biografía tipo, Marto apuesta por presentar al artista a través de su obra y de la mirada de una protagonista -que podría ser la nuestra- a quien acompañamos a lo largo de un viaje personal. El cómic, además, incluye un completo dossier dedicado a Chillida, dándole un estimable carácter divulgativo que enriquece aún más la experiencia. Sobre estas y otras cuestiones relativas al proceso de creación de El mapa de Chillida charlamos con su autor, David Marto.
Pregunta: ¿Cómo surge la idea o propuesta de dedicarle un cómic a la figura de Eduardo Chillida?
Respuesta: Todo empieza en el Museo Reina Sofía, yo llevaba un tiempo trabajando en su tienda y fue allí donde comencé a profundizar en la obra de Eduardo Chillida. Veía algunas de sus obras por el museo y me compré un catálogo de una retrospectiva, que fue el primero de muchos otros libros sobre él que vendrían después. Me enamoré de su trabajo y de su mensaje tolerante y abierto.
A mí siempre me ha gustado la relación entre el arte y las viñetas, veía los cómics que museos como el Prado o el Thyssen publicaban para complementar algunas de sus exposiciones y yo quería hacer algo así.
En el 2021 me di cuenta de que al año siguiente se cumplirían 20 años de la muerte de Eduardo Chillida, por lo que me puse a elaborar un proyecto de cómic en torno a él por si al museo le interesaba publicarlo. Elaboré un guion, dibujé las primeras diez páginas y les presenté un dossier con mi idea. Mi sorpresa fue que les encantó y me dijeron que la mejor fecha para su publicación era el 2024, ya que el centenario del nacimiento del artista iba a celebrarse por todo lo alto con una amplia programación de actividades, exposiciones, publicaciones y conferencias.
P: Lo primero que llama la atención del cómic es su encuadernación, ¿cómo se definió ese formato y presentación visual del tebeo?
R: Desde Norma Editorial decidieron apostar fuerte por la estética de la edición, querían hacer una pieza muy cuidada y cercana a lo artesanal. Por eso el cómic tiene ese acabado con la portada en crudo, lomo de tela y estampación manual.
Cuando vi el libro me quedé impresionado, me parece súper bonito. Desde luego, hay que felicitarles porque han trabajado mucho para que quede tan bien. La labor editorial de Norma en general me ha impresionado, han hecho crecer el libro y crear una obra redonda entre la parte estética que comentamos y la documental, al incluir un dossier tan completo sobre Eduardo Chillida al final del libro.
P: ¿Y respecto al prólogo, que viene firmado por nada menos que Álvaro Martínez Bueno?
R: Otra cosa más que me impresionó, no me lo esperaba. Que alguien tan top en el mundo del cómic como Álvaro escribiera el texto de introducción para El mapa de Chillida me pareció una pasada. Pero es que cuando leí el mensaje tan interesante que había escrito sobre Chillida y su posible interés por los cómics, citando algunos de los autores que probablemente le hubieran fascinado, y sobre todo, cuando vi de qué forma hablaba sobre mi trabajo, me emocioné mucho. Solo puedo agradecerle su tiempo y las palabras tan bonitas que me ha dedicado. Si he conseguido transmitir toda esa sinceridad y entusiasmo que menciona Álvaro, puedo estar más que satisfecho. ¡Mil gracias!
P: ¿Siempre estuvo sobre la mesa el abordar la obra de Chillida a través de otros personajes, o se llegó a plantear la idea de un cómic de carácter biográfico?
R: Desde el principio tuve claro que no quería hacer una biografía, pensaba que hacer un cómic así podía atraer menos al lector, así que decidí que quería combinar la historia de Chillida con la de una joven que fuera conociendo poco a poco al artista, para que así quien lo leyera fuera aprendiendo con ella. Esa combinación me parecía más entretenida y fácil de leer.
Por supuesto, con este viaje quería acercar principalmente las obras públicas de Chillida, aquellas que, según sus palabras, pertenecían a mucha más gente. Y hacerlo en homenaje al abuelo que Marta ha perdido y que le había transmitido todo ese amor por el arte y por Chillida, surgió porque mientras me documentaba y escribía las primeras ideas del libro, falleció una tía mía que era como una abuela para mí. Mi tía Lubi.
P: En el cómic, a través del viaje de tu protagonista, visitas algunas de las obras de Chillida, ¿cómo fue la selección de obras que iban a aparecer? ¿Hubo algún criterio concreto a seguir?
R: Después de estudiar las ciudades de España en las que hay esculturas públicas de Chillida, fui eligiéndolas tratando de llevar una lógica en cuanto al desplazamiento que Marta iba a hacer e intentando que hubiera variedad según el tipo de obra que visitaba, el concepto y el material del que está hecha. También un poco por mi gusto personal.
Es verdad que, entre las obras elegidas, predomina el hormigón, pero el acero y la tierra chamota también tienen su espacio. Además, hablar de una escultura en concreto, a veces me ha servido para relacionarla con otras que no estaban en ese lugar o incluso mencionar algún proyecto que no se llegó a materializar, como el de Tindaya. Así tenía la oportunidad de mostrar más riqueza y variedad.
P: En relación a la pregunta anterior, ¿cómo fue el proceso de documentación?
R: Fue un proceso muy bonito, cuánto más descubría de Chillida más me iba interesando y enamorando de su obra, y a su vez, más veía que me quedaba por descubrir.
Empecé con un catálogo de una retrospectiva que hubo en el museo Reina Sofía hace muchos años, yo era un pequeñajo cuando se hizo aquella exposición. Después vinieron dos libros clave para mí, Escritos del propio Eduardo Chillida y Conversaciones de Susana Chillida, su hija. A partir de ahí también me serví de la guía del museo Chillida Leku, un libro de fotografías de sus obras públicas, artículos y noticias que encontré por internet, y un par de tesis sobre la relación entre las esculturas del artista donostiarra y la arquitectura.
P: ¿Cómo surge la idea de plasmar extractos del diario de la protagonista, con sus textos y dibujos hechos a mano, a lo largo de la aventura?
R: Yo siempre suelo moverme con un cuaderno y algunos lápices en la mochila, me gusta registrar momentos, lugares y personas. También pego entradas de cine o museos, hago collages y experimento un poco. Al final, todo esto forma una especie de diario de mi vida, un registro de experiencias que quería que Marta, la protagonista, también tuviera. Además, las páginas de su cuaderno sirven para cerrar cada capítulo y que ella escriba lo que ha sentido frente a las esculturas que visita y dibuja.
Como curiosidad, los textos que aparecen junto a esos dibujos, los escribió mi hermana. Le pedí que lo hiciera ella para que se viera una letra más femenina que la mía.
Y también debo decir que he intentado hacer todos los dibujos de esos cuadernos in situ, frente a las esculturas del recorrido. Solo me han faltado dos, la de Guernica y la de Sevilla.
P: En tu opinión, ¿quién crees que es el público potencial de la obra?
R: Cualquier persona que quiera acercarse al mundo de Eduardo Chillida puede empezar con mi cómic, independientemente de su edad, porque podrán descubrir algunas de las obras e ideas clave del escultor mientras acompañan y conocen a Marta en este viaje. Creo que puede gustar a cualquiera al que le interese el arte en general, los viajes y las historias que reflejan la vida misma, aquellas que muestran los sentimientos de dolor, amor, vacío y búsqueda que nos son tan propios.
Fotos cedidas por David Marto.
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