El director Alfredo Montero nos presenta La Cueva, su debut como director de largometrajes.
Oírle hablar es como un soplo de aire fresco y energía. Un cineasta con las cosas claras y con ganas de experimentar. Un director que al principio los actores le pueden odiar, aunque después le amen y agradezcan haber participado en alguna de sus andanzas. Un hombre que todo club de espeleología estaría encantado de fichar. Un aventurero. Un amante de su tierra. Un defensor del séptimo arte. Alfredo Montero es un currante que presenta película, La cueva. Atención a él y a su ópera prima.
Una historia que pareciese real
Ese era el objetivo, hacer una peli realista. Las actuaciones funcionan muy bien, y yo quería enseñar algo que le pudiese pasar a cualquiera y que el espectador lo sienta en primera persona a los personajes. Estaba buscado el realismo y el lenguaje mediante un híbrido entre lo casero y lo cinematográfico. Si es muy casero, es aburrido, pero el hecho de que el chico que graba busca como pequeños errores que le cuesta encontrar el foco, o que están entrecortadas las cosas, ayuda a captar la atención.
La cámara, su gran aliado
Los pequeños detalles aportan realidad, porque es un montaje más abrupto; se supone que alguien ha encontrado esa cinta y que tal cual la ve, sin montaje ni nada. Mi desafío era justificar cosas que son difíciles de justificar, tanto como que la batería dure tanto: la batería no dura cuatro días, dura lo mismo que la cinta, ochenta minutos. Y de hecho menos, porque sin el prólogo se queda en menos. Las baterías de ese tipo de cámara duran dos horas. Si yo enciendo y apago dura más. Otra cosa es la antorcha, y también que él puede llevar más baterías cargadas y pilas, hay momentos en los que no graba y el personaje puede recargar. Hay una ínfima parte grabada de lo que se supone que les pasa a ellos. Además, no se dice qué tipo de cámara usa, lo que da mayores posibilidades.
Esto esta buscado desde el guion, evidenciar mucho las cosas técnicas de cámara todo lo posible. Al principio el chico que graba lo hace por hacer el imbécil, porque todos somos gilipollas y hemos grabado todo, lo usa después cuando ve que se le quedará en una anécdota en un video para su blog, y luego para ver en la oscuridad, y luego ya más profundamente lo hace porque está pasando por algo muy chungo, y si lo ves a través de una cámara, lo puedes digerir más fácilmente. Una vez se pasan de la rosca, si lo enseñamos estará más justificado, y nos perdonarán o no. Además, está como elemento de supervivencia: la visión nocturna te da el poder de ver sin ser visto.
Inspiración in situ
Cuando descubrí la cueva me acojone bastante. De hecho hice un casting de cuevas, hay muchísimas. Como dice Julio Medem en Lucia y el sexo, Formentera esta hueca por dentro, unas grutas son de treinta metros y otras no se saben dónde acaban. Unas son bóvedas, perfectas para una temática de sectas, (ríe)… Haciendo búsqueda encontré ésta porque había muchas que eran muy peligrosas, porque se metían en la tierra pero hacia el fondo en vertical, otras estaban hechas de un material terroso. Cuando vi ésta, supe que ahí había una película: son galerías largas, laberínticas, con estalactitas, grutas submarinas, era tan fácil perderse en ella… Está hecha de un material rocoso duro que hace que no sea peligrosa, porque no se nos iba a caer encima. Escribí el guion en función de su construcción. Justifiqué cosas en relación a su fisonomía. Me ayudó tanto para la técnica como para la narrativa, y para entender a los personajes, que era mi intención como guionista y me ayudó mucho.
En el set de rodaje
Ese ambiente provocaba ya de por sí el pánico, y está rodada de manera cronológica, lo que ayudó a la degradación física y el agotamiento mental que teníamos al final de la jornada; era criminal, y eso jugaba en función de los actores. Quedaba mejor cuando llevábamos varias tomas chungas; si no veías que el actor no estaba sufriendo de verdad, la toma no valía. Todo el mundo tenía que estar perfecto en la toma para provocar el verdadero terror.
Era muy peliagudo esconder al microfonista, al ayudante de dirección, etc. Todo era un cristo tremendo, pero fue una comunión tan bonita entre todos que eso propició que la peli fuese para adelante.
Es complicado mostrar los primeros diez minutos de película con los últimos. Construir eso de manera equilibrada y que no se perciba era lo duro, además ésta es una película de terror sin música ni efectos sonoros. No hay golpes de «Tachan» que te puedan asustar, cuando los sustos de pelis no funcionan, les meten musiquitas, pero aquí había que contar con sustos naturales, sus actitudes, etc.
Dos grabaciones
Las condiciones de ambos rodajes fueron las mismas. Pero ahí sí que esta la inversión de Morena Films, escribimos la historia junto a Javier Gullón y Juan Gordon, mejorando las escenas, y las montamos junto a Nacho Ruiz Capillas. Vimos los cambios y funcionaban bien, y fuimos mejorando tanto que tenemos cuarenta minutos nuevos. Hay más interacción, más escenas de sustos, y el prólogo es nuevo. Es la misma, pero mejor, no más comercial como se dice, porque parece que eso es negativo: hemos mejorado la película.
Los actores
Les entusiasmó el proyecto, pero sí que se agobiaron bastante. Les había enseñado fotos y videos; los actores siempre te dirán que sí, pero la verdad es que lo pasaron mal, porque agobia mucho. Pero estuvieron encantados de volver dos veces. Yo seleccioné a los mejores que me pasaron del casting previo. Eva García-Vacas hizo un casting tan bueno que cambié su personaje en función de su persona. Escribí el guion de la manera más natural posible. Hay muchas cosas transcritas de una excursión que hice yo con mis amigos a la cueva, esas bobadas que se hacen en el avión, en las acampadas, que todos hacemos, (ríe). Pasé el texto a los actores y les dije que lo reescribieran tal como ellos lo dijeran. Yo lo volví a unificar todo después.
El terror actualmente en España
Tiene una salud envidiable, y gracias a directores e historias originales es un género que se respeta mucho en todo el mundo, menos en España. Porque fuera la gente va al cine y el IVA es decente. Las producciones españolas se ven más fuera que aquí. La taquilla aquí está fatal, no hay un solo culpable, pero el género goza de una salud muy buena y hay directores muy respetados y admirados fuera de aquí.
La gente va a descubrir en La cueva una película hecha de manera original y con elementos nuevos, lo pasará maravillosamente si le gusta el terror, sufriendo mucho. No tiene nada que envidiar a cualquier película americana hecha en found footage. Los mismos efectos en una película americana se le perdonan mientras que los mismos en la española se le critican.
Remake a la vista
Hay ya firmado el remake, a mí me parece genial, mientras no lo tenga que dirigir yo, que afortunadamente no me lo han propuesto (ríe). Para mí es un orgullo tremendo que se haga una gran producción. Ellos sí que lo van a hacer en un estudio, con actores más conocidos. La nuestra la distribuirá Filmax internacionalmente. Es una alegría todos estos logros, ha sido una experiencia increíble.
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