Greg Olliver dio la campanada con su retrato de Lemmy, el genuino vocalista de Motörhead. Ahora sorprende desligándose del documental con su nuevo trabajo, Devoured, una cinta de terror psicológico que fue proyectada por primera vez en el pasado Festival de Cine Fantástico de Bilbao. Olliver atendió nuestra llamada desde su hotel en la ciudad vasca y nos perfiló su personalidad emprendedora, su corta carrera hasta el momento y sus futuros proyectos.
Pregunta: ¿Por qué traer el film a España?
Respuesta: Bueno, estábamos buscando un buen festival donde proyectar la película y nuestra actriz es española así que pensamos que sería bueno hacerlo aquí. Sé que este festival gusta de buenas películas de terror y me emocionó que quisieran que nosotros formásemos parte de ello.
P: El proceso de casting se realizó sin que los actores hubiesen leído el guion
R: Sí. No queríamos mandar muchos guiones por ahí porque al final de la película hay un gran giro. Además creo que los actores no leen todo lo que les llega antes de ir al primer casting, así que simplemente les dijimos “adelante, es para una película de terror” y estamos muy contentos de que Marta lo intentase. Y creo que es un poco raro hacerles leer para la primera prueba así que les dijimos que hicieran algunas cosas en el momento, y creo que se puede aprender mucho sobre alguien si no han hecho un montón de preparación para lo que les estás pidiendo. Conocimos a Marta, nos gustó muchísimo y le dimos el papel, y creo que a ella también le gustó eso (ríe)
P: Después de un documental ¿cómo te has enfrentado a la dirección de actores?
R: He dirigido actores bastantes veces. Intenté hacer una comedia en el 93 que nunca terminé. He hecho muchos documentales hace poco y es muy diferente de hacer películas como esta. Es muy divertido el poder dirigir actores que quieren ser dirigidos. Mi último documental, sobre Lemmy, de Motörhead y él no quería ningún tipo de dirección, quería que me fuese todo el rato. Es muy divertido tener a alguien como Marta que tenían ganas de ser dirigidos, es un placer y muy divertido.
P: ¿Hubo improvisación o fuiste estricto?
R: No hay mucho diálogo en la película, pero sí hay mucho de Marta, que aparece en todas las escenas. Podía haberle dicho “quiero que llores” pero no lo necesitaba porque ella ya lo había interiorizado, y hay otras escenas donde ella tiene conversaciones con otros personajes y todo fluye de forma natural cuando les dejas simplemente hablar, aunque al final los diálogos son muy cercanos a lo que había en el guion.
P: ¿Cómo fue el rodaje nocturno en el restaurante donde transcurre la acción?
R: Filmamos en un restaurante del Soho neoyorkino, un restaurante muy ajetreado que tiene un amigo. Él nos dejó grabar ahí con la condición de hacerlo cuando estuviese cerrado. Así que imagínate un sitio donde la gente va tarde por la noche y donde teníamos que esperar a que terminasen de comer. No empezábamos a grabar hasta la una de la mañana y filmábamos hasta las diez de la mañana, y todo esto durante 28 noches. Fue terrible (ríe). Mi amigo estaba un poco preocupado porque pasan un montón de cosas horribles en restaurante y al principio quería que cambiásemos el nombre del local pero era difícil ocultarlo, así que aceptó que lo dejáramos. Su padre empezó a llevar el sitio en los setenta y él estaba de acuerdo. No es una película que promocione el restaurante (ríe) pero fueron muy majos dejándonoslo.
P: ¿El hecho de que la protagonista sea una inmigrante intenta ser un reflejo de la situación actual?
R: No teníamos ningún mensaje, es simplemente la realidad de Nueva York y gran parte de América: hay muchos inmigrantes trabajando, es algo que simplemente te esperas que sea así. Por eso, como teníamos un restaurante, también teníamos que construir un personaje que trabajase ahí y por eso elegimos una mujer que estuviese limpiando por la noche. No es sorprendente encontrarse algo así en Nueva York o los Estados Unidos; no estábamos tratando de decir nada con este personaje, solo intentábamos hacerlo parecer real. Hay mucha gente que trabaja duro en los Estados Unidos para mandar el dinero a su familia. Eso es así. No era nada sobre lo que realmente tuviésemos que pensar, es algo muy común. Solo intentamos captar todo lo más real que pudimos.
P: Tu próximo proyecto es un documental sobre un héroe de la Segunda Guerra Mundial ¿Qué puedes adelantarnos?
R: He estado trabajando en ello unos años. El protagonista se llama Micky Burn y era un comando inglés. Cuando estábamos grabando lo de Lemmy me encontré gente en el aeropuerto de Londres que vieron que yo llevaba un equipo de rodaje y fue allí cuando me presentaron a Micky y me contaron su historia. Pasé dos años trabajando con él. Murió el año pasado, y es una historia fantástica. Llegó a conocer a Hitler y él pensaba, antes de la guerra, que era alguien muy interesante. Pero cuando la guerra comenzó se enfadó muchísimo y se enroló como comando en Inglaterra; también fue prisionero de guerra tres años. Es una historia estupenda la de este hombre que terminó viviendo como un poeta sus últimos años. Ya estoy terminando el documental, estará listo en los próximos seis meses y luego lo llevaremos a festivales. Es una buena película, he tenido mucha suerte de conocer a este hombre y poder hacerla.
P: ¿Por qué un documental sobre Lemmy? ¿Cómo grabaste el concierto de Metallica?
R: No soy un grandísimo fan del heavy metal pero Lemmy es un personaje interesante, como Micky, y me gusta hacer películas sobre personajes interesantes. Fui muy afortunado de poder hacer esa película, fue muy divertido. Es gracioso porque estando en Bilbao, en el festival, había fans de Lemmy esperándome. Cuando grabamos el concierto que dieron con Metallica yo no quería que fuese como siempre; cuando ves un vídeo de un concierto te das cuenta de que está siempre grabado del mismo modo, y yo quería estar en el escenario, quería seguir a Lemmy en el escenario para que el espectador tuviese una idea de lo que es ser Lemmy. Yo sabía que si le preguntaba al manager no me iba a dejar hacerlo así que esperé hasta justo antes del concierto y entonces le pregunté a James Heatfield, de Metallica, si le importaba que subiese, y él me dijo “Sí, joder, si lo haces solo va a ser una vez, así que tienes que hacerlo bien”, así que James me dejó subir al escenario y fue bastante estresante porque creía que me iba a tropezar y caer o algo así, pero funcionó. Es uno de mis momentos favoritos.
P: ¿Dónde te encuentras más a gusto, en el documental o en la ficción?
R: A mí simplemente me encanta contar historias, los personajes interesantes y el arte de hacer cine. Cuando hago un documental lo grabo yo, lo edito yo… es un proceso muy divertido y me encanta cada parte de él. No tengo un género en el que me quiera asentar; creo que soy muy afortunado por haber podido grabar el documental de Lemmy, por hacer podido conocer a Micky y por tener un amigo al que le gustan las películas de terror. Disfruto del proceso entero. Cuando vuelva a casa tengo que grabar con el equipo de hockey New York Rangers porque tengo que pagar el alquiler; sobrevivir como director es muy difícil así que tienes que hacer todo lo que puedas y por suerte disfruto con todo lo que hago.
P: ¿Cómo influye lo que aprendes al grabar un documental cuando haces una película y viceversa?
R: Cada vez aprendes algo nuevo. En cuanto terminé de trabajar con Lemmy me apetecía trabajar con un guion y con un actor. Cada formato te ayuda a crecer, tanto los documentales como las películas, aunque sean muy diferentes. Rodar es siempre intentar contar una historia con la cámara, y cuanto más haces mejor te vuelves. Nunca va a ser fácil pero cada vez aprendes a cometer menos errores.
Deja un comentario: