Marta Milans

Marta Milans: «En EEUU hay más oportunidades, pero a la vez hay mucha más competitividad»

Trabajo duro y constancia. Esto es lo que define a Marta Milans, que tras irse a Nueva York hace casi una década para formarse como actriz, ser parte de la compañía teatral hispana más importante de EEUU y enlazar varios proyectos de ficción (La Piel Azul, Valientes, Shame, Ley y Orden) tiene su primera gran oportunidad como protagonista en Devoured, thriller de género que ha presentado en el Festival de Cine Fantástico de Bilbao acompañando a su director Greg Olliver. Hablamos con Marta acerca del rodaje de la película y del oficio de actriz.

 

Marta MilansPregunta: Llevas 9 años en Nueva York. ¿Cómo te dio por ahí?

Respuesta: Ya desde muy pequeñita, como mi madre ha sido siempre muy cinéfila, me ha metido el gusanillo del cine y, como todos, creces viendo películas americanas y casi todas pasan en Nueva York. Y tenía la cosa de “quiero ser actriz, hacer teatro en Nueva York y ahí quiero vivir”. Nueva York, Nueva York, Nueva York. Y con la cantinela apliqué a la universidad desde el colegio empeñada en estudiar teatro allí y acabar en Broadway (risas). Me aceptaron en la Universidad de Nueva York y me fui. Iba para estudiar la carrera tres añitos, me gradué y me cogieron en un teatro en la compañía de El Repertorio Español –el teatro hispano más importante de EEUU– y ahí me quedé. Una cosa me fue llevando a la otra. Luego volví a España, me busqué una agencia, también curré aquí; pero fue pasando el tiempo y me acabé quedando ahí. A parte de haber querido ir a estudiar en realidad tampoco fue una cosa planificada.


P: Teniendo una industria mucho más asentada, ¿crees que hay más oportunidades para vivir de la interpretación en EEUU que en España?

R: Hombre, más oportunidades hay porque es un país muchísimo más grande y es una industria, el auténtico show business es un business, no es una broma. Tienes unos estudios, tienes grandes compañías, tienes una cantidad de dinero que se maneja en el sector que es brutal, muchísimas cadenas de televisión, todas las series de televisión que se hacen cada vez tienen más presupuesto y son como proyectos de película… En ese sentido sí, hay mucha más oportunidad, pero a la vez hay mucha más competitividad. Yo acabo de estar viviendo en Los Ángeles casi tres meses haciendo pruebas para todas las series nuevas que se van a hacer. Vale que hay muchísimos proyectos, y lo ves porque te llegan los guiones y vas a los estudios que parecen urbanizaciones, es brutal también el tamaño. E impacta mucho porque ves la cantidad de negocio que se maneja; pero llegas a la sala de casting y ves 25 actrices sentadas para hacer la misma prueba que tú, a la misma hora y encima a la mitad las reconoces porque las has visto en alguna peli o en alguna serie. Entonces, sí, hay más oportunidades, pero es incluso más difícil que te salga algo.

 

P: ¿Y cómo llevas el tema del acento?

R: Pues tengo la suerte de haber ido a un colegio inglés, ya empecé a hablar inglés desde muy pequeñita y se me dan bien los idiomas. Hablo seis idiomas y siempre he tenido buen oído para esas cosas. Cuando me fui a Nueva York hablaba inglés con acento británico –porque el colegio al que iba en Madrid era un colegio inglés británico– y todo el mundo era como “tú eres demasiado europea” y para poder americanizarme intentaba hablar como ellos. Hablo inglés bilingüe, como el español, pero tengo un pelín de acento todavía y lo trabajo mucho ¿eh? Tengo una lo que llaman dialect coach, que es un profesor específicamente de acentos que se da mucho en EEUU porque hay muchos. Tienes el acento de la Costa Este, el acento de Boston, el acento de Texas, el acento de Carolina del Norte, el acento de California… es un tema que se controla bastante y para intentar hacerme pasar por americana lo hago. Pero el problema es que físicamente tampoco tengo cara de americana. Entonces es un poco difícil porque me acaban mandando papeles de latina, llego al casting y soy la más blanca de la habitación porque todas son portorriqueñas, mexicanas y cubanas. Y luego me van a dar un papel de americana y sí, sueno casi americana pero dicen “esta chica no tiene cara de ser de California”. Encajar es bastante complicado, la verdad.

 

P: Aquí tenemos la visión de que siempre se tiende a encasillar a los actores según su procedencia. Los españoles siempre haciendo papeles de latino y el acento tampoco ayuda mucho… pero luego es lo que dices, con los latinos eres la más blanca y con los americanos no pareces americana…

R: Claro, claro. Y al final imagínate, hice un papel muy pequeñito de una brasileña en Shame. Hice la prueba y la directora de casting no me preguntó de dónde era. Me salió el papel y cuando el director me conoció ya en el set de rodaje, me dice: “¿Y de dónde eres en Brasil?”. Y yo “pues mira no, la verdad es que soy de Madrid, en España”. Y me decía: “¿Me estás vacilando, no? Yo te he contratado porque en realidad mi socia era brasileña”. Y yo, con una cara super-nerviosa: “Eh, bueno, puedo hacer de dónde quieras, tú me dices que soy de Sao Paulo y yo te digo que soy de Sao Paulo. Pero por favor no me eches, no me despidas”. Obviamente me estaba tomando el pelo. Pero en realidad el americano es muy cuadriculado. Imaginan latina y se imaginan a Salma Hayek y ya. Les sacas de ahí y eres más blanca y no eres latina. Pero claro, hablas español, entonces ¿cómo no vas a ser latina? A día de hoy todavía no lo acaban de entender. Digo: “Pero es que soy spanish de Europa. Es otro spanish”. Pero hay que seguir peleándolo y cada vez el mundo está más globalizado y en las series americanas cada vez tienes más personajes un poco de todos sitios.

 

P: Ya hablando de la peli pero sin dejar los castings… tengo entendido que la primera prueba la hiciste sin leer el guión siquiera.

R: Efectivamente. Me mandaron la separata de la secuencia que querían que preparara y me dijeron que era una película pero que todavía no habían sacado el guión a los agentes y managers. Ya me habían visto en la serie Ley y Orden, les gusté y por eso me llamaron directamente. Fui, hice la prueba y después de hacerla el director y el productor –que estaban sentados ahí– me empezaron a contar de qué iba la historia. Y yo flipando porque la prueba que me tuve que preparar era una conversación telefónica con mi hijo. No me imaginaba que eso iba a ser lo que luego resultó ser. Y ya cuando, después de hacer la prueba y que me empezaran a contar de qué iba la historia, yo pensaba: “por favor, dadme el papel, que me parece genial”. Les miraba con carita así de “veis que soy buena, por favor dadme el papel”.

 

P: Por lo que estoy viendo, o lo que me imagino, es que muchas veces haces las pruebas sin saber realmente qué es lo que vas a hacer, ¿no? Es decir, tienes una ligera idea, pero no sabes realmente…

R: … Sí, sí, sí. Por ejemplo en Shame tampoco me mandaron el guión hasta que me dieron el papel. Me imagino que a los super actores celebrities les dan el guión y eligen si quieren hacer la película o no. Pero yo todavía no estoy a ese nivel. Espero llegar, algún día, pero de momento pues eso, haces lo que puedes e intentas conseguir trabajo como cualquier otra persona.

 

Marta Milans

 

P: En alguna entrevista ya has comentado que de este tipo de cine más oscuro, más thriller que juguetea con el terror no sueles ser muy fan. Pero sin embargo has acabado protagonizando una. ¿Qué fue lo que te convenció para aceptar el papel y meterte en el proyecto?

R: Pues precisamente porque no soy fan de esas películas y nunca me había planteado hacer una película de este género, me parecía muy interesante, por hacer algo nuevo que nunca había hecho hasta ahora. Y la verdad es que una vez que ruedas este tipo de películas es lo más divertido que hay. Verlas, lo pasas fatal, te quieres morir del miedo y estás tapándote la cara la mitad de la película para no asustarte; pero rodarlas es muy diferente. Tienes que estar haciendo una secuencia en la que te estás muriendo del susto porque te van a matar, cortan y está el otro con “quieres un cigarro” o “¿qué vamos a pedir de cena?”. Rodarlas es mucho más emocionante porque está totalmente desconectado de la realidad que vivimos en el mundo.

 

P: Me parece muy interesante el background del personaje por como está conectado con la realidad. Por un lado está la soledad que pueden sentir muchos en las grandes ciudades. Por otro el tema de la sanidad, tu personaje ahorra para pagar la operación de su hijo. La sanidad en EEUU no es gratuita y aquí estamos ahora con el debate que si el copago y que si los recortes precisamente en sanidad.

R: Precisamente, sí, es curioso que haya coincidido. El tema de la soledad sí, es un tema que está muy presente en la película porque es una mujer que está sola, que está alejada de su familia, que se ha ido a un país extraño en el que cree que puede tener más oportunidades de ganar dinero para salvarle la vida a su hijo.

 

Y por otro lado, no está directamente ligado al tema de la película porque se supone que ella le quiere pagar una operación a su hijo, volver a casa y que se cure en su país; pero bueno, ahora que mencionas el tema de la sanidad sí es un tema en EEUU que –fíjate que yo soy una fan loca de América y mis amigas sin ir más lejos me llaman “la yanqui” porque siempre estoy es que esto en América es mucho mejor y esto en América no pasaría– es verdad que está mal planteado. No creo que en Europa esté muy bien manejado porque al final es una ruina. Cada vez la gente vive más años, hay menos gente joven y costear las pensiones y todas esas cosas a la gente que deja de trabajar, no sé como vamos a acabar con el tema de la sanidad pública en Europa. Pero claro, tú creces en un país europeo como es España y das por hecho que tienes tu seguridad social y tus servicios médicos y no pasa nada. Y a mí me pasó que cuando terminé la carrera en Nueva York no tenía sanidad, no tenía seguro médico porque costaba una pasta. No me lo podía permitir. Me acuerdo que tenía un problema en la espalda y tenía que hacerme una resonancia pero costaba 5000 dólares. Me sale más barato coger un avión a España y hacerme una resonancia en Sanitas (risas). Obama con su plan de sanidad ha mejorado bastantes cosas para ponerlo más al alcance de gente más humilde, pero es una asignatura que le falta a la sociedad americana. No sé si podrían llegar a implementar la sanidad pública como en Europa, pero claro, me hace gracia cuando la gente se queja aquí del copago. En comparación me sigue pareciendo una broma. En EEUU si tienes que ir al dentista te sacan un diente y te clavan mil dólares. Es una barbaridad.

 

P: Ha sido un rodaje nocturno casi en su totalidad. ¿Cómo se trabaja de noche? ¿Cómo aguantas ese ritmo?

R: Pues se trabaja bastante peor. Yo admiro y respeto muchísimo –sobre todo a raíz de rodar esta película– a la gente que trabaja por las noches porque por mucho que acostumbres a tu cuerpo, trabajes de noche y duermas de día, mentalmente es raro porque imagínate, yo terminaba de grabar a las 9-10 de la mañana y me estaba yendo a mi casa y veía a la gente con sus cafés yéndose a las oficinas y subiéndose al metro. Ibas a casa y cerrabas las cortinas y te metías en la cama a dormir hasta las 7 de la tarde que se vuelve a hacer de noche. Te sientes como un vampiro. Ha sido duro por eso. También inevitablemente por las circunstancias, como teníamos que rodar en un restaurante teníamos que esperar a que el cerrase y la gente se fuera a sus casas porque mi personaje trabaja por las noches limpiando un restaurante. Por otro lado psicológicamente es raro porque tu vida social es inexistente, te aíslas un poco de tu vida, no tienes contacto con tu gente de todos los días porque ellos siguen con su vida de persona normal y tú estás llevando una vida de persona anormal. Y luego volver acostumbrar a tu cuerpo al ritmo de la vida normal de dormir de noche cuesta. Me costó unas cuantas semanas volver a ser yo.

 

P: ¿Cómo ha sido la dinámica con Greg durante el rodaje para trabajar el personaje?

R: Pues ha sido fantástica la verdad. He tenido una suerte increíble con él porque aparte de tener un sentido del humor genial y una actitud siempre positiva, optimista, flexible y comprensiva conmigo, ha sido… vamos, no tengo más que palabras agradables que decir de él, me ha ayudado mucho. Hicieron un listado de películas que querían que viera, hicimos muchas lecturas de guión antes de empezar a rodar y ensayamos también junto al guionista. Intercambiábamos opiniones de que creemos que le ocurre en este momento de la historia o como creemos que debería reaccionar a determinadas cosas que le suceden a lo largo de la película. Me he sentido muy apoyada y han sido muy flexibles en cuanto a lo que a mí me funcionaba. O sea, si yo opinaba que para mí iba a ser mejor interpretar determinada secuencia de una manera, estaba totalmente a favor de hacer lo que a mí me funcionaba más que lo que él creía que iba a ser mejor. Ha sido una buena labor de equipo entre los dos, sin duda.

 

Marta Milans

 

P: ¿Durante el rodaje había facilidad para improvisar o lo teníais todo más o menos decidido de antemano?

R: Muchísima facilidad porque nos iban surgiendo cosas durante el rodaje. Problemas de horario, cambios de gente que trabajaba en la película, problemas técnicos… Y hubo cosas que las hacíamos sobre la marcha, cosas que creíamos que íbamos a rodar de una manera que no quedaba bien y lo hacíamos de otra forma con lo que mi enfoque de esa secuencia a nivel interpretativo cambiaba. Sí, ha habido bastante improvisación en cuanto a hacer que las cosas funcionasen y que quedasen mejor. Estábamos un poco sujetos a que iba a verse más verídico y más real.

 

P: Entiendo que la experiencia en El Repertorio Español te ha ayudado a tener más agilidad, ¿no?

R: No te puedes ni imaginar. Después de estar en el Repertorio, hacer giras con la compañía y tener dos funciones al día y que nos hayan pasado historias como que no llega un actor a tiempo y tener que poner a otro actor cinco minutos antes y que ese actor no se sepa el guión y que haya que estar dictándoselo, o que le ponían hasta un pinganillo para ir diciéndole sus frases. Cosas surrealistas que hemos vivido, pero al final te lo tienes que tomar con humor, y decir: “Esto es un directo y hay que hacerlo lo mejor que podamos”. Y dejar de obsesionarse y de estresarse porque no hace sino ir en tu contra. Esa actitud de estar abierta a todo tipo de posibilidades y de cambios me ha ayudado infinitamente para poder enfocar rodajes del tipo que acabo de hacer.

 

P: En un rodaje, no sé como habrá sido el caso… pero se nota cuando está muy planificado a cuando empiezas a improvisar y cambiar el plan de rodaje, alguna localización, la interpretación… ¿no sé vuelve un poco caótico quizás?

R: Pues hombre depende, Devoured no fue caótico, pero por ejemplo cuando rodamos La piel azul con Gonzalo López-Gallego –que le quiero mucho, es un artista y un crack– que transcurre en un barco y la rodamos en Alicante entre agosto y octubre, tuvimos la mala suerte de que hubo muy mal tiempo, teníamos tormentas y el mar se ponía fatal o teníamos plaga de medusas y teníamos que contratar buzos que nos las quitasen para que nos pudiésemos tirar al mar. Cosas que dices “no me creo que me esté pasando esto a mí”. Hay caos en este tipo de cosas que no puedes controlar porque de repente empiezas a rodar una secuencia llega una nube y se pone a jarrear y ya no te vale porque la luz no es la misma. Te puede pasar en películas de 100 millones de dólares o en un corto. Las cosas pasan cuando dependes de muchos factores y trabajas con mucha gente, tienes que estar preparado para que ese nivel de caos sea parte del proceso. Y llevarlo lo mejor que puedas y sacar lo mejor como resultado final.

 

P: Bueno y con qué te quedas de esta primera experiencia con un papel 100% protagonista

R: Me quedo con la experiencia de haber trabajado con un equipazo genial y con la oportunidad de haber cargado sobre mis hombros el peso de un papel totalmente protagonista y tener la suerte de que hayan confiado en mí para poder hacerlo. Cuando empiezas a trabajar en EEUU siempre te dan papelitos aquí y allí y cosas pequeñitas donde no puedes demostrar tu valía como actriz porque no tienes la ocasión. Te dan un papel muy pequeñito y haces lo que puedes. Pero en una película como Devoured he tenido esa oportunidad para que vean y piensen si soy una actriz buena o mala porque no tengo escapatoria, no me puedo esconder, es mi personaje en casi todos los planos de la película. Me quedo con el recuerdo de poder demostrar lo que creo que valgo y esperando que la gente lo disfrute y lo aprecie porque lo he dado todo.

 

P: Y ya para ir acabando, como tendremos una entrevista con Greg Olliver… ¿Qué te ha parecido Lemmy?

R: La verdad es que no soy una fan del hard rock, me gusta el rock’n’roll, pero así tan heavy no lo suelo escuchar y obviamente no había oído hablar en mi vida de Motörhead y cuando le conocí me dio el DVD para que lo viera si tenía tiempo. Y lo vi con mi novio –que le encanta Metallica, ACDC y toda esa música–, con decirte que lo vimos y yo empecé a escuchar Motörhead y mi novio me dijo: “Bueno, te voy a ir a ver al rodaje porque quiero conocer a Greg”. Y fue como “pero un momento, que si no fuera Greg el director no hubieras venido a verme al rodaje o qué pasa”. La verdad es que me encantó, me encantó como está contada la historia y los documentales sabes que no son para todos los públicos pero este te engancha y te lo pasas bien y me pareció un crack.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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