Gianfrancesco Lazotti (Roma, 1957) pasó por Madrid para presentar su última película, De cintura para arriba, una comedia sobre las barreras físicas entre dos seres que se aman. Katia se enamora por carta de Danilo, ella está en silla de ruedas, él está en la cárcel por asesinato. Una historia que está basada en un hecho real. La vida es imprevisible e irreverente, por ello Lazotti utiliza la comedia como herramienta para llegar a lo más hondo del público. Aunque el trasfondo de lo que cuente esté más cerca de la tragedia.
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre rodar para cine y para televisión en Italia?
Respuesta: Esta es la película más anti televisiva que puede haber ya que obliga a hacer un esfuerzo de memoria. Esto en televisión no te lo puedes permitir porque si pides al espectador que piense cambia de cadena. La audiencia entra y sale continuamente de los canales de televisión, si sales de esta película ya no puedes volver. Otra de las diferencias es que en este filme los personajes son muy cínicos, en la televisión italiana no funcionaría, es demasiado retórica. Hay buenos y malos y los malos tienen que obedecer a un cierto esquema, pueden ser calvos pero no pueden tener los ojos azules como el personaje de Filippo Nigro.
P: ¿Siempre pensaste la película como un encuentro entre los dos protagonistas del que se derivan los flashback?
R: Al principio había pensado hacerlo de una forma lineal pero luego creí que el hecho de tener que contar la historia de cómo se conocen y cómo se gustan hubiera sido muy largo. Opté por el flashback porque así podía quitar los momentos que sobraban.
P: ¿Estuvo cerca de la verdadera Katia cuando escribió el guión?
R: Somos amigos pero no estuvimos juntos en el proceso de escritura. Katia me contó la historia y yo me ocupe de escribir. Cuando acabé y lo leyó me dijo que en el guión había cosas que ella no me había contado pero que habían ocurrido de verdad, me alegré mucho hasta que me dijo que algunas cosas que ella sí me había contado realmente eran mentira (risas).
P: ¿Antes de recibir la llamada de Cristiana Capotondi, había pensado en otra actriz?
R: La película era una coproducción con Francia. Había pensado en una actriz italiana que en Francia había conseguido ser protagonista, se llamaba Caterina Murino pero luego, por motivos y dificultades administrativas fue imposible hacer la coproducción. Caterina se cayó del proyecto.
P: ¿Es más fácil trabajar con actores menos conocidos que con estrellas?
R: Trabajas mal con actores malos (risas). Cristiana es una magnífica actriz y se ha involucrado mucho. El rodaje ha durado dos semanas y ella ha colaborado en todos los aspectos. A veces se comportaba como una coproductora del filme, gestionando recursos para ahorrar.
P: Esta película podría haber sido un drama pero sin embargo ha elegido la comedia. ¿Es tan necesario hacer reír en épocas tan oscuras como esta?
R: Monicelli decía que la risa es un momento de reflexión no de relajación. Es un lenguaje más popular pero no evita el hecho de que estés reflexionando sobre un drama. La comedia hace que todo sea más accesible.
P: ¿Cuáles son tus influencias de la comedia Italiana?
R: Los padres de la comedia de mi país, Ettore Scola o Dino Risi. Obras maestras de autores que han sabido contar con lucidez la historia de Italia y además teniendo popularidad. El público italiano veía estas películas porque eran comedia y con ellas aprendieron a reírse de sí mismo y a tener espíritu crítico.
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