El director irlandés Lee Cronin ha visitado nuestro país para presentar Bosque maldito, su ópera prima. Este thriller de terror toma temas tan delicados como el maltrato y mitos como el de los niños cambiados para conformar una historia en la que una madre debe luchar contra sus propios monstruos y los demás por proteger a su hijo. Sobre estos y otros temas charlamos con el realizador en esta entrevista.
Pregunta: Me gustaría hablar de la madre como concepto, como arquetipo de personaje. En la película se ve claramente como el prototipo de heroína absoluto, capaz de hacer cualquier cosa por proteger a los suyos.
Respuesta: Sí, era un aspecto muy importante y me alegra que te hayas dado cuenta de ello. Mi madre y mi hermana son mujeres poderosas para mí, han superado retos en sus vidas y siempre me han inspirado. Tienen una fuerza interior y pelean, no se rinden nunca. Al crear al personaje de Sarah era consciente de que es una madre, tiene debilidades como cualquier ser humano, pero tiene también las narices y la fuerza para seguir hasta donde haga falta. Esta película es diferente, pero me interesaba ese mundo de Ripley en Aliens, un personaje fuerte, con ese instinto maternal muy marcado, era central en la historia encontrarlo en el personaje.
P: Es interesante el uso del género para hablar de temas delicados como el maltrato y lo difícil que puede ser superarlo o el vivir una relación tóxica.
R: Para mí era muy importante. Nunca pretendí hacer una película sobre un tema social, pero quería tocarlo porque es una realidad que está ahí. Las películas de género y de terror te permiten la oportunidad de analizar y mirar bien la condición humana, los efectos que puede provocar en el tiempo… Hay personas que han sufrido relaciones abusivas, que se han encontrado situaciones difíciles en su vida y me parecía interesante ver a Sarah entrar en la historia ya con un monstruo sobre las espaldas y tener que quitárselo de encima; pero también hay otros monstruos que entran en su mundo y ella demuestra su fuerza, su personalidad, que es capaz de sobrevivir, pero lleva las cicatrices de esos monstruos. Uno nunca se libra de ellas, o crece o se muere. Sarah crece.
P: También es interesante cómo se utilizan en la película mitos o leyendas como la de los niños cambiados en un contexto muy realista.
R: Exacto. Pero lo interesante es subvertir el propósito del mito en primer lugar. Es decir, ver el cambio en la mitología en la realidad. La historia de los niños cambiados fue una manera de explicar que que hubiera niños que presentaran problemas de conductas extrañas o personalidades distintas, era fácil para el folclore «Este no es mi hijo, alguien ha cogido a mi hijo». Con la película he podido darle la vuelta a eso.
P: Este mito del niño cambiado sirve también para explicar mucho como afecta a los niños este tipo de relaciones donde hay maltrato.
R: Sí, por supuesto. Son como esas historias que oímos que asustan tanto. Como un niño esas cosas se quedan con uno. Yo crecí en un pueblo remoto cerca del mar, había una carretera al lado de la costa que pasaba por un castillo, y siempre se contaba la historia de una mujer de la escalera… Aún hoy, cuando paso por ahí por la noche, el monstruo y el mito siguen estando conmigo.
P: Centrados en el mito de los niños cambiados, ¿tenías mucho conocimiento previo? ¿Investigaste? Es común a muchas culturas europeas: Suecia, Irlanda, Asturias, en España…
R: Sí. La mitología del cambio en Irlanda es muy fuerte. Hay una historia muy famosa de una mujer que se llamaba Bridget Cleary cuyo marido la quemó viva diciendo que había sido cambiada. Eso fue en el año 1895. Y el hombre se libró por eso. Era la ley. Hay una tradición ahí. Yo no pretendía hacer una película sobre el intercambio. Simplemente quería utilizar trozos de la mitología donde convenía a la historia. Pero para hacerlo tenía que conocer la mitología.
P: Respecto a la música… el misterio se toma su tiempo en aparecer, pero desde los primeros minutos ya pones sobre aviso al público con la música.
R: Por supuesto. No quería una película de terror que tuviera un inicio frío donde hay algo claro ahí al empezar. Pero quería que el público supiera que había algo aquí. Eso era importante, incluso antes de que la música suene, en los créditos iniciales, cuando aparecen los logos de las productoras y empresas que han financiado la película, ya tenemos ese sonido que nos está dando, como si estuvieras en una avalancha de tierra. Con eso buscaba que la gente se descentrara enseguida.
P: Háblanos del trabajo de fotografía y color de la película. Hay una apuesta por tonos grisáceos y la propia humedad de Irlanda ayuda a generar una atmósfera cargada, agobiante.
R: Es una buena pregunta porque la atmósfera para mí es una herramienta muy grande y a veces me cuesta explicar como lo aplico. Si ves mis cortos anteriores, tienen mucho ambiente y creo que es una combinación de muchas decisiones que tomamos. Encontrar el bosque adecuado, la perspectiva, el paisaje, y utilizar la cámara y los personajes dentro de esos espacios. Quería crear esa sensación de aislamiento. Personajes pequeños contra, digamos, telas de fondo más grandes. Eso era muy importante. Y luego, en cuanto a los colores, teníamos muy claro siempre que fuese orgánico, terrestre. Por ejemplo el agujero, o ese tono general de la película. Nos inclinamos hacia esos elementos.
P: El bosque se presenta como un lugar de peligro. Hay por ejemplo un plano aéreo donde se ve muy delimitada la separación entre el tupido bosque y «el mundo humano»
R: Tiene que ver con el tema del aislamiento. Los bosques son lugares conocidos. Podemos atravesarlos de manera normal, sin problemas. Pero el bosque de la película es real y fantástico por lo que encuentran en su interior y nadie habla de ello porque es casi demasiado increíble para hablar del asunto.
P: En la escena en la que descubren el cráter, o en algunos momentos en los que hay elementos de misterio o terror en la película, los personajes no hablan de ello, da la impresión de que tiene miedo tanto de la situación como de hablar de ella.
R: Yo creo que esa es la mente de Sarah. Es más un comentario que una respuesta. Yo lo que pensaba es que Sarah es una mujer que protege demasiado al niño. No le está contando la verdad sobre la oscuridad. Pero él lo sabe. Ella le quiere proteger de la experiencia del abuso doméstico del pasado. Y esa actitud sobreprotectora es la que la hace huir. Y al no tener respuestas va al bosque. De alguna manera, el mayor miedo de Sarah cuando lo ve es que él vaya a volver… Es como una profecia que se cumple por sí sola.
P: ¿Se ha quedado material fuera del montaje final?
R: No, no mucho. La película fue diseñada muy claramente, hice una apuesta. Siempre digo esa frase de «calidad sobre cantidad». Había tomas de las que teníamos 90 segundos o dos minutos, nada más. No tenía ninguna cobertura. Lo decidimos muy claramante desde el principio. En total solo hay 10 minutos que no salieron. En cuanto a secuencias, solo hay una secuencia que fue cortada.
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