Mujina into the Deep #1

Mujina into the Deep #1: Un futuro ultraliberal para Japón

Mujina into the Deep #1«¡Y los jóvenes perciben verdadera libertad en eso!«

 

Buenas Noches, Punpun, la casi impronunciable Dead Dead Demons Dededede Destruction, la autoconclusiva Héroes que pasase por estas páginas hace cuatro años… Inio Asano es un valor seguro dentro del manga actual y ya era hora de que una de sus colecciones pasase por nuestras manos. Y viendo la cantidad de comentarios que está generando ya simplemente en su primer mes en nuestras librerías, Mujina into the Deep se nos antoja como la obra perfecta para comenzar a tomar contacto con un mangaka conocido por su crudeza y por su impecable estilo artístico, siempre al servicio de sus historias más que como un simple adorno visual. Y si queréis ahorraros el resto del artículo os confesaré desde ya que el cómic me ha flipado, desagradado, intrigado y enloquecido tanto como esperaba e incluso más.

 

Asano nos lleva en esta ocasión a un Japón unos cuantos años en el futuro. Sin coches voladores, pero con un galopante problema con el envejecimiento de su población que ha resuelto desposeyendo de Derechos Humanos a sus ancianos y mandándolos a vivir a comunas marginales (no sé si reír o llorar, espero que no lean esto ciertos políticos, que igual les mola la idea). Para poder gestionar esta sacada de pol… este proyecto, el gobierno decide que sólo los portadores de unas tarjetas determinadas serán reconocidos como humanos de pleno derecho, con acceso a sanidad, transporte y educación públicos. Y, claro, cuando todos tus derechos caben en una tarjetita de plástico, los más pobres comienzan a prescindir de ellas a cambio de dinero, convirtiendo lo que se había ideado como una solución en un nuevo y gravísimo problema. Y es que el manga que publica ahora Norma Editorial no nos lleva a conocer una de esas comunas de ancianos dejados de la mano de Dios, sino que se queda en Tokio, donde los Mujina (los pertenecientes a esta nueva casta sin derechos) se deslizan entre callejones y azoteas, tratando de sobrevivir en un mundo que prácticamente niega su existencia.

 

«El pobre no es capaz de escribir canciones si no folla con quinceañeras«

 

Más allá de lo fantástico de su propuesta, Asano no nos propone un mundo muy diferente de aquel en el que vivimos hoy. En Mujina into the Deep la protagonista mata, secuestra y hace cualquier cosa a cambio de lo necesario para poder llevarse algo a la boca mientras al otro lado de esa dichosa tarjeta el resto de los japoneses viven tal y como vive hoy cualquier aspirante a miembro de la (desaparecida) clase media: matándose a trabajar, malviviendo en ambientes tóxicos y soñando con una vía de escape que nunca llega a aparecer frente a sus narices. Lo peor es que uno no puede ni tan siquiera percibir este manga como una obra pesimista, porque lo que vemos en él nos parece tan cercano a la realidad que hasta duele reconocerlo. Con todo, hay unas pinceladas de luminosidad en todo momento que nos enganchan aún más a la trama y nos llevan a querer seguir leyendo (personalmente, he devorado este primer tomo casi sin darme cuenta).

 

Mujina into the Deep #1

Mujina into the Deep #1

 

Me resulta muy llamativo, además de todo lo que expongo hasta el momento, que el tema de los Derechos Humanos (y su renuncia a los mismos) esté tan a la orden del día. No hace tanto que me quedaba boquiabierto con Animal, de Colo, y tampoco hace mucho de El Incidente Darwin, de Shun Umezawa. Los Derechos Humanos, su ausencia y/o las puertas que se abren a concedérselos a seres que nunca nos parecieron merecedores de los mismos llaman a cada vez más artistas y pensadores a reflexionar sobre ellos en un mundo que cada vez los respeta menos y en el que las atrocidades se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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