«¿Y cómo dices que murió…?«
Publica Dibbuks ahora un álbum recopilatorio de chistes de Oriol Jardí (Pablo Arkada, Cosa de Dos) que dibuja el incombustible Joaquim Aubert Puigarnau o, como le conocemos todos los que nos hemos criado bajo la protectora sombra de El Jueves, Kim (Martínez el Facha y tantas ilustraciones míticas de esa revista). Rigor Mortis, que es como se titula este álbum, hace gala de un humor sin tapujos ni vergüenzas en un momento de la historia en el que basta con levantar una ceja más que la otra para ofender a cualquier cantamañanas. ¿Es arriesgado? Quizás, pero es que hoy en día el humor es un deporte de riesgo que sólo practican los auténticamente suicidas, dispuestos a dejarse despellejar por los mismos descerebrados que les han reído el chiste cinco minutos antes.
Quizás por eso me haya gustado tanto este libro. Porque no se corta un pelo y juega en los campos de lo absurdo y de lo radicalmente realista sin despeinarse, con un sarcasmo atroz y con ese toque final de Kim que hace que la imagen sea a la vez bella, escatológica, humorística y atroz. Cada página es un chiste y cada uno de esos chistes tiene el potencial de ofender a un colectivo o a algún tuitero furioso con demasiado tiempo libre y demasiados pocos amigos de verdad. Son, por tanto, chistes necesarios, de los que han de estar ahí como barricadas ante el avance imparable de las tropas de lo correcto y lo cuqui.
«Venía a denunciar un tema de abusos«
Desde el maltrato al racismo pasando por una crítica feroz a la sociedad de consumo. Jardí y Kim no dejan títere con cabeza en cada una de las páginas de Rigor Mortis. Y lo hacen con chistes que son pura ilustración y apenas texto. Casi un centenar de gags de un segundo o menos que se disfrutan de una rápida tacada, pero a los que da gusto volver para una segunda vuelta, o simplemente para mostrar y escandalizar a las visitas, otra sana costumbre que se está perdiendo. La portada, que vemos más arriba, ya es toda una declaración de intenciones y lo que nos encontramos más adentro no baja el nivel (si acaso lo sube) y resulta desternillante si gozas de una mente abierta y eres capaz de reírte hasta de la propia muerte.
Rigor Mortis es una sobrada, pero es una sobrada muy necesaria y muy sana. Trata temas muy serios como hay que tratarlos, que es con la risa. Porque la risa nos ayuda a procesar verdaderos dramas como el que vivimos hoy en día en el Mediterráneo o como lo es la realidad de una sociedad tan pegada al móvil que se ha olvidado de cómo era eso de las relaciones humanas. El humor es un arma que nos ayuda a mostrar ante los ojos del mundo aquello que nadie quiere ver. Y nos obliga a tomar partido. Porque, te rías o no del chiste, tu propia risa (o su ausencia) te hacen reflexionar sobre lo que hay detrás de esa reacción. Siempre habrá quien se ofenda, pero es que siempre habrá quien prefiera mirar para otro lado, escudado tras los escasos caracteres que permite determinada red social.
Deja un comentario: