Ladrones de cuerpos, paradojas espaciotemporales, vampiros, pirañas carnivoras… en la variedad está el gusto en Syfy.
Programa cuanto menos variado para la tercera jornada de la Muestra Syfy. Entre la versión Disney de La Bella y la Bestia para el público infantil en la sesión matinal y David Hasselhoff divirtiéndose en el desmadre que es Piranha 3DD pudimos ver títulos de discutibles credenciales y obras de culto instantáneas.
A este primer grupo pertenece In Fear (Jeremy Lovering, 2013). Presentada por Leticia Dolera como una película que había pasado por el Festival de Sundance, había cierta expectación con el debut de Lovering en cine (antes había hecho mucha televisión, incluyendo un capítulo de Sherlock). Pero el público Syfy (con mayor o menos criterio) no pasa ni una y este film sobre dos jóvenes que se pierden en el bosque y sufren el tormento de unos lugareños con un sentido del humor muy particular, se llevó fuertes abucheos. La premisa es interesante por su cercanía con el espectador (¿quién no podría perderse en coche por el campo?) y por la relación que se crea entre sus dos protagonistas (se conocen tan solo desde hace dos semanas), además de mostrarnos momentos de verdadera tensión; pero sus ínfulas indie intentar justificar (o arreglar) ciertas situaciones fruto del azar le hace perder el favor del espectador.
El panorama no mejora mucho en la intrascendente Almost Human (Joe Begos, 2013), nueva reimaginación de La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956) y sucedáneos en la que no pasa absolutamente nada. Y la película es corta, tan solo 80 minutos, con lo que o se han guardado las mejores secuencias para el director’s cut, o este servirá para vencer el insomnio. Las intenciones están bien y, como en In Fear, el punto de arranque es prometedor, pero la falta de carisma de su protagonista, Graham Skipper, es demoledora. Entre eso y un Josh Ethier con complejo de Terminator (habla lo justo, liquida a todo el mundo y, sí, aparece desnudo en medio de la nada), Almost Human promete más de lo que da.
Si vivieramos en Hong Kong y nos hubiésemos criado según las tradiciones orientales, seguramente podríamos apreciar como se merece Rigor Mortis (Juno Mak, 2013) y captaríamos la profundidad de su propuesta; pero por desgracia no es el caso y lo que percibimos es un entretenido batiburrillo en el que caben vampiros y cazadores, fantasmas, niños albinos, hombres desesperados y tantos finales como El Retorno del Rey (Peter Jackson, 2003). Aunque si por algo destaca Rigor Mortis es por su apartado visual, con una fotografía impresionante (obra de Man-Ching Ng) tiene una propuesta estética por momentos muy poética.
Y lo mejor para el final. Una obra de culto instantánea que ya, al menos para quien suscribe estas palabras, está en su lista de películas favoritas. James Ward Byrkit (destacado artista de storyboards y uno de los responsables del guión de Rango [Gore Verbinski, 2011]) se ha lanzado al mundo del largo con un título que tras presentarse en Austin encandiló en Sitges cosechando dos galardones. Ya el fandom entra predispuesto al film gracias a la presencia de actores como Nicholas Brendon (el eterno Xander de Buffy Cazavampiros [Joss Whedon, 1996-2003]) o Elizabeth Gracen (protagonista en la versión seriada de Los Inmortales); así como al espectador más cinéfilo por Lorene Scafaria (directora y guionista de la especial Buscando un amigo para el fin del mundo [2012]). Un cometa, una cena de amigos, alusiones al experimento teórico del gato de Schrödinger, paradojas espaciotemporales… sci-fi de alta cuna más dialogada que efectista que embauca al espectador de principio a fin. Un título del que es mejor saber lo menos posible y visionarlo una y otra vez.
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