Panini Manga nos trae el segundo tomo de Magic: The Gathering – Destruye a toda la humanidad. No puede ser regenerada.; tomo con el que se confirma el Coming of Age como centro de una obra en la que las cartas Magic no son sino una excusa para hablar de la amistad y los primeros amores.

“No hace falta que busques una excusa”

Katsura Ise y Takuma Yokota consiguen integrar de tal forma el coleccionismo y las partidas de Magic de tal forma que hasta quienes no hayan visto una carta en su vida, entren de lleno en la propuesta. No solo porque las partes dedicadas al juego sean accesibles y cuenten con multitud de anotaciones explicativas, sino porque están integradas de manera muy eficiente en el manga. Magic: The Gathering -el juego de cartas- funciona como un gran mcguffin de interés relativo, pero cuando los autores tienen que dedicar tiempo a ilustrar partidas lo hacen siguiendo las dinámicas de cualquier shonen, potenciando la espectacularidad de los “combates” y subrayando los careos entre los contendientes.

En este sentido el equipo creativo se toma el encargo con la suficiente seriedad como para que Wizards of the Coast -propietaria del juego y supervisora del manga- quede satisfecha y les deje vía libre para abordar la historia en sus propios términos. Y de eso se aprovechan Emi y Hajime, su encantadora pareja protagonista, que sigue creciendo capítulo a capítulo y estrechando lazos en un contexto ideal para ello: las vacaciones de verano. Tan ideal que permite a la pareja salir de la rutina escolar e ir de visita a Tokio o pasar el día en una piscina, permitiendo no solo establecer diferentes dinámicas entre ambos, sino presentar nuevos personajes.

“¡Por fin empiezo a ver la gracia a esto!”

Los autores buscan mantener cierto equilibrio entre ellos. Así, si en el tomo de debut Hajime parecía llevar la voz cantante, en este es Emi quien centra nuestra atención. Conocemos más acerca de sus circunstancias personales -igual que en el anterior volumen los amigos de Hajime tenían cierto peso- y los motivos por los que guarda tanto las apariencias en el instituto respecto a sus aficiones. Sigue, de la misma manera, creciendo el componente romántico de la aventura, aunque lejos de la comedia que podría ser previsible dado lo antagónico de los contextos de ambos personajes y de las chispas que suelen saltar entre ellos. Todo lo contrario, las últimas páginas, a través de una sutil y muy eficaz sucesión de viñetas de Takuma Yokota, reflejan el mencionado enfoque coming of age y marcan el tono dramático y costumbrista de un manga que -reconocido por los propios autores- tiene en la nostalgia uno de sus valores más importantes.

Ahora bien, ¿Magic: The Gathering – Destruye a toda la humanidad. No puede ser regenerada. nos romperá el corazón o será fiel a ese espíritu de los recuerdos y amores de verano que atesoramos toda la vida con una feliz sonrisa?