Lluis Homar: «Esta es una película dedicada a las víctimas»

No tengas miedo llega a las pantallas para tratar y hacer visible un asunto terrible, el de los abusos a menores. Para ello, Montxo Armendáriz se ha rodeado de actores como Belén Rueda o Lluis Homar, con quien hablamos sobre la película y el personaje que interpreta en la misma: el padre abusador.

Pregunta: Es un personaje arriesgado que por el tema de la película puede provocar muchos rechazos.
Respuesta: Me gusta pensar que esto es una parte de nuestro trabajo, que si viene, fantástico, pero en todo caso no soy de los actores que mide lo que hace solo en función de que vaya a caer bien o no al público… Muchas veces eso tiene que ver también con el personaje que tienes entre manos. Pero yo tengo afortunadamente un largo recorrido profesional y he hecho todo tipo de personajes que dignifican el trabajo que hago; sentir que estoy sirviendo a algo más allá de mis intereses más primarios.

 

No tengas miedoP: Por así decirlo, eres el malo de la película.
R:
Yo creo que es una película muy importante que se ha hecho de un tema terrible, que es real y que existe mucho más de lo que nos creemos y puede ayudar a desenmascararlo… Y alguien tiene que ser el malo, que tampoco me gusta pensar en malos -porque no lo olvidemos y así es como lo hemos planteado- que muchas veces las personas abusadoras son personas que han sido abusadas. Son personas que si hay una segunda película o una tercera hay que tener en cuenta que son enfermos, son patologías demoledoras en cuanto a las consecuencias pero que -y eso hablándolo con los psicólogos, incluso Montxo también estaba de acuerdo- no era el caso porque esta es una película dedicada a las víctimas, pero para afrontar ese problema hay que tener en cuenta a los abusados y a los abusadores. Hay que ir a por los abusadores como enfermos que también son y ojalá haya espacio también para ocuparse de eso.

P: Me parece muy interesante el planteamiento del personaje, a pesar de cometer los abusos sobre su hija, siempre se muestra muy amable y simpático ante los demás.
R: Aquí hay dos cosas. Por un lado el hecho de que yo como actor no tenía que hacer nada violento. Sólo tenía que preocuparme de ser cariñoso, de verdad; de ser amable, de verdad; de ser afable, de verdad; y detrás de las puertas ocurría eso que no vemos y que es lo que es terrible. También hablando con los psicólogos -y eso para mí también fue clarificador-, es que son perfiles que de alguna manera tienen esa forma de Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Hay una especie de blanco entre la persona social, en este caso es el dentista que trabaja, que puede tratar con la gente, ser amable, ser simpático; y la bestia que sale cuando está encerrado en casa, aparece y hay una desconexión. Cuando luego vuelve a ser la persona social no tiene el recuerdo del otro, están como desconectados el uno del otro. Y eso explica porqué puede seguir, porque yo a lo máximo que podía llegar a entender bajo mi personita, siempre jugando, es que en un momento dado uno pueda hacer algo tan terrible, pero automáticamente lo que me sale es que me tiro por el balcón, ¿cómo puedo vivir con eso encima? En cambio, si cuando estás en ese estado y sales de allí, es casi como estar amnésico, no recuerdas lo que has hecho y cuando te vuelve a venir sabes que lo tienes allí, que ha pasado una primera vez, que no ves de entrada ningún síntoma de nada que pueda parecer ostentoso; entonces vas creando una irrealidad de todo eso, de las consecuencias que tiene para ti, sólo piensas en tus necesidades.

P: Hay una película, El leñador, protagonizada por Kevin Bacon, que también trata el mismo tema y veo bastante relación con ella. Se presenta al abusador pero no lo pone como el malo, sino que es una persona…
R: … Que tiene un problema, que sale de la cárcel, que está en terapia, que se rebela: «¡Coño!, ¿cuando se me va a pasar eso?«. Porque el tío coge el piso delante de la escuela, está allí mirando y ve como otro abusador va allí coge a un niño, se lo lleva y entonces va él y le pega una paliza… La escena del parque es increíble con la niña que de repente le cuenta que en su casa su padre se lo hace… Es una película maravillosa. Pero ahí es como que abre esa ventanita de luz para el abusador que también está muy bien, pero yo creo que seguramente hay que ir paso a paso.

Lluis Homar

P: Creo que guardan relación en cuanto a la sensación con la que se queda el público ya no si son culpables o no, que vale, lo son, pero tenéis un problema y tenéis que intentar solucionarlo y hacen mucho más humanas esas historias. Creo que esta también está…
R: … Por la humanización, o sea, que no es el estereotipo, no es el malvado que ponen cara de malo y que de repente aparece una mirada perversa. No, no. Exacto, son seres humanos que tienen esa enfermedad y que es una enfermedad terrible porque las consecuencias para la persona que lo sufre pueden arruinar absolutamente una vida.

P: La sensación que hay con el tema de los abusos a menores es un tema del que se habla poco en España. Se conocen casos en el extranjero, pero de aquí se comentan muy pocos. Sabemos que los hay pero está todo muy escondido. ¿Crees que esta película puede ayudar a sacarlo a la luz?
R: Esta es la vocación de la película. Me viene ese proverbio chico que dice: «Un viaje de mil leguas empieza con un paso«. Creo que este es el primer paso en nuestro cine. No la he visto pero en Elisa K que se presentó en San Sebastián, también hay algo de eso dentro, pero una película con la voluntad de denuncia, de sensibilización social, de dar a conocer algo creo que es la primera, es ese primer paso. Alguien me dijo en una entrevista que éste debe ser el último tema tabú que queda… ojalá fuese el último. Me temo que no debe de ser el último, habrá otros, pero sí que no queremos verlo y por desgracia existe mucho, muchísimo más de lo que nos pensamos. Eso lo decía Montxo, que a lo largo de todo el proceso de preparación se ha sorprendido de la cantidad de personas que le han confesado, le han dicho: «Yo también fui abusado«.

P: A la película le veo un problema, y es que trata un tema tan complicado, del que no se quiere hablar y lo plasma tan abiertamente que la gente podría no querer verla.
R: Evidentemente que la gente -y yo a veces el primero- dependiendo de cómo está y los momentos en que vivimos, quiere distraerse y que le saquen de su realidad. Sí, ese es el impulso que tenemos, pero ojalá no sea así, ojalá nos equivoquemos. Creo que podemos tener sorpresas. Porque en eso tiene mucho valor como está hecha la película. Hombre, me cuesta imaginar que pueda ser una película de masas, pero no quiero renunciar a que lo sea porque sería muy necesario que lo fuera. Veremos qué pasa pero eso no le quita ni un sentido a la película. Al contrario, está muy bien que nos evadamos y que busquemos divertirnos pero también hay que mirar a las cosas para ser. Porque si no al final nos degradamos como personas y vivimos un momento en el que por desgracia estamos demasiado acostumbrados a que la televisión nos ofrezca carnaza. Imagina lo que podría dar de sí este tema si fuera hecho desde el punto de vista del morbo. Tenemos una lección de denuncia, de poesía y de calidad, seamos sensibles a ese tipo de cosas.

No tengas miedoP: A nivel de técnico y de realización la película está muy cuidada.
R:
Yo digo que es una película esculpida, veo como trabajaba Montxo con Alex Catalán plano por plano, la luz que tenía que entrar por la ventana que fuera la adecuada, si no lo era no se rodaba el plano. Si el movimiento de la cámara no era, se repetía. En realidad no era difícil lo que había que hacer, pero había que hacerlo en el momento justo y eso creaba una especie de angustia pero bueno era la manera en que se labró toda esta película. Por eso digo que es una película esculpida.

P: En el plano interpretativo todo suena muy natural y fluido.
R: Sí, en eso nos insistía Montxo. Él no quería ni una sola frase, ni una sola reacción que no fuera verdad, verdad espontánea, natural. Estaban los ensayos para probar y tal, pero sus son frases muy escuetas y él quiere esas frases, pero al mismo tiempo también te sientes libre. No te está imponiendo un tono, una forma de decir la frase. Más que nada descarta cosas, pero para él es muy importante que tú encuentres la verdad.

P: ¿Cómo ha sido el reencuentro con Montxo? En Obaba tenías un papelito y ahora eres uno de los protagonistas.
R: Allí trabajé solo un día y fue un encuentro muy feliz. Fue también en Pamplona y yo venía de rodar en Madrid Reinas y al día siguiente rodaba una TV movie en Barcelona. Desde entonces mantuvimos el contacto, vino a verme en el teatro y coincidíamos así de vez en cuando, siempre con esa afabilidad. Aquí ha sido distinto, ellos empezaron a hablarme del proyecto un año y medio antes, cuando se estaba levantando. He tenido la suerte de poder vivirlo desde los inicios y ha sido muy gratificante por eso, porque él mismo te pasa el material, las películas, los libros, bueno, te va dando muchas pautas y sobre todo las conversaciones con él, los psicólogos… o sea, que muy bien.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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