Danny McBride en De Culo y Cuesta Abajo (Eastbound & Down)

De Culo y Cuesta Abajo: Orgulloso paletismo

Eastbound & Down, la serie creada por Ben Best, Danny McBride y Jody Hill para HBO allá por el 2009, llegó a su fin hace unos meses en Estados Unidos. El 2 de julio Canal + estrenó la tercera y última temporada.

 

Danny McBride en De Culo y Cuesta Abajo

 

De culo y cuesta abajo (como se ha traducido en nuestro país) cuenta el esfuerzo de Kenny Powers (interpretado por el propio Danny McBride), un ex jugador profesional de béisbol, por volver a las majors, la liga más importante de este deporte en el país donde más fanáticos tiene. Narrada a modo de audiolibro escrito por el protagonista, a lo largo de 21 capítulos se nos hace partícipes de la vuelta a su ciudad natal para aceptar un empleo de profesor sustituto, su periplo por tierras mexicanas y, en última instancia, llevarnos a Myrtle Beach, pueblo de paletos que no le hacen sombra al protagonista.

 

Lo que ofrece la serie es un humor negro, tosco, ofensivo, insultante y a la vez fresco, inteligente e hilarante. El personaje de McBride es homófobo, racista, mujeriego, ególatra y un sin fin de descalificativos más; probablemente sea identificable con un alto porcentaje de la población americana, y es ese toque humano y reconocible el que hace que, a pesar de sus maneras, la historia nos importe y la serie sea una comedia imprescindible.

 

Sus detractores dirán que la serie es previsible, repetitiva y de mal gusto. Sus defensores podemos argumentar que la colección de personajes que nos ha brindado es envidiable y que comedia hay por todas partes, solo hay que saber sacudirse de encima los prejuicios. Cierto es que el sexo y la chabacanería están presentes episodio sí, episodio también; pero no por ello la serie pierde un ápice de calidad. Por fácil que pueda parecer, que cada esperpento que sale por la boca del orondo jugador consiga sorprender y arrancar carcajadas, incluso ya preparados para lo peor, es un triunfo.

 

De Culo y Cuesta Abajo

 

Aunque en un principio las situaciones rezumaran originalidad, éstas han ido perdiendo fuelle a medida que avanzaba la trama. La espiral de locura en la que han sumergido sus creadores a los personajes reflejan, no una falta de imaginación, si no todo lo contrario: falta de freno. Sin embargo, pese a darse escenas que a cualquiera hacen sentir avergonzado, tiene unos diálogos tan bien escritos, con el ritmo perfectamente controlado, que, aunque uno no aguante ciertas cosas insalvables, se siente a obligado a terminar de ver la serie completa.

 

En cualquier caso, es una serie de personajes, y ahí donde reside su mayor logro. Kenny Powers es uno de esos casos en los que una escena definitoria basta para saber cómo es, en el que hay que indagar para encontrar matices. Parece que Danny McBride decidió escribirse algo a su medida, está dentro de su propia piel con el traje de jugador de béisbol, y si bien corre el riesgo de encasillarse (prácticamente es el mismo papel que interpretó en Tropic Thunder [Ben Stiller, 2008] o 30 minutos o menos [Ruben Fleischer, 2011]), al menos es el mejor papel para él. Tan medido está su rol que hay pocas escenas en las que no lleve la voz cantante, pero eso no es acicate para que la colección de secundarios de la que el relato hace gala sea fabulosa. Desde su padre (interpretado por Don Johnson, una de las muchas estrellas invitadas que tiene la serie) y el hijo medio retrasado de éste, pasando por el dueño del concesionario de coches (cameo de Will Ferrell, productor también del asunto, y se nota) hasta llegar al mejor de todos, su Sancho Panza particular, Stevie. Sobre su escudero recaen todas las mofas más vergonzantes posibles (la colección de pelucas que exhibe en los últimos capítulos es desternillante) y la pasión que muestra por su ídolo es tan inexplicable que resulta brillante. Está interpretado por Steve Little, actor poco conocido tanto en su país como en el nuestro, que tiene un físico nada envidiable pero diseñado para la comedia, con el que sin duda explota su vis cómica.

 

Steve Little en De Culo y Cuesta Abajo

 

Así pues, una obra menor en el amplio catálogo de HBO, cadena que demuestra una vez tras otra no tener miedo a innovar con productos de calidad dirigidos a un público menor. Esta Eastbound & Down hará las delicias de los seguidores de la comedia más ácida e irreverente, con el gran acierto de no durar más de lo necesario.

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