Reputado y respetado nombre dentro del panorama comiquero español, Max fue uno de los autores de referencia del cómic underground de los años 80, y Peter Pank, nacida en las páginas de El Víbora, una de sus obras más representativas, reeditada ahora por La Cúpula en una edición integral que recopila las tres historias del personaje y diverso material extra (principalmente ilustraciones y alguna que otra tira gráfica) en formato rústica (cuenta con otra edición anterior en cartoné) para gozo de los lectores más nostálgicos y para las nuevas generaciones.
La primera de las historias, Peter Pank, es obviamente, una reinterpretación paródica del clásico de Disney (el parecido entre el Sr. Smee y su contrapartida punk es incuestionable) y que vio la luz por primera vez en 1984. Con un tono subversivo e irreverente, ávido de romper moldes, Peter Pank carga las tintas en su crítica social y el deseo de expresarse libremente, sin ningún tipo de filtro ni censura. De ahí que el humor tome un cariz salvaje y políticamente incorrecto en torno a la violencia, las drogas y, sobre todo, el sexo. Distintas tribus urbanas como rockers, hippies o punkies dan cita en Punkilandia, el particular País de Nunca Jamás ideado por Max.
El autor deja este primer relato (realmente como los otros) con un final abierto que desemboca en El licantropunk (aparecido en 1987), ya sin el factor sorpresa, y menos descarada, propone un homenaje s los clásicos del cine de terror, con los hombres lobo y Drácula como principales figuras. La acción se traslada a la fría Escocia y se añaden nuevas tribus como los skins al universo ideado por el guionista y dibujante. No faltan el humor y los guiños a personajes de la cultura popular como el mejor amigo de Tintín, el Capitán Haddock (las referencias y alusiones a otras obras son variadas a lo largo de las tres historias). Quizás de las tres, esta sea la aventura más floja.
La tercera y última aventura de Peter Pank (a pesar de terminar sin un desenlace definitivo) se llama Pankdinista! y data de 1990, y hace evidente referencia a la revolución sandinista. Max recupera el carácter crítico de su primera aventura y enfrenta a Peter y las tribus rebeldes a un sistema que ha abrazado el capitalismo, aunque al final son los errores del propio sistema los que llevan a su destrucción. Con el paso del tiempo no deja de resultar curioso, dado que en aquellos años España vivía un boom de inversión pública de cara a la preparación de las Olimpiadas o la Expo de Sevilla y entre mediados de 1992 y 1993 se entró en una profunda crisis económica. Max de forma intencionada o no, construyó una interesante alegoría sobre el estado español que, tristemente, hoy está más de actualidad que nunca.
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