Por el Chico que Veía en Sueños #1

Por el Chico que Veía en Sueños #1: Gente enfadada

Por el Chico que Veía en Sueños #1«Lo mejor será que guardemos este dibujo«

 

Llega a nuestro país, gracias a las buenas gentes de Norma Editorial, el nuevo trabajo de Kei Sanbe, autor del manga en el que se basa el anime (y la posterior serie de acción real que también ha traído Netflix) de Desaparecido. Por el Chico que Veía en Sueños mantiene parte de ese tono que ya definiera a su anterior obra, pero lo llena de un montón de nuevas aristas y zonas incómodas al relatarnos una historia cuyos motores principales son el rencor, la ira y la soledad. Y pone de protagonista a un chaval (Senri Nakajô) en un constante estado de tensión con el que cuesta un poco empatizar. Es éste un manga que deja al lector incómodo, pero que aún tiene un largo camino por recorrer (se compondrá de siete volúmenes) antes de que nos rindamos con su premisa inicial.

 

Y mira que el punto de partida es interesante: una noche de lluvia un asesino acaba con la vida de los padres del protagonista y se lleva al hermano mayor de éste, con el que comparte un vínculo muy estrecho nacido (en parte) del terror que ambos sentían por el borracho maltratador de su padre. La historia comienza bastantes años después, con nuestro protagonista siendo un estudiante de instituto que trata de acumular dinero e influencia para invertirlos en la cacería del responsable de su infortunio, pese a no tener más pistas de él que el lev recuerdo de unas cicatrices. Y quizás ahí está el problema para mí. En que Senri es un personaje excesivamente movido por la ira, un chaval que ha convertido todo el trauma de aquella noche en un fuego que lo alimenta y que lo mueve a actuar con el mantra de ‘el fin justifica los medios’ bien clavado en la cabeza.

 

«Había brotado en mi un nuevo sentimiento que dominaba por completo mi corazón«

 

Me recuerda mucho Senri al personaje de Mildred que interpretara magistralmente Frances McDormand en Tres Anuncios en las Afueras. En la premiada película de Martin McDonagh nos encontramos a una mujer consumida por la ira y la frustración de no haber sido capaz de encontrar al responsable de la muerte de su hija. Al principio los espectadores éramos capaces de comprender su dolor y entendíamos su rabia, pero llega un momento en el filme en el que poco a poco vamos viendo lo destructivo de sus sentimientos y hacia dónde estos la van conduciendo. Pasa algo muy similar con Senri: Es fácil empatizar con el crío de cinco años que se encuentra de pronto en un charco de sangre en el que también yacen los cuerpos sin vida de su padre y de su madre, pero la manera en que abusa de sus compañeros, y el dolor que está dispuesto a infligir a desconocidos nos hace tomar algo de distancia con él. No vale todo, nunca debería hacerlo.

 

Por el Chico que Veía en Sueños #1

Por el Chico que Veía en Sueños #1

 

También como en la película de 2017 (año del que, por cierto, es este manga), cobra una especial importancia la gente que rodea al personaje principal. Quizás no seamos capaces de empatizar del todo con Senri, pero es más fácil ponerse del lado de Enan, la amiga que lo ha acompañado desde que lo internaron en un albergue a la espera de que sus abuelos se hicieran con su custodia. Como ocurriera con el personaje que interpretó Woody Harrelson, Enan personifica la cordura que parece haber abandonado al protagonista. Se preocupa por él y trata de evitar que tome la peor de las decisiones. Sanbe nos presenta a un personaje que también procede de un pasado torturado, pero que ha sido capaz de avanzar y de mirar la vida con otros ojos.

 

Por el momento, el nuevo trabajo de Sanbe me genera muchas dudas (¿por qué ahorrar mucho dinero va a acercar a Senri a su objetivo?), pero lo cierto es que estamos ante un seinen de desarrollo bastante lento, así que aún hay tiempo de sobra para que la historia nos enganche como ya lo logró la anterior.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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