Así están las cosas, si hace un par de meses os hablábamos de que la productora KatzSmith se había hecho con los derechos para una posible secuela de la cinta que dirigiera en 1988 Tim Burton, ahora toca dar marcha atrás (o al menos reducir mucho la velocidad) ya que el director ha puesto dos condiciones esenciales a la pareja de productores que no han sido del todo bien recibidas, según nos cuentan desde Cinema Blend.
La primera de ellas supone un seguro hacia la calidad del producto: la historia debería ser una continuación real de la primera parte, es decir, tendría que tener lugar 26 años después de los sucesos de la primera cinta. La segunda es aún más complicada: el protagonista ha de volver a ser el carismático espíritu y el encargado de interpretarle no puede ser otro que el propio Michael Keaton, que ya peina canas.
Los productores ya han declarado que no saben qué hacer ya que no consiguen pensar en nada que puedan presentarle al actor.
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