Tras la deliciosa sorpresa que supuso Rumores y mentiras, muchos esperábamos ansiosos lo nuevo de Will Gluck, Con derecho a roce; comedia romántica protagonizada por una pareja explosiva –Justin Timberlake y Mila Kunis– en la que el habitual chico conoce chica, chico pierde chica y chico conquista chica (o a la inversa) es sustituido por el chicos se hacen amigos, se enrollan y salen con otras personas hasta que descubren que se quieren.
A diferencia de otras producciones recientes que toman estas relaciones físicas como premisa, aquí no encontramos a dos desconocidos que tienen encuentros sexuales y acaban enamorándose, sino que se trata de dos amigos que, hartos de las relaciones de pareja, deciden pasarlo bien dejando de lado las complicaciones.
Desde el minuto uno Will Gluck deja claras sus intenciones, el tono que llevará el film y el tipo de personajes con los que nos vamos a encontrar. Así, la película arranca con el final de los respectivos noviazgos de Timberlake y Kunis, a cada cual más patético y cargado de excusas tópicas… como la vida misma.
Al director le gusta jugar con sus propuestas y si en Rumores y mentiras les daba la vuelta a las comedias teen homenajeando los 80 y la figura de John Hughes, en Con derecho a roce se dedica a deconstruir el género con mucho tino, ya sea exagerándolo hasta el ridículo (la película que ven juntos en un momento dado no tiene precio), o ya sea señalando sus clichés y haciendo lo contrario con mucha picardía. Y es que la pareja protagonista no se cansa de criticar las comedias románticas.
Bien es cierto que de tanto darles la vuelta acaba cayendo en ellos y el desenlace de resuelve de forma muy convencional… pero si llegados a ese punto la película nos ha convencido ¿qué más da? Como a nuestra pareja, también disfrutamos en secreto con estas ñoñerías y nos gustan los finales felices. Porque a pesar del sexo y las bromas, lo que nos engancha al final es el sentimiento.
Como ya hiciera en su anterior película, Gluck ha tenido gran ojo a la hora de definir un plantel encabezado por Justin Timberlake (¡gracias SNL por descubrirnos su vis cómica!) y Mila Kunis, quienes explotan la química existente entre ellos para gozo del espectador; porque un título en el que la pareja protagonista pasa gran parte del tiempo junta (y revuelta), que haya (y se transmita) confianza y buen ambiente es primordial. Ella es la anti-Katherine Heigl y él queda muy lejos de ser un galán.
El objetivo de Con derecho a roce no es camelarnos con una bonita historia de amor, sino hacernos reír y disfrutar con ella. El cineasta tiene muy aprendido el timing de la comedia y lo demuestra en el trabajo actoral y el montaje. Si además la compenetración entre los actores es tal que los diálogos avanzan rápido y fluidos, sin miedo a pisarse unos a otros y sin tener que esperar la reacción del compañero para continuar con la siguiente frase, disfrutamos de un producto fresco, de una apariencia muy espontánea y que no quiere perder el tiempo.
El resto del reparto no se queda atrás y nos regala unos personajes muy peculiares y divertidos entre los que destaca un Woody Harrelson pasado de vueltas o un Jason Segel que nunca podrá negar que se divirtió como un niño en esta película. Aquí la herencia de Rumores y mentiras es palpable en las pequeñas apariciones de Emma Stone y Patricia Clarkson. La primera le da un giro a Olive y pasa de romántica empedernida a descreída; mientras, la segunda repite el mismo papel de madre moderna y alocada.
Con derecho no nos va a descubrir nada nuevo, pero no cabe duda de que nos regala una hora y 40 minutos de diversión… con derecho roce.
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