Juliana y la Fruta Dorada

Juliana y la Fruta Dorada: Jugando a los médicos

Juliana y la Fruta Dorada«Es evidente. Mi polla no funciona como debería«

 

Cuando he terminado de leer este tomo he necesitado de una segunda opinión, la de mi mujer, por si en él hubiera cosas que mi burda sensibilidad no hubiese entendido. Pero no, ella ha sido aún más crítica con Juliana y la Fruta Dorada que yo mismo. Y es que a los pocos minutos ya estaba poniendo ‘peros’ al tema de que una hija de la nobleza tuviera que pagar impuestos o al hecho de que se dedicase a explorar a su paciente sin tratar de averiguar primero el motivo de su visita al médico. Yo, cuando leí la etiqueta ‘TL‘ (Teen’s Love: manga de alto contenido erótico y sexual dirigido a un público femenino adulto… y no tan adulto) ya imaginé que me iba a dejar a caer en el mundo del porno y que ello, salvo sorpresa, venía con argumentos facilones, poca atención a los detalles y personajes vacíos a cascoporro. Ver como una doctora rural de un reino ficticio ambientado en una época pseudo-victoriana va depilada cual pista de curling era lo mínimo que me podía esperar.

 

Pero ha sido al llegar a la parte que nos interesa, la del sexo, cuando su opinión y la mía han coincidido al cien por cien, para mi momentáneo alivio. Volvamos a la definición de TL. Leo por la red que este género se diferencia del por todos conocido hentai en que las mujeres de estas historias no son cosificadas ni vejadas y que pone el acento en relaciones en las que ambas partes disfrutan de la relación. No pondré en duda que la intención de Hikari Tsukino (autora del relato) y Mika (artista a la que conocemos en este país por un buen puñado de obras de este palo) era mostrarnos esto. De hecho Juliana se dedica a repetirnos hasta la saciedad que, a pesar de que ella no ha podido decidir en ningún momento si quería o no tener determinadas relaciones sexuales, sí, las ha disfrutado enormemente. Es decir, que ha habido violación, pero que como le ha gustado no pasa nada.

 

«Puedes practicar conmigo y ver qué hacer para excitar a un hombre«

 

Este es un argumento que comparte con este volumen gran parte del hentai y una de las principales causas por las que se haya llegado a considerar a estos géneros como ‘dañinos para la juventud’ (no lo digo yo, lo dice el gobierno de la prefectura de Osaka). No me voy a poner aquí en plan santurrón ni a decir que huyamos de la pornografía de cualquier tipo, pero sí que me gustaría decir que cuando un chaval o una chavala medianamente impresionables (o a veces no hace falta ni eso, basta con un consumo excesivo) se enfrentan a casos como éste, en el que se nos presentan ‘atenuantes’ para un acto abominable, terminan por pensar que las relaciones reales también pueden ser así. Y la cosa puede írseles de las manos cuando su ‘Juliana’ particular no se muestre tan tímida y complaciente como la de este cómic o cuando su emperador de turno no se limite a juguetear con su cuerpo.

 

Juliana y la Fruta Dorada

Del X de Mika os traigo este detalle a la par que os invito a visitar la página ‘Escher Girls

 

Puede que sea un exagerado, pero conozco al menos un par de personas que podrían sentirse identificadas el párrafo de más arriba y es por pensar en esta clase de individuos que la lectura de esta nueva publicación de Odaiba Ediciones se me hace muy cuesta arriba. Estoy seguro de que el TL tiene mejores y más acertados acercamientos al mundo del erotismo y la excitación sexual en femenino que el de una bonita doctora de pueblo siendo utilizada para calmar los deseos sexuales de un emperador con bastante poco tacto (pero con una capacidad lingüística sensacional incluso en las situaciones más delicadas). Para acabar en positivo diré que la escena de la gayola del emperador en público y de cara a su tío me parece un monumento al humor.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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