«Tengo entendido que en esta tierra hasta el más imbécil puede gobernar«
Me pasa algo con Ubú en el País de los Visigodos. No sé si es que me estoy haciendo viejo (el otro día me descubrí algunas canas) o si es que de verdad ocurre que ya no se hacen como antes ni tan siquiera los chistes. La cosa es que la premisa de este cómic que pone a la venta Ediciones Serendipia bajo el sello Cósmica me parece muy macarra y divertida (lo del concurso Salta la Valla, un cruce entre el Juego de la Oca de nuestras infancias y cierto programa de masas actual presentado por un monigote pelirrojo, es de traca), pero sus chistes caen rápidamente en la reiteración hasta el punto de que la trama apenas avanza y uno siente unas ganas insuperables de entregarse a la lectura diagonal para acabar cuanto antes.
Y no es que Ubú en el País de los Visigodos sea malo o que sus chistes sean pesados (bueno, hay una cierta querencia hacia el tema de las heces que resulta como poco llamativa), pero la historia que se nos pretende contar carece completamente de ritmo. Da la impresión de que esta publicación habría funcionado mejor a base de entregas semanales (o mensuales) en lugar de como un tomo hecho y derecho, porque los chistes y las burradas que Elchinodepelocrespo y Vicente Montalbá vierten sobre estas páginas son, en ocasiones, descacharrantes (me encantan las portadas de los periódicos del día de las elecciones), pero parecen querer conquistarnos más por cantidad que por calidad, como si hubiera que llegar a un mínimo de páginas y con la historia original no les hubiera alcanzado.
«Qué dura es la gobernanza. ¡Todo el día incendiando!«
Pero lo dicho, quizás el problema haya sido mío por haber destinado tan sólo un par de horas a su lectura y reseñado en lugar de haberlo disfrutado de a pocos. Porque el mensaje que nos lanza esta pareja sí que tiene miga y no deja de ser una mirada aun futuro que se acerca a velocidad de crucero y que cada vez suena menos a chiste y más a distopía surrealista en la que nos estamos metiendo de cabeza y alegremente. No hace casi ni falta que nos dediquemos aquí a desentrañar quién será el misterioso don Pelayo, líder del Partido Visigodo y tampoco creo que haga falta un máster para entender cómo el terrible y degenerado sistema de Ubú termina por hacer aguas e irse al garete, pero lo que sí que es cierto es que las realidades a las que esta pareja creativa hacen referencia están ahí y son cada día más potentes y terroríficas (especial miedo me da esa caza de brujas de quienes llevan gafas, que nos lleva de la mano a la dictadura de monstruos como Pol Pot).

Ubú en el País de los Visigodos
Ubú en el País de los Visigodos, y esto no me lo esperaba, termina lanzando una especie de mirada optimista hacia un futuro lejano en el que los sistemas dictatoriales han sido prácticamente olvidados y sustituidos por una especie de utopía ecológica y tolerante. Lo leo y no puedo evitar pensar en nuestra Transición y en las esperanzas que hubo entonces en que la España que emergiera fuera un país mucho más moderno y con la vista en el futuro. Ojalá sea cierta la visión de Elchinodepelocrespo y Montalbá, porque la Historia gusta de avanzar dando círculos y con cada nuevo desgraciado que aupamos al poder estamos un poquito más cerca de la autodestrucción.
Deja un comentario: