Los Vengadores vs. La Patrulla-X: Consecuencias

El Fin de Generación Hope: Manipulación y rebeldía

El Fin de Generación Hope

La batalla entre Vengadores y la Patrulla-X se viene fraguando de lejos. Ya en La Cruzada de los Niños (publicada por Panini desde finales de 2011 y hasta junio de 2012) vimos los primeros roces serios a raíz de una discusión entre ambos equipos por ver quién tenía derecho a juzgar (y condenar llegado el caso) a Wanda Maximoff por el genocidio mutante ocasionado en la saga Dinastía de M y la matanza que ocasionó Vengadores Desunidos. A los dos grupos les basta una excusa, la que sea, para volver a partirse las caras y ahí está la Fuerza Fénix y su ilimitado potencial para crear y destruir para dársela. Pero, ¿por qué van a depositar sus esperanzas los mutantes en un ente tan caprichoso? ¿Es Hope un recipiente con la suficiente fuerza de voluntad como para dominarlo? Estas y más cuestiones se intentan desvelar con la publicación de este tomo, recopilación de los números 6 al 17 (de junio de 2011 a mayo de 2012, cuando comenzó esta batalla en Estados Unidos).

 

«Y luego está ese problemón que se llama como una ciudad de Arizona«

 

Los cómics de Generación Hope (de los cuales éste es el segundo volumen en España) nos cuentan las aventuras de la «primera niña mutante nacida después del Día M» y su equipo en busca de «luces» (nuevos mutantes en un mundo que ha perdido a la mayor parte de ellos) Puede parecer un argumento muy típico para un cómic de aventuras, pero hay que tener en cuenta que en el ambiente de histeria antimutante que se originó a raíz del Día M descubrir un buen día que tienes poderes puede ser algo realmente aterrador. Uno de los poderes de Hope (aparte del de copiar los poderes de aquel a quien toca) consiste en estabilizar a los mutantes descontrolados, detalle que resultó muy útil para reclutar a Kenji Uedo (mutante cuyo claro homenaje a Akira no nos puede pasar desapercibido) en la primera entrega y que vuelve a ponerse de manifiesto al principio de este tomo.

 

Pero lo más interesante de este cómic es el atractivo que desprenden sus protagonistas. Tenemos a Transónica (Laurie Tromette), una mutante cuyo aspecto azulado la impide pasar desapercibida entre los humanos, a Primario (Teon Macick), que se rige por sus instintos cual animal y como tal es tratado tanto por muchos otros mutantes como por su propia familia; a Oya (Idie Okonkwo) la conoceréis seguro si habéis leído las nuevas aventuras de Lobezno al frente del Instituto Jean Grey. Su dramático pasado la ha dejado muy marcada y se considera a sí misma un monstruo, una aberración que ha de ser eliminada. Velocidad (Gabriel Cohuelo) tiene un poder útil, pero mortal para sí mismo, su cada vez más cercana vejez adolescente marca su carácter. Parte humano, parte máquina y parte tumor descomunal y descontrolado, Cero (Kenji) es la última incorporación al equipo y uno de los pocos en ver tras la fachada de heroísmo de su «lideresa» a una mujer obsesionada con el control, capaz de manipular a sus compañeros para lograr sus objetivos.

 

El Fin de Generación Hope

 

«Sabes que no puedo negarme y te aprovechas de ello«

 

No le falta razón a Cero. Aprisionada por las exageradas expectativas que toda una raza ha depositado en ella, perseguida desde el momento de su nacimiento, entrenada como un soldado durante toda su vida y con demasiadas muertes a su alrededor desde que tuvo capacidad de raciocinio, Hope es una adolescente traumatizada al mando de un equipo entero de mutantes y con un poder potencial tan desproporcionado que podría ser la causante de la destrucción de su propio planeta. Los que ven en ella una amenaza tienen tanta razón como los que la consideran capaz de traer la salvación a las razas humana y mutante (las promos americanas han jugado también con este dilema). Al final de los doce capítulos contenidos en este tomo no nos queda muy clara cual de las dos versiones de Hope será la que veremos.

 

Generación Hope se extiende desde poco después del Advenimiento (Second Coming en Estados Unidos) y hasta prácticamente la actualidad. Eso quiere decir que vemos cómo afectan a este pequeño grupo de mutantes eventos tan importantes como el Cisma y su consiguiente y actual Regénesis (a quienes tengáis el número cero de esta colección os sonará uno de los capítulos aquí contenidos) El título que Panini le ha dado al cómic de «Prólogo de Los Vengadores vs. La Patrulla-X» es cierto en tanto a que nos permite conocer con total profundidad a la causa y uno de los protagonistas del enfrentamiento mientras se nos hace reflexionar sobre temas tan variados como el amor adolescente, la posibilidad de redención o cómo afronta cada uno el final de su propia vida.

 

Portada de Generación Hope 10

 

«¿Tengo que matar a alguien más?«

 

El guión de este tomo se divide en siete capítulos para el actual guionista de La Imposible Patrulla-X, Kieron Gillen, dejando toda la trama de El Fin de Generación Hope en manos del escritor, cómico y actor James Asmus, que se las ingenia para rodear a Hope Summers (el «mesías» de la raza mutante) de aún más simbología cristiana al llegar a «crucificarla» en una historia con la que pone a flor de piel los deseos, odios, esperanzas y recelos que todos los habitantes de Utopía depositan alrededor de la figura de esta mutante, la cual cada vez despierta más compasión entre los lectores. El dibujo pasa por muchas manos: desde las claramente influenciadas (para bien o para mal) por el manga de Salva Espín hasta las amantes del realismo de Ibraim Roberson. Personalmente creo que la virtud está en el punto medio, pero no deja de ser cuestión de gustos y este tomo tiene un poco de cada para todos.

 

En definitiva, tenemos un tomo repleto de acción, denso en su contenido y significado y muy válido como lectura independiente. Una verdadera maravilla que Panini acompaña de las impresiones de Julián M. Clemente y de las fabulosas portadas que en Norteamérica han acompañado a la colección. Ahora sólo queda esperar a la Fuerza Fénix y al enfrentamiento definitivo entre dos de los superequipos más fuertes del planeta.

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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