Finales y principios de finales. Este es el resumen del contenido que nos depara El Asombroso Spiderman en la entrega número #35 de la actual etapa según las cuentas de Panini Cómics. Zeb Wells y su andadura entran en tiempo de descuento y eso se refleja en el cierre de tramas por aquí y por allá, siendo la referente al Duende la más importante… y la más… la más.
«Parece ser que recibir un disparo te hace polvo«
Hay que reconocerle al guionista que este giro final de los acontecimientos no lo vimos venir, porque convertir al Duende en un trasunto del Azazel de Fallen (Gregory Hoblit, 1998) y Freddy Krueger es algo que escapa a cualquier entendimiento. Eso sí, se viene reto interesante para el guionista que quiera o deba recuperar al villano y a Norman Osborn en su versión villanesca.
Un estrambótico capítulo para concluir el arco Objetivo: Peter Parker, dejando el resto del tomo para empezar a cocinar el regreso de Lápida a la primera plana. Suponemos que el separar este capítulo del resto de la saga responde a una simple cuestión de balance de capítulos restantes para el final de la etapa y extensión/precio de los tomos. Sea como fuere, es raro, máxime cuando desde Panini intentan que estas cosas no sea algo habitual.
Volviendo al regreso de Lápida, esto nos lleva tanto al inicio de la actual etapa, con Spidey «haciendo migas» con el mafioso, como al desenlace de Guerra de Bandas, que dio con este como nuevo Kingpin de Nueva York, aunque con un poder en relativa discusión por la creencia (infundada por el propio Spiderman) de la asociación entre Lápida y el trepamuros.
Así, ya podéis imaginar las motivaciones de uno y otro para este careo que pondrá el broche a la irregular etapa de Zeb Wells como guionista principal de la colección arácnida. Y, hay que reconocerlo, puede ser un broche muy satisfactorio. Si algo ha demostrado Wells en este tiempo es que se mueve de maravilla entre aventuras de corte urbano. Es en estas donde ha sabido sacarle más jugo al personaje y el mundo que le rodea. Y lo hace tanto en la faceta de vigilante enmascarado, como en la personal. El segundo capítulo del tomo, que narra una cita romántica aderezada por la recurrente suerte Parker, es un excelente ejemplo de la buena mano del veterano guionista. Lástima que no la haya exprimido más.

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