Dentro de su Colección Extra Superhéroes, Panini ha editado un volumen muy especial ya que recoge, en un único tomo, la serie Los años perdidos de la Patrulla-X con la que John Byrne volvía a la editorial después de una larga ausencia y con la que pretendía rellenar algunos huecos de la larga historia de los pupilos de Charles Xavier.

Los años perdidos se sitúan justo tras los acontecimientos de The X-Men #66 (marzo de 1970), que supusieron el final de la serie mutante y la publicación de Giant-Size X-Men #1 (mayo de 1975), que significó la Segunda Génesis, o el renacimiento de la Patrulla-X, con nuevos integrantes entre los que estaban Tormenta, Coloso o Lobezno. Así, la intención de Byrne con esta colección (editada entre 1999 y 2001) era la de imaginar que aventuras habrían vivido los integrantes del equipo original (Cíclope, Jean Grey, Hombre de Hielo, Ángel y Bestia) desde la cancelación de la serie primigenia hasta el citado relanzamiento. Cinco años de ausencia en los que los seguidores mutantes de la época tuvieron que conformarse con la reimpresión de las primeras aventuras.

Con estas intenciones es fácil aventurar el tono de las historias. Tanto los guiones como los dibujos (trabajo todo de Byrne, acompañado de Tom Palmer como entintador) tienen un remarcado aspecto clásico, en un esfuerzo de reflejar el modo de hacer las cosas en los años 70. De esta forma se respira la nostalgia por todas partes y en caso de querer recuperar aquellas tramas y leerlas junto a estas, la diferencia temporal (casi 30 años) no es nada traumática. Pero claro, para un lector contemporáneo la lectura puede resultarle anacrónica y no ser capaz de entrar en el juego que exige el autor nacido en Reino Unido. Pero como experimento, esta serie de 22 entregas no tiene ningún desperdicio, ya que recrea fielmente el estilo y tono de las clásicas aventuras.

Desde la primera página el tomo denota el carácter continuista de la obra y el extenso conocimiento de John Byrne de esta etapa del cosmos mutante, lo que permite al autor enlazar sus historias con las antiguas y «anticiparse» a hechos que tendrían lugar tras la refundación de la Patrulla-X, como relatar un primer encuentro entre el equipo liderado por Cíclope con Ororo Munroe en tierras africanas o presentar de forma velada a la fuerza Fénix que tan cruelmente ha condicionado el destino de los mutantes a lo largo de los años. Guiños que dejan entrever la idea de que el destino de la Patrulla-X ya estaba prefijado desde hacía mucho tiempo. Aventuras compartidas con los 4 Fantásticos, encuentros con Namor, luchas con Kraven el Cazador o Sauron, viajes a la Tierra Salvaje y Magneto como gran rival son algunas de las cosas que nos podemos encontrar entre las páginas de este tomo de casi 600 páginas.

El tomo tiene un especial interés para nostálgicos de la etapa Roy Thomas y Neal Adams al frente de la cabecera mutante y para completistas de los Hombres-X y de John Byrne, aunque cualquiera que acepte el reto de zambullirse entre sus páginas acabará esbozando una sonrisa ante un libro capaz de evocar una concepción de los cómics que hace mucho tiempo que quedó atrás.

Los años perdidos se cierra, además, con The Incredible Hulk Annual #7 (1978), co-guionizado por Byrne junto a Roger Stern. Una historia perfecta con la que concluir por varios motivos. El primero lo explica Raimon Fonseca en el artículo que la precede, ya que aparte de enlazar con el comienzo del tomo que recupera el primer enfrentamiento entre Hulk y los mutantes, es uno de esos «relatos perdidos» de los jóvenes pupilos del Profesor-X acontecidos entre la cancelación de su serie y la constitución del segundo equipo mutante. El segundo es poder comprobar (y comparar) el estilo y trazo de Byrne desde sus comienzos hasta sus trabajos de principios de siglo.