Miles Morales lleva el peso de esta nueva etapa del universo ultimate marvelita.
Si la reseña del número anterior comenzaba con un «la vida siempre sigue adelante», el presente capítulo viene a confirmar otro tópico: la vida sigue igual. Al menos en apariencia, porque con Brian Michael Bendis nunca se sabe. Miles Morales ha visto relanzada su carrera superheroica tras los nefastos acontecimientos de Cataclismo. Líder de los Nuevos Ultimates, al igual que su predecesor en el cargo, el Spiderman definitivo es de todo menos un tipo solitario. Líos en el instituto, con los amigos, novias, decisiones, secretos… Bendis está tejiendo una historia en la que pretende involucrar a una parte importante (en calidad, que no en cantidad) de los personajes que rodearon a Peter Parker en sus primeros tiempos como el hombre araña, tanto aliados como enemigos. Algunas de las apariciones ya forman parte casi de lo cotidiano en la vida del joven Spiderman, otras sin embargo dejan al lector con la boca abierta por lo inesperado y chocante.
Aunque si bien la expectación es notoria, es inevitable que sobrevuele la sensación de que volvemos al inicio del círculo. Por mucho que avancen las historias, siempre acaban volviendo al punto de partida. El que en este punto de partida haya un nuevo jugador, Miles Morales, hace que la situación tome, sin embargo, un interesante matiz del que carece, por ejemplo, la serie madre arácnida, The Amazing Spider-Man. Habrá que seguir atentos a las páginas de la renovada Ultimate Spider-Man.
En cuanto a las otras dos series que completan Ultimate Marvel, Ultimate FF y All-New Ultimates, de momento poco se puede añadir a lo señalado en la anterior reseña. Joshua Hale Fialkov continúa jugando con las consecuencias derivadas de la fisura en el multiverso en su Ultimate FF y aunque sigue sin ser capaz de cohesionar al equipo, desaprovechando mucho a personajes como Iron Man o el Hombre Máquina, consigue dar unos golpes de efecto interesantes para que la historia avance. Este segundo número sirve además para dejar entrever que el peso de la trama lo va a llevar Sue Storm. La que en el universo tradicional no pasa de ser un personaje más bien secundario dentro de los grandes acontecimientos de la editorial, aquí está dispuesta a jugar un papel relevante. En estos primeros pasos de la colección su caracterización es lo más destacado que nos presenta Fialkov.
Y finalmente nos detenemos en la serie de Michel Fiffe. En líneas generales estamos ante un número que se hace bastante espeso. La pelea callejera entre los Nuevos Ultimates, la policía y la banda de las Calaveras ocupa el eje central del episodio, pero no despierta mayor interés. De tanto preparar el terreno para lo que presumiblemente se avecina el guionista parece haberse quedado dormido. La aparición de la versión definitiva de un villano clásico (aunque sin demasiado fuste en comparación con otros, cierto) y un cliffhanger que mete de lleno a Kitty Pride en la cabecera, las expectativas se mantienen altas de cara a próximas entregas.
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