Nathan Edmonson y Phil Noto firman la nueva cabecera centrada en la espía más letal del Universo Marvel, Viuda Negra. La colección no puede llegar en mejor momento, con una importante parte de la audiencia pidiendo una película de ella después de ver a Scarlett Johanson en Los Vengadores de Josh Whedon y en Capitán América: Soldado de Invierno.Si la veremos en la gran pantalla o no solo el tiempo lo dirá, pero mientras tanto podemos disfrutar de una serie que es todo un espectáculo.
Aunque la serie parte de algunas semillas plantadas por Kelly sue DeConnick en sus Vengadores ¡Reuníos!, el argumento, su premisa, también podría entroncar con la propia versión fílmica del personaje, en cuanto a esa necesidad que plantea la espía –en la escena en la que ayuda a Ojo de Halcón a salir del trance al que le tenía sometido Loki– de luchar por sanear su “cuenta en números rojos” y enmendar el mal que ha hecho en el pasado. Es decir, cualquiera, de nuevas, puede engancharse a la colección y seguir las andanzas de Natasha Romanova con todas las garantías de no estar perdiéndose nada.
Estamos ante un thriller de espionaje muy influenciado por los dos grandes modelos del género (fílmico) actual: Jason Bourne e Ethan Hunt. Si James Bond ha claudicado a sus formas, ¿cómo no lo iba a hacer también la vengadora rusa? Espías como Nikita o Sydney Bristow –J.J. Abrams parece estar en todas partes, ¿no?– también sirven como referentes del personaje.
Este es un cómic muy entretenido, con una estructura que –al igual que las misiones imposibles de Tom Cruise– empieza mostrándonos pequeñas (por extensión) misiones de la espía, para luego desarrollar el conflicto al que se enfrenta el personaje (una lucha por la redención) en una trama mucho más larga que contiene los principales ingredientes del género, o sea, traiciones, conspiraciones, pistas falsas, agentes dobles, terroristas megalómanos… y a la siempre bajo sospecha SHIELD.
En este sentido, el guion desarrollado por Nathan Edmonson hace honor al género, con unos diálogos –y más de una situación– que sortean bien los tópicos gracias a un sentido de la acción (y del humor) que nos sumerge de lleno en la aventura. La narración es en primera persona, con Natasha haciéndonos partícipes de sus dudas y reflexiones. Es su historia y como tal, la cuenta ella.
Uno de los puntos más destacados está en que en sus primeros números, la acción se presenta in media res, se nos da la situación actual de la protagonista y se nos cuenta como ha llegado hasta ahí, como una forma de potenciar la tensión. Llegados a la mitad de volumen –muy inteligente por parte de sus autores antes de agotar el recurso– los hechos pasan a estar narrados en presente, de forma lineal.
En el apartado visual, cualquier cosa que se pueda decir del dibujo de Phil Noto es poco. El artista interpreta a una Natasha tan sensual como implacable, que en ningún momento pierde un ápice de su feminidad, ya sea en las escenas cotidianas o en las que tiene que demostrar sus aptitudes como espía. Un trabajo magnífico.
La composición de las páginas se caracteriza por el gran número de viñetas que albergan, confiriendo un ritmo pausado al relato que lo acerca a los thrillers clásicos del género –aspecto que no contradice a las referencias más actuales dadas hace unos párrafos–, permitiendo además apreciar los detalles que van conformando la trama. Las muchas y pequeñas viñetas que encontramos en su mayoría hacen un interesante contraste con otras muy amplias que presentan escenas de acción, de gran impacto visual, o (más importante) a la protagonista en primer plano, para enfatizar su mirada y abrir sus pensamientos.
Este primer volumen de Viuda Negra es un nuevo ejemplo –y seguro que no será el último– del lento aunque buen trabajo de las grandes editoriales para hacer justicia a sus personajes femeninos y traerlos a la primera línea.
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