Lazos de Sangre #2: Boba Fett está Muerto

Lazos de Sangre #2. Boba Fett está Muerto: Ajustando cuentas

Lazos de Sangre #2: Boba Fett está Muerto

Vale que sea un fan de Boba Fett, y que mi habitación dé buena cuenta de ello con los diferentes muñecos, peluches o maquetas que contiene. Pero aparte de todo eso, debo decir que este número me ha parecido ciertamente soberbio. Para empezar, el título (Boba Fett está muerto) ya hace que uno sea un poco incrédulo y piense que no puede ser así (por favor, estamos hablando de Boba Fett, el cazarrecompensas más duro de toda la galaxia, el único que logró dar caza a Han Solo después que muchos lo intentaran y no lograran más que un disparo de recuerdo). Con semejante titular abres el libro con sumo respeto y leyéndolo muy despacio, intentando degustar todas y cada una de las viñetas. Además la imagen de portada de Boba Fett tirado en el suelo hace crecer más el interés del lector.

 

Una vez abierto el cómic te encuentras con una lámina a todo color de un soldado imperial sentado sobre un Dewback sosteniendo el casco de Fett, al más puro estilo Shakespeareser o no ser…«), para pasar a una nueva imagen de un cuerpo muerto que no es otro sino nuestro cazarrecompensas. Y ahí empieza el jaleo, con las primeras palabras del cómic que son las que le dan título.

 

Y a partir de aquí todo son imágenes hechas con un primor superior, algo que acompaña al cómic entero. No olvidemos que cuando uno va a una librería y coge un cómic lo primero que hace es ver el dibujo (¿Estará bien dibujado? ¿Quién lo dibuja? Entra por los ojos), y el trazo de este, como digo, es de una finura indiscutible. La mano de Chris Scalf es de un cuidado que da miedo. Ya lo dejó claro en el primer número de esta serie, y me alegró mucho que precisamente un dibujante como él diera vida a uno de mis personajes favoritos. Misterio, oscuridad, inteligencia… son algunas de las características que siempre ha rodeado a Boba Fett, incluido su origen. Alguna pista de ello se nos dio en el Episodio II: la Guerra de los Clones, cuando se nos presenta a su padre (Jango Fett) como la persona a partir de la cual se toma la sangre para la creación de los clones de las tropas de la República.

 

Boba Fett en el universo Star Wars

 

Como clon que era de Jango Fett, tenía muchas de sus características si no todas, además de estar inalterado genéticamente ese ADN, no envejecía tan rápidamente. Este es el origen que se sabe, pero no más, o al menos no más de su padre, Jango. En el Episodio I: Una Nueva Esperanza podemos verle haciendo un brevísimo cameo en la carrera de Speeders en Boonta, tras lo cual desaparece hasta el Episodio II. Durante el tiempo que pasa entre que Mace Windu mata a Jango hasta que aparece en el Episodio V: el Imperio Contraataca, Boba Fett fue un cazarrecompensas a sueldo al mejor postor. Intuimos que fue una persona que fue haciéndose a sí misma, ya que cuando su padre muere, Boba debe contar cerca de 12 años.

 

Lazos de Sangre #2: Boba Fett está Muerto

 

Así pues le encontramos en el Episodio V, dando caza a Han Solo para congelarlo en carbonita y llevarlo ante Jabba el Hut. Y es precisamente con el Episodio VI: el Retorno del Jedi cuando le volvemos a encontrar, cuando Lando Calrissian, Leia y Luke van hasta la caverna de Jabba para rescatar a Han Solo. En la lucha que se sucede en el desierto Boba cae al foso de Sarlacc y… ¿muere? No, sobrevivió. Pero según parece fue el único que logró tal hazaña, además de incluso matar al «poderoso Sarlacc«. Aunque es cierto que se salvó, fue a costa de grandes y serias heridas en su cuerpo. Tras esto, Boba Fett parece que volvió un poco a las raíces de su padre, de quien se cree que era Mandaloriano, y volvió al planeta Mandalore, donde se llegó a convertir en «Mandalore» (el jefe supremo, por así decirlo, de los mandalorianos), y lideró los ejércitos en la guerra Yuuzhan Vong, según parece (de la cual hay también una colección de Planeta actualmente, Star Wars: Invasion, siendo el número tres el último editado en España). Llegó a luchar contra Darth Vader en varias ocasiones (Star Wars: Enemigo del Imperio), saliendo ileso de todas ellas, quedando dichos combates en tablas, algo que pocos pueden decir cuando se enfrente a Vader.

 

Un hombre, guerrero, aliado, enemigo, maestro, líder… y es que es imposible pensar en alguien como Boba Fett con un único calificativo. Se vendía al mejor postor, sin importarle nada. Pero también tenía su pequeño corazón debajo de esa armadura mandaloriana. Llegado el momento entrenará a la propia hija de Solo y Leia Organa, Jaina. De hecho no es solo un cazarrecompensas solitario, sino que se sabe de una relación con una mujer, Sintas Vel, fruto de la cual nace su hija, Ailyn, y tanto la madre como la hija parecen tener gran parte de las habilidades de Boba Fett. Ellas aparecerán en este número.

 

Si en el primer volumen veíamos la relación entre Jango Fett y Boba Fett, este segundo número nos incluye en la tercera generación de los Fett (cuidado, que se sabe hasta una cuarta generación, su nieta, Mirta Gev). Como no podía ser de otra manera, si la saga se llama Lazos de Sangre es lógico que se nos presente este tipo de cosas, por eso me ha parecido interesante hacer esta especie de resumen (muy resumido) del personaje de Boba Fett y poder incluirlo en su marco.

 

Star Wars. Lazos de Sangre #2: Boba Fett está muerto

 

Siguiendo con los artistas que han dado vida a este número tenemos que citar a David Palumbo, aclamado autor de numerosas portadas de cómics así como posters o incluso cartas del universo Magic. Aparte de trabajar para el universo Star Wars, también lo hizo entre otros para Marvel (los grandes siempre eligen a los grandes). La contraportada viene de la mano, otra vez, de Chris Scalf, y me parece que están muy en consonancia las dos cubiertas. Si en la primera encontramos un Boba Fett muerto, tirado en el suelo, en la contraportada encontramos un Boba Fett que te está apuntando con su arma, como si te estuviera diciendo adiós, como si tuvieras la suerte de ser uno de sus encargos y este a punto de dar el tiro de gracia.

 

El guión viene de manos de Tom Taylor, gran guionista de quien ya he hablado por estos medio al hablar de otro de sus trabajos, Star Wars: Invasion. Todo gran cómic tiene un gran guión, y este no lo es menos, pero aún así he de decir que se me queda un poco flojo, teniendo en cuenta los guiones tan extraordinarios que ha creado. No es que sea malo el guión, para nada, pero sí que en ocasiones te intuyes por dónde van a ir las cosas, y eso es algo muy malo para un cómic, porque no te sorprende. Le falta en ocasiones algún giro inesperado, algo o alguien que no te esperas. Además deja un par de misterios sin desvelar, nada importante, pero que al lector gustaría poder saber más.

 

¿Qué más se puede decir?

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