La espera entre tomo y tomo (el primero salió en 2014 y el segundo no llegó hasta 2017), pero Planeta Cómic finaliza con este tercer volumen la recopilación del trabajo de Pepe Gónzalez como dibujante en Vampirella. Una colección imprescindible tanto para rendir homenaje al artista y su importancia en el mercado norteamericano de los años 70, como para conocer más del personaje que ayudó a inmortalizar y que si bien hoy no goza de la salud y notoriedad de antaño, es historia de este popularmente conocido como «noveno arte».
En las presentes páginas, después de conocer el fatídico día después de la huída de Vampirella de Drakulón, su mundo de origen, seguimos a la heroína al deslumbrante mundo de Hollywood, que quiere verla convertida en una estrella, aunque también volvemos a encontrarnos con personajes como Adam Van Helsing, que fueran leales aliados en el pasado. El tono de las aventuras, pues, es continuista respecto a las lecturas precedentes, por más que los escenarios lleguen a tomar un cariz más exótico.
Las historias tienen cierto calado trágico y hasta perverso en algunos momentos (sin perder un divertido sentido telenovelesco), con argumentos que van del terror a la ciencia ficción fantástica, pero siempre apuntando a las inquietudes de la naturaleza humana, su moral y su corazón personificados a través de las vivencias de Vampirella y los personajes que se va encontrando en su camino. Relatos, por lo general, muy de la época, pero con gran validez a día de hoy. El carácter de recopilatorio hace que el desenlace quede un tanto cojo, pero es comprensible entendiendo el objetivo de la colección: recoger el trabajo de Pepe González como dibujante de Vampirella, ni más, ni menos.
Al igual que sucediera con los libros anteriores, el tomo se completa con una galería de 29 reproducciones de portadas clásicas de la serie de Vampirella que le aportan un estupendo valor añadido a la recopilación de Planeta Cómic. Se echa en falta, sin embargo, un texto a modo de prólogo que contextualice la publicación de estas historias, como sí sucedía, por ejemplo, en el volumen anterior. Esta ausencia se hace más notoria cuando llegados a la página 143 vemos que se repite una historia. Y aunque su inclusión por partida doble en el libro se explica en la misma página en una nota al pie, no habría estado de más una explicación más extensa de las particularidades de la publicación.
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