Rutger Hauer en Hobo with a Shotgun

IX Muestra Syfy. Día 2: Vampiros, mendigos y Vigalondo

Tras un inicio poco prometedor, la IX Muestra Syfy ha logrado motivar a los espectadores con humor, violencia y mucha serie B. El segundo día del festival nos ha dejado con Hell, de Tim Fehlbaum, con Stake Land, de Jim Mickle, y con Hobo with a Shotgun, de Jason Eisener. Ya entrada la medianoche la Muestra se despidió hasta el sábado con el «Trash entre Amigos» que presentan Nacho Vigalondo (Los Cronocrímenes, Extraterrestre) y compañía y que se vio acompañado de la proyección de Stonehenge Apocalypse, una TV Movie de 2010.

 

Hell, historia post-apocalíptica en la senda de títulos como La carretera o el cortometraje de Eduardo Chapero-Jackson The End, cuenta la ya socorrida historia de una familia que huye en coche en busca de un lugar seguro en el que poder asentarse, pero el encuentro con otros supervivientes del fin del mundo les obliga a luchar por salvar la vida. Al igual que los films mencionados antes, esta producción alemana está narrada con un ritmo muy pausado durante gran parte del metraje con el ánimo de llevarnos a la reflexión y contemplemos la barbarie a la que puede llegar el ser humano en momentos extremos. Nada nuevo bajo el sol y es que todo transcurre como viene siendo habitual en estas propuestas. Incluso su frenético final cumple con lo previsto. Aún así, sigue siendo una apuesta muy interesante en la que destacan dos aspectos: Hannah Herzsprung, su protagonista, que demuestra que las mujeres no son meros acompañantes y pueden llevar las riendas de este tipo de historias; y la huída a pie al final de la cinta, cámara en mano y una fotografía muy quemada en el que explota la tensión que se había venido acumulando hasta ese momento.

 

Uno debe estar mentalizado antes de ver Stake Land. La película de Mickle, que ganó el People’s Choice Award del Festival Internacional de Toronto en 2010, es pura y dura serie B. Una cinta de muy bajo presupuesto a la que hay que enfrentarse con grandes dosis de humor y aplaudiendo los méritos de los que hace gala, que no son pocos. La historia, a medio camino entre Karate Kid y Zombieland, nos pone en la piel de un chaval (Connor Paolo, al que podéis ver actualmente en Revenge) que pierde a sus padres cuando estalla en todo el mundo una epidemia que convierte a la gente en vampiros. Rescatado por el solitario y duro Mister (Nick Damici) viajará con él a través de unos devastados Estados Unidos en busca de una ciudad libre de la plaga.

 

No nos engañemos: el argumento no es nuevo y las referencias a Karate Kid pronto comienzan a tornarse repetitivas, pero Mickle construye una historia atractiva con un presupuesto de risa en el Hollywood actual y la película se disfruta mucho cuando se ve en compañía y abandonándonos al humor y a las pequeñas bromas que se permite el filme con o sin intención. Mención aparte merece el trabajo de Jeff Grace, a las órdenes de Howard Shore en El Señor de los Anillos y ahora componiendo por su cuenta para esta película una banda sonora seria y épica con abundancia en sonidos de piano, una sorpresa para un filme de su presupuesto. Volveremos a oír sus arreglos en la última jornada de la Muestra ya que es el encargado de ponerle música a The Innkeepers.

 

Connor Paolo y Nick Damici en Stake Land
Connor Paolo y Nick Damici en Stake Land

 

Tras Stake Land se proyectó uno de los hijos de Grindhouse, el homenaje a la serie B que se sacaron de la manga Quentin Tarantino y Robert Rodríguez hace unos años. Entre los trailers falsos que acompañaron a Death Proof y Planet Terror no sólo Machete ha terminado convirtiéndose en una realidad, también lo ha hecho Hobo with a Shotgun (Mendigo con una escopeta), nacida de la mente de Jason Eisener (Treevenge).

 

Hobo with a Shotgun os traerá recuerdos de Machete por su violencia y sus simpáticamente recargados monólogos, pero lleva el espíritu de esta película a un nivel completamente diferente, sumergiéndola aún más en la serie B (esas tripas de mentira, ese logo del Technicolor…) y a la vez elevándola al territorio del cine de culto con una cuidadísima iluminación y una base musical estupenda con ritmos tan ochenteros como los de Andi Sex Gang y Lisa Lougheed y la participación de bandas como Powerglove por puro amor al cachondeo. Su miríada de personajes grotescos sigue en la línea de los de Grindhouse y Rutger Hauer (nuestro replicante favorito de Blade Runner) nos brinda una actuación digna de un actor con una carrera tan dilatada como la suya. Hobo with a Shotgun es una película difícil de olvidar.

 

Hobo with a Shotgun
Uno de los carteles de la película

 

Para terminar el día por todo lo grande Nacho Vigalondo, el Señor Ausente, Rubén Lardín y Raúl Minchinela volvieron un año más a montar su Trash entre amigos para delirio del público, que se divirtió de lo lindo ayudando al director español y a sus colegas a desguazar la terrible TV Movie Stonehenge Apocalypse, una cinta tan soberanamente mala que no descartamos dedicarla un Cine de Barro en un futuro en esta revista. Los comentarios tocaron todos los palos, desde fallos de guión hasta fallos de vestuario y/o presupuesto. Se cantó, se gritó, se mandó a paseo lo políticamente correcto y, en definitiva, se convirtió la sala 1 de los Cines Callao en un salón de casa muy grande en el que muchos amigos se reunieron para ver una película. Una gran manera de cerrar la segunda jornada de la muestra Syfy.

 

El punto negativo lo tuvo que poner la organización del evento, excesivamente quisquillosa con las normas (no se nos permitió tomar fotografías antes de que el público se sentara) y demasiado obsesionada con hacer salir y entrar a todo el público una y otra vez a las salas, pero con muy poco tiento a la hora de controlar el sonido o la imagen de las proyecciones, que han entrado a destiempo en todas y cada una de las dieciséis películas proyectadas.

 

Stonehenge Apocalypse
La cinta no sólo esta doblada, sino que se emitió hace relativamente poco por la televisión

 

Hell visionada y comentada por Daniel Lobato

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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