Khaal. Crónicas de un emperador galáctico

Khaal
Desde Francia nos llega la historia de uno de los personajes más arriesgados del cómic contemporáneo.

KhaalKhaal: Crónicas de un emperador galáctico es una historia muy arriesgada, pues su protagonista es un villano absoluto, sin ningún tipo de oportunidad (ni interés) de redención. Khaal es un hombre terriblemente oscuro, sin nobleza alguna y cuya única ambición es el poder para llenar un vacío insaciable. Su furia y deseos no conocen límites.

Esta aventura galáctica se divide en dos capítulos: uno centrado en la ascensión al poder de Khaal y otro en el que tras conocer su origen, asistimos a su conversión en un dios.

En el primero se enzarza en una guerra por conquistar y «salvar» su mundo, siendo uno de los personajes más activos de la historia. Pero tal es su maldad, que ante la imposibilidad de Louis de mantenerlo como protagonista (ya que es imposible sentir ningún tipo de empatía ni afecto por él), en la segunda parte de la aventura su presencia desaparece casi por completo. Queda relegado a un segundo pero omnipresente plano. Enfrascado en sus luchas y sed de conquista la atención se fija en los que hasta ese momento habían sido personajes secundarios de la historia. De su problema de planteamiento, pues, Louis hace una virtud, ya que puede definir a su protagonista desde dentro (en la primera parte, como voz del relato), y desde fuera, desde una mirada externa (en este segundo capítulo, a través de la visión que de él tienen sus enemigos por sus actos).

Con un personaje así resulta inviable conectar con él público, por lo que Louis (guionista) y Valentin Sécher (dibujante) han de buscar otros medios con los que convencer a los lectores.

El interés de estos lo logran por dos vías. La primera reside en el espectacular acabado visual de la obra. Sécher concibe un mundo muy imaginativo, capaz de captar lo opresivo de la historia al tiempo que refuerza la sensación de la solitaria inmensidad del espacio (lo que no deja de ser también bastante desasosegante). El relato juega con un tono en el que no cabe la esperanza, y el artista lo transmite también con sus dibujos, imprimiendo así mismo un carácter muy realista a sus creaciones. La segunda de las vías está íntimamente relacionada con el aspecto gráfico (si bien, este no deja de ser una traslación de las intenciones de sus autores), y es el espíritu metafórico que posee.

Khaal

La obra hace varias alusiones más o menos veladas a La Tierra (quien sea seguidor de odiseas espaciales como Galáctica y su búsqueda de nuestro orbe no tardará en llegar a esas conclusiones), definiéndola como un lugar que anhela y alimenta la misma ira y sed de violencia de Khaal, instigadora y víctima de interminables guerras y de los actos más crueles. El despiadado emperador los males que nos pudren como especie: el miedo, que nos guía por una ambición desmedida y una violencia injustificada con el único fin de provocar el temor en los demás para anular el nuestro. Estas Crónicas de un emperador galáctico nos vienen a decir que el mal que perpetramos como especie solo atrae un mal mayor y tarde o temprano tanto caos y destrucción que causamos al mundo tendrá sus consecuencias.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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