De un tiempo a esta parte asistimos a una suerte de revival de dos géneros, el survival horror y el rpg por turnos, que parecían relegados a juegos de nicho con grandes exponentes, pero con poca trascendencia entre el gran público. Pero uno y otro se han visto beneficiados por el regreso de sagas clásicas (ya fuera a través de reimaginaciones de antiguas entregas o a través de nuevas entregas) que hicieron ver que tal vez estos géneros aún tenían mucho que decir.
En el caso de los rpg, buena parte de la culpa la tiene Atlus con la saga Persona como punta de lanza. El inusitado éxito de Persona 5 Royal dio a entender que había un mercado por explorar y un público ávido de experiencias… nuevas y clásicas. Ahí están por ejemplo los ports para nueva generación de los Persona 3 y 4, la segunda entrega de Soul Hackers o los recientes anuncios del reboot del Persona 3 original o Metaphor: ReFantazio, nueva IP que aspira a emular éxitos de sus hermanas mayores. Hay interés. Mucho. De ahí que se apueste también por recuperar ciertas licencias perdidas en el limbo de los cambios generacionales. Etrian Odyssey es el claro ejemplo.
Cierto es que no se trata de un rpg por turnos per se, sino que se acota más bien a los preceptos de los dungeon crawlers, pero al final, estos juegos de mazmorras no son sino un subgénero del juego de rol. Puristas aparte, que el juego tenga tal o cual etiqueta, es lo de menos.
Etrian Oddysey tuvo su momento en el ecosistema de Nintendo DS y parecía abocado al olvido hasta que Sega y Atlus han apostado por renovar las tres primeras entregas de la franquicia para Nintendo Switch y Steam (donde nosotros hemos podido probarlas) bajo el título de Etrian Oddysey Originis Collection, pudiendo adquirirse en pack o cada una de las entregas remasterizadas por separado.
Grosso modo, Etrian Oddysey nos pone en la piel de unos exploradores que se internan en unos misteriosos laberintos llenos de peligros. Parte de la gracia radica en que no nos metemos sin ton ni son en estas mazmorras, sino que debemos hacer de cartógrafos, recorriéndolas de cabo a rabo y trazando los mapas de los lugares que descubrimos. Si los mapas se han convertido en una ayuda crucial para solventar muchas aventuras hoy día, en Etrian Oddysey su valor es capital.
Y es que en las tres entregas el planteamiento jugable es muy similar. Creamos y gestionamos nuestro grupo de exploradores (personalizables en cuanto a nombres, clases y retrato), definimos la estrategia a seguir y nos adentramos en el laberinto (en un bosque, un castillo flotante o bajo el mar, dependiendo del juego). Una vez allí, en perspectiva de primera persona, avanzamos mientras dibujamos el mapa (señalando paredes, trampas, puertas y cosas así) y descubrimos secretos o combatimos con los monstruos del lugar en combates por turnos.
La propuesta general es sencilla y apetecible. Ahora bien, os espera una experiencia de lo más retante. Los Etrian Oddysey no son juegos especialmente fáciles. Exigen preparar bien nuestra estrategia y no lanzarse a una ofensiva total como pollos sin cabeza. Si lo hacéis, no duraréis ni un asalto y la frustración os hará abandonar el juego (por suerte, si no sois hábiles en este tipo de propuestas o si queréis un reto complicado de verdad, hay modos de dificultad para todos los gustos).
A esta elevada dificultad de base no ayuda lo obtusa que resulta su interfaz. Esta es poco intuitiva y durante los primeros compases del juego estaréis sufriendo para haceros con el control de su menú y -sobre todo- del apartado de gestión y creación del mapa (aquí se agradece la posibilidad de usar el ratón).
Con esa coletilla HD que acompaña a cada una de las tres entregas ya podéis imaginar qué nos ofrece Atlus. Estamos ante unos ports de las entregas originales de Nintendo DS, pero adaptadas a las particularidades de Switch y ordenadores. A nivel visual no esperéis ninguna maravilla. Se han mejorado texturas y gráficos, pero poco más. A este respecto, el trabajo es bastante conservador.
Sí hay un mayor esmero en lo que realmente importa al público español. Los tres juegos vienen traducidos a nuestro idioma, ampliando muchísimo la potencial base de jugadores que ven en el idioma un obstáculo insalvable. En los últimos tiempos Atlus y Sega están apostando por traducir sus propuestas a nuestro mercado y es algo que hay que celebrar y subrayar.
Teniendo presente que son propuestas muy de nicho, sus argumentos pecan de básicos y que requieren paciencia (son un pozo de horas), los juegos recogidos en Etrian Oddysey Origins Collection gustarán a nostálgicos porque podrán revivir las aventuras originales con mejoras visuales y adaptadas de la mejor manera posible a los sistemas actuales (no olvidemos que la familia DS contaba con una doble pantalla, lo que dificulta cualquier traslación a otro tipo de soporte); mientras que los neófitos encontrarán unas propuestas ciertamente diferentes a las modas del mercado actual (lo que supone un punto de «originalidad» a tener en cuenta) y podrán adaptar el reto a su propia exigencia (la accesibilidad es siempre otro punto a favor).
Analizada la versión de Steam.
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