«¿Cómo es posible que vuelva a llegar tarde al laboratorio?«

He estado dándole vueltas un rato a este cómic, pensando en a qué me estaba recordando, hasta que he caído. Cuando era pequeño, las gasolineras regalaban, base de cartillas de puntos, de todo: desde cuberterías hasta maquetas de coches pasando por cintas VHS de grandes éxitos del cine y, ahí quería llegar yo, capítulos sueltos de series de animación (yo tenía uno con tras capítulos no consecutivos de las Tortugas Ninja que estuvo décadas pululando por casa). Flash: El Hombre Más Rápido del Mundo es exactamente eso. DC necesitaba algo para promocionar su enésima intentona de triunfar a lo grande en salas y asentar su universo comiquero y, dado que la colección del velocista deceíta debe estar enfrascada en cualquier trama de las que le toquen, pues tomito al canto con tres aventurillas fáciles y a correr. Cierto es que es fácil entender que toda la acción de este cómic tenga lugar entre la película de la Liga de la Justicia y el filme de The Flash (el personaje sigue siendo un novato, se comparten personajes y situaciones…), pero tampoco es que estas tres historias hagan nada por profundizar y conectar con las dos películas.

Como mucho, lo que hace este cómic es mostrarnos como entre ambos filmes el héroe se ha ido haciendo famoso y cómo ha ido desarrollando nuevas habilidades a base de probarse a sí mismo en diferentes situaciones. Esto, al menos, explica que el Flash de la nueva película del argentino Andrés Muschietti sea un poco más eficaz y conocedor de los pros y contras de sus propios poderes cuando entra en contacto con una versión suya más novata y alocada. Sin embargo, Kenny Porter (guionista acostumbrado a los one-shots y encargos puntuales) no acierta a plasmar el carácter que Ezra Miller le da al personaje (también es cierto que ese nunca ha sido el carácter del personaje), por lo que es fácil pensar que este es otro Flash del multiverso que se nos menciona en la película que ahora trata de conquistarnos desde la cartelera.

«¿Sabías que Flash corre muy deprisa?«

Tienen una cosa más en común el cómic y la película de Warner: ambos son entretenidos, pero no volveríamos a verlos. La cinta, que tuve la ocasión de ver hace poco, nada entre la comedia, la cinta de superhéroes, el drama y la nostalgia sin llegar a casarse con ninguna de ellas, por lo que, si bien no aburre, tampoco llega a enamorar a un público que abandonó la sala en silencio y con cara de pocos amigos. El cómic no está mal, es simpático, pero es tan intrascendente que a los que ya conocemos al personaje nos habrá dado igual leerlo y a los que vienen de nuevas poco les va a aportar más allá de conocer a algunos de los enemigos del personaje de Central City reinterpretados por tres artistas diferentes.

Flash: El Hombre Más Rápido del Mundo

Y con el contexto artístico quería yo terminar. Más allá del hecho de que sólo el dibujo de Juan Ferreyra (colaborador en el segundo capítulo y habitual en los cómics de DC) me consiga convencer, lo cierto es que meter a tres distintos artistas sólo logra hacer que el resultado final de este cómic quede aún más deslavazado. Si DC pretendía proponer una introducción a la nueva película, habría sido mejor dejarlo en una única grapa… o haber mantenido el mismo equipo creativo para las tres que conforman el volumen que ahora pone ECC a la venta por algo menos de dieciocho lereles.