«Verás, siento curiosidad. ¿Eres totalmente de metal?«

Nos acercamos al desenlace final de la maravillosa (digan lo que digan los haters) etapa de Al Ewing al frente de la serie de Hulk. La pelea del coloso verde contra los U-Foes ha servido para que éste alcance su punto crítico y se enfrente a un cambio que ya veremos en qué consiste y qué lleva consigo asociado, pero también sirve para que, por detrás, los aliados (a falta de otra palabra que les defina) del piel verde se organicen y monten una suerte de comando gamma que va a servir para plantar batalla al Líder, el mayor villano al que el personaje se haya enfrentado desde que descubrimos lo de la puerta verde y su supuesta inmortalidad. La formación y el objetivo de este grupo la vemos en profundidad en El Inmortal Hulk #36 (#112), en el que la revancha de nuestro protagonista contra los Vengadores sirve también para que todos estos aliados puedan hacer acto de presencia y agruparse de cara al asalto final.

Me da un poco de pena, porque el Hulk de esta etapa me parecía prometer un poco más a nivel… ambiciones. Quiero decir, que aunque me esté encantando la etapa de Ewing, la dirección que había tomado la serie cuando Hulk aplastó Roxxon me flipaba por lo profundo de sus reflexiones sobre el capitalismo y sobre la manera en la que el hombre se convierte en su propio peor enemigo. Sin embargo, todo apunta a que la batalla final contra el Líder será, con mayores o menores sorpresas, una llamada al retorno del Hulk más destructivo y me quedo con las ganas de ver por dónde se habría dirigido toda esta historia de no haber aparecido el villano al que hay que derrotar.

«Me siento desconectada. Separada. El caos sigue viniendo«

Algo parecido pasa en la primera de las historias cortas que cierran el primero de los números que tratamos hoy (ilustrada, por cierto, de manera exquisita por Juan Ferreyra). En ella Ewing y Alex Paknadel (le hemos visto anteriormente relacionado con el universo Valiant) viajan a la época de los Vengadores Prehistóricos para mostrarnos a un primer Hulk, que nace con la idea de traer riqueza y prosperidad para su pueblo, pero que pronto descubre que la violencia y la venganza son sus únicas herramientas para poder dialogar con los que otrora fueran los suyos. Es el eterno drama de este personaje, que en el momento en el que más dialogante se pone, siempre llega alguien dispuesto a rescatar al viejo Destructor de Mundos.

El Inmortal Hulk #36 (#112)

El Inmortal Hulk #35 (#111) cierra con una segunda historia de complemento que apenas aporta nada y que justifica a quienes, de entre los lectores, se quejan por lo inflado de los precios de Panini en estas grapas… Cosas de la nueva gestión centralizada de la editorial a nivel europeo… El segundo número que nos ocupa, sin embargo, se centra en el punto de vista de Hulka sobre todo lo que está pasando con su primo y no contiene ninguna historia de complemento y cabría preguntarse si no habría sido más inteligente dejar un aderezo para cada cómic en lugar de vender uno a casi seis euros y el otro a tres. No vivimos en tiempos de grandes dispendios, cada céntimo cuenta y equilibrar los precios en las colecciones debería pasar por ser la estrategia a seguir por todas las sedes de la empresa italiana de cómics.