Hace unos días nos despedíamos de Gilad Anni-Padda con la finalización de sus aventuras en Eternal Warrior y ya lo tenemos de vuelta gracias a Incursión, una miniserie de cuatro números (que Medusa Cómics edita en nuestro país en un único volumen) en la que tiene que proteger al mundo de una tirana alienígena que quiere, literalmente, devorar el mundo. Esta especial naturaleza de la aventura, que va más allá de la dinámica de la colección de Gilad y cuya incidencia puede hacerse notar en el resto del universo Valiant o requerir de otros personajes del mismo para desarrollarse en la escala necesaria, es la responsable de que nos encontremos ante una historia independiente.

Esto lo vimos por ejemplo en Rapture, historia ilustrada por el español Cafu y que tenía en Ninja-K y Shadowman a sus principales protagonistas. De hecho podemos tomar Rapture como referente para abordar Incursión, tanto por el formato de la aventura, como por la participación de determinados personajes, como Tama, la jovencísima Geomante a la que cuida Gilad y centro de la historia que aquí se cuenta. Y, al igual que sucedía en Rapture, un lector con pocas nociones sobre el universo Valiant podrá acercarse a esta lectura, pero inevitablemente le faltarán multitud de elementos respecto al contexto y los personajes para disfrutar de verdad la historia y saber apreciar las implicaciones de la misma.

A medida que el universo Valiant se va extendiendo se vuelve también más complejo y la sombra de la continuidad empieza a hacer mella en su idilio con el público. Las historias protagonizadas por los principales personajes de la editorial ya no son tan accesibles como antes, aunque por suerte están aún muy lejos de lo que sucede en las dos grandes editoriales de superhéroes. Es por ello que si bien es cierto que cualquiera puede acercarse a esta Incursión, serán quienes hayan seguido los eventos de la editorial (más incluso que las aventuras de Eternal Warrior) quienes sabrán sacarle todo el partido.

Los guionistas Andy Diggle y Alex Paknadel han concebido un relato en el que prima la acción sobre todas las cosas. A Gilad le falta tiempo para coger su hacha y empezar a atacar a sus enemigos. Aparece una amenaza y el guerrero se arma para hacerle frente. No hay más. Como es habitual en las historias del universo Valiant, estas no engañan, muestran sus cartas desde el primer momento, lo que facilita que el lector se sumerga en la aventura, aún a costa de que el relato pueda perder en complejidad argumental. Pero si lo que buscamos es una historia en la que Gilad haga honor a su título de «Eternal Warrior» Incursión es perfecta para ello.