Es sintomático de que una obra tiene tirón cuando pasa de un formato a otro cada vez que tiene oportunidad y que estos formatos conviven en el tiempo acercando dicha obra a diferentes perfiles de público. ECC Ediciones suele trabajar mucho esta simultaneidad de formatos, de tal forma que las lecturas más icónicas de la licencia de DC Comics estén siempre más o menos disponibles para públicos y bolsillos diferentes. Ahí están La broma asesina, El regreso del Caballero Oscuro, Kingdom Come… o Justicia, volumen que repasamos en su edición «deluxe».

«No queda nadie para pedir justicia«

El equipo creativo detrás de las marvelitas Universo X y Paraíso X (Doug Braithwaite, Alex Ross y Jim Krueger) se atreve aquí a narrar un enfrentamiento entre la Liga de la Justicia de América y una suerte de Legión de la Condena (en ningún momento se denominan como tal) que, motivada por una pesadilla decide hacer el bien «mejor» que los héroes. No sin cierta pomposidad y grandilocuencia los autores parten de una interesantísima premisa que se va apagando poco a poco a favor de un relato más corriente sobre la resiliencia y voluntad de Superman y compañía.

En este sentido, Ross, Krueger y Braithwaite proponen básicamente un homenaje a la JLA, sin mayores ambiciones. No podemos esperar un ejercicio como el que hizo el propio Ross con Mark Waid en Kingdom Come. Justicia respira mucho clasicismo y cariño por sus personajes, siendo la caracterización más icónica de estos el aspecto más cuidado de la obra. DE ahí que el argumento, funcional y con un ritmo que va de menos a más, apueste por ir a lo seguro y explote los lugares comunes.

Al igual que en aquella empresa llevada a cabo por Ross y Paul Dini en la que exploraban qué definía a algunos de los estandartes deceítas (en libros como JLA: Libertad y Justicia o Wonder Woman: El espíritu de la verdad), el guion parece estar supeditado al dibujo. La historia es secundaria a la representación que hace Ross (apoyado por Braithwaite) de estos hombres y mujeres que parecen dioses entre nosotros, los mortales. Y es el trabajo artístico junto a su asimilación mediática a Kingdom Come, lo que convierte a Justicia en un cómic de culto. Tiene más fama que contenido, pero eso no resta a los valores gráficos y de homenaje que posee la obra.

Respecto a la edición, es una lástima que la portada principal, la que ilustra este artículo, está impresa en la incómoda funda de plástico que acompaña a esta línea DC Deluxe que tiende no solo a rayarse y borrarse, sino a rayar el propio tomo. Este, por su parte, viene con una cubierta alternativa que funciona en comunión con la ilustración de la funda, pero no por su cuenta. Cuestiones estéticas al margen, el cómic se ve beneficiado por la ampliación del formato respecto al comic-book tradicional, e incluye un puñado de extras muy recomendables al que -ya por pedir- le faltaría un índice. Este material adicional está compuesto por un texto de Jim Krueger (que sirvió de introducción en una de las ediciones norteamericanas, perfiles de personajes acompañados de pin-ups (para los héroes) e ilustraciones a lápiz (los villanos), un texto de Doug Braithwaite (también usado en su momento como introducción), una selección de originales, el correspondiente texto firmado por Alex Ross y unas páginas finales dedicadas a presentarnos bocetos de páginas y personajes.