Tras el éxito cosechado por Vengadores: Sin rendición era cuestión de tiempo que la planta noble marvelita diera luz verde a una secuela de aquella aventura que convirtió a La Tierra y sus héroes más poderosos en piezas de un maquiavélico juego entre Gran Maestro y Combatiente. Esa secuela, escrita por el mismo trio de guionistas ya es una realidad y toma por nombre: Sin camino de vuelta.

Lamentablemente en esta continuación el equipo no está al completo ya que por diferentes compromisos con la editorial dibujantes como Pepe Larraz o Stefano Caselli no pudieron volver a trabajar con estos personajes. A Caselli por ejemplo lo hemos disfrutado en los primeros números de Vengadores Costa Oeste a nuestro compañero Larraz le vamos a ver dentro de nada en el regreso de Jonathan Hickman a Marvel en el entorno de la Patrulla-X.

Algo parecido pasa con los personajes protagonistas. Algunos de los héroes que participaron en la primera entrega que no pueden estar aquí por la dinmámica que están llevando sus series. Ante todo Sin camino de vuelta es un evento que transcurre en paralelo a los argumentos de los protagonistas en sus respectivas series, un feliz experimento que quiere complementar a la cabecera principal de Vengadores, no entorpecer su desarrollo. Nada de esto impide, sin embargo, que la escala de este conflicto sea igual o mayor que la de su precedente.

Y aunque Sin camino de vuelta nazca como secuela de Sin rendición, el equipo de guionistas (formado por Al Ewing, Mark Waid y Jim Zub) se preocupa por hacer accesible su lectura para el lector casual, tanto a través de la propia narración (con suficientes detalles para situarla en su contexto), como de los textos incluidos en la sección La reunión, unos extras que buscan ahondar en la obra explicando aspectos del proceso creativo o del background de los personajes.

Uno de los aspectos interesantes de Sin camino de vuelta es la importancia de los personajes. La reducción de la plantilla respecto a Sin rendición permite dejar a un lado la dinámica eminentemente coral de aquella, para dedicar tiempo a cada uno de sus protagonistas. El ritmo de los acontecimientos es alto, la carga de aventura sigue siendo muy importante, pero la historia gana en el apartado emocional, dándole un mayor recorrido a los personajes. En estos primeros números, por ejemplo, destaca el registro de Hulk, Mapache Cohete u Ojo de Halcón. A la espera de comprobar como se desarrollan los acontecimientos, la cosa promete después de leer estas dos primeras entregas.

La única pega que encontramos en Sin camino de vuelta es el formato elegido para presentarla. La cadencia de publicación en EEUU para Sin rendición y esta Sin camino de vuelta era la misma, series semanales. Aquí en España, mientras que la primera se editó en un formato de tomo mensual con cuatro capítulos (un formato similar al de El asombroso Spiderman), para esta han apostado por la grapa quincenal, con dos capítulos en cada entrega. Siendo secuela de aquel evento, lo esperable y lo deseable por parte del lector era una coherencia en el formato. Pero bueno, son decisiones editoriales y tendrán sus motivos. Nosotros la disfrutaremos de igual manera.