Lobezno #26 (#132): El Día del Juicio

Lobezno #26 (#132). El Día del Juicio: Sin ganas

Lobezno #26 (#132): El Día del Juicio«Todos mis reflejos parecen rotos«

 

Me da en la nariz que los tres últimos cómics mutantes de esta tanda van a ser tres mojones como tres soles. Ayer me despaché a gusto con los Nuevos Mutantes y el que se convierte desde ya en la peor lectura de lo que llevo de año y hoy me encuentro con una entrega de Lobezno que me ha obligado a cerrar los ojos y roncar un par de veces. Que lo próximo que llegue sea X-Force con la tontería esa de Kraven no hace sino aumentar mi pereza. Mi teoría (más allá de lo de los Nuevos Mutantes), es que el crossover este les ha pillado a muchos con el pie cambiado. se supone que es un gran evento, pero no es un evento porque Marvel los desterró. Se supone que es muy grande, pero que no puede afectar ni a Vengadores (que bastante tienen ya con lo suyo) ni a los mutantes, cuya hoja de ruta está bastante clara. Entonces, ¿qué pueden escribir los autores que resulte interesante si no pueden jugar con el statu quo de ninguno de sus protagonistas?

 

El número del mes pasado de esta colección ya me daba mala espina, pero al menos pensaba que Benjamin Percy aprovecharía para cerrar la trama que quedó abierta desde X de Espadas, sin embargo, me encuentro en este cómic con que la situación se resuelve de la manera más absurda y estúpida posible (pasamos, como bien dice Solem, de no tener tiempo ni para mirarnos en un espejo a hacer una fogata con, no sé, los pelos de tu culo para que un demonio del infierno entre en calor y no se muera de hipotermia… Literal). Y de ahí avanzamos al momento de pulgares hacia arriba o pulgares hacia abajo (y como los gorilas…) que es, quizás, lo único que nos deja el culo algo más torcido del capítulo, con un Logan que no acepta un veredicto para el que no se siente preparado y que… si Percy le da un par de vueltas al asunto, podría llevarnos a una nueva realidad para el personaje.

 

«Por eso los bares son tan importantes para mí«

 

Siguiendo la estela de la versión norteamericana de esta publicación, Panini completa el número con un breve cómic que celebra los actuales veinticinco números de la colección (si Panini lleva ciento treinta y dos grapas publicadas, podéis haceros a la idea de la intrascendencia de la onomástica) con una historia que se va continuando de bar en bar a través de los años y con una curiosa galería de artistas invitados. Lástima que vengamos de un cómic intrascendente y no tengamos cuerpo para mucha tontería, porque lo cierto es que la historieta es moderadamente divertida, pero pega con toda la situación actual como un metalero en una convención de las juventudes cristianas pijas de Albacete.

 

Lobezno #26 (#132): El Día del Juicio

Lobezno #26 (#132): El Día del Juicio

 

¿Merece entonces la pena la compra de este cómic? Para los más completistas, quizás, para el resto ni por asomo. Ya lo decía el mes pasado: a Lobezno le hace falta un poquito más de desahogo cómico. La presencia de Solem, lejos de aportar algo de gracia, sólo hace que tengamos tantas ganas de afilar nuestras garras como las tiene el pobre de Logan. El mes que viene dejaremos atrás toda esta cosa de los juicios, los Celestiales y los Eternos y, esperemos, probablemente entonces volvamos a recuperar al Percy que tan buena marcha llevaba con esta colección hasta que la Casa de las Ideas decidió comenzar a ponerle piedras en el camino.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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