Oso vicioso: Las drogas son malas

Seguramente cuando se anunció que se estaba realizando una película sobre un oso que consumía cocaína y sembraba el terror en un bosque americano, muchos dijimos que las ideas de Hollywood estaban ya, literalmente, por los suelos. Pero es más sorprendente cuando te enteras de que la película está basada en una historia real, pero no tan salvaje, donde un oso consumía cocaína. Luego también te enteras de que la directora de la cinta es Elizabeth Banks y la protagonista es Keri Russell, pues las ganas de verla van en aumento. Y lo cierto es que Oso vicioso es una propuesta realmente divertida, gore y llena de sangre, pero que podría haber sido mucho más salvaje y mucho más sangrienta. No escatima en sangre, pero muchas de las muertes del oso se dan fuera de cámara y solo oímos gritos; si querían ir con todo en la propuesta podrían haberlo incluido. Aun así, la cinta dura noventa minutos que pasan volando.

 

Oso vicioso

 

Nadie esperaba que Oso vicioso se tomara en serio así misma, y lo cierto es que no lo hace. Desde que arranca vemos por donde van a ir los tiros. Es una cinta que no pierde el tiempo es contarnos como el oso se ha convertido en cocainómano o tampoco tarda demasiado en mostrar muertes y sangre. Se agradece que se dejen de lado ciertas presentaciones y pasen directamente a lo que realmente nos importa de una película así: Violencia, gore y diversión. Y Oso vicioso tiene tramos donde consigue todo esto, donde está mostrando en pantalla aquello por lo que hemos pagado la entrada. Tiene momentos de tensión, de terror y de mantener al espectador pegado a la butaca. Pero es cierto que en muchas muertes parece que han querido ahorrar presupuesto en CGI o simplemente les apetecía llenar la pantalla de sangre hasta decir basta.

 

Y eso quizás hace que la película no se disfrute en todos sus minutos; pero sí es cierto que en su arranque y en el clímax de la misma la cosa mejora mucho. Elizabeth Banks consigue en todo momento mantener la atención del espectador; consigue meternos miedo y hacernos reír casi a la vez. Todos y cada uno de los miembros del elenco se lo pasan pipa y eso es lo que hace que la propuesta sea tan disfrutable. Además, queda como la última obra de Ray Liotta y le vemos disfrutar como un niño chico. Y es que Oso vicioso pedía cosas así, pedía disfrutar, pedía violencia y pedía sangre. Quizás podríamos haber tenido mucho más, pero lo que tenemos consigue convencer y entretener; que es, básicamente, lo que pedimos hoy en día al cine. La idea era increíble y dentro de una industria donde parece que todo lo políticamente incorrecto se queda fuera, cosas así son de agradecer.

 

Oso vicioso puede funcionar entre un público que busque eso, la diversión por encima de cualquier cosa. Que abrace la locura y que no frunza el ceño ante lo que está viendo. Podría haber sido mucho más violenta de lo que es, pero tenemos un producto simpático y lleno de violencia.

Acerca de Christian Leal

Avatar de Christian Leal

Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados