Hay películas que no piden a gritos una secuela. Menos si son películas cuyo éxito ha sido en pequeños nichos, donde el gran público apenas ha contribuido a ello. Black Phone fue una película que dio bastante que hablar en pequeños círculos, pero donde los espectadores tampoco la acompañaron demasiado. Era una cinta que nos devolvía a Scott Derrickson después de su periplo por Marvel y volvía a su mundo, el terror. Black Phone era una idea bastante original sobre un asesino en serie que se mezclaba con pequeños toques paranormales donde las antiguas víctimas del asesino se ponían en contacto a través de un teléfono negro. Su final no dejaba duda que hacer una secuela sería un error porque la cinta estaba más que cerrada, pero, como siempre, al final mandan las productoras y la secuela de Black Phone ha llegado. Black Phone 2 no mejora a la original, sino que además parece una secuela hecha para un “directa a Blu-Ray” por su calidad. Balck Phone 2 no tiene nada destacable, sino copiar de alguna manera a clásicos del terror como Pesadilla en Elm Street y mezclándolo con Viernes 13. No da miedo, los sustos son predecibles y el tema del teléfono negro se ha convertido en una especie de meme. Una cinta olvidable.
Black Phone 2 se sitúa años después de lo ocurrido en la primera entrega donde vemos como Finney, el niño que sobrevivió intenta vivir su vida de la mejor manera posible, sin olvidarse de lo que ocurrió. Pero su hermana a comenzado a tener una serie de pesadillas donde el raptor se le aparece en sueños intentando acabar con su vida. La premisa de la cinta es, básicamente, readaptar de alguna manera Pesadilla en Elm Street, donde Freddy Krueger cazaba a sus víctimas en los sueños. Aquí ocurre algo similar, cada vez que Gwen se duerme, comienza unas pesadillas donde el Raptor intentará acabar con su vida dentro en los sueños. Black Phone 2 ha pasado de ser una cinta más o menos terrenal en lo terrorífico, a una cinta de espíritus y fantasmas donde ya nada tiene sentido. Podíamos comprar en la primera entrega los pequeños momentos paranormales, que no eran muchos, pero en esta secuela todo gira en torno a los fenómenos fantasmales. No importaría si la historia estuviera bien contada, sino se repitiese constantemente o que su tramo final sea una fantasía sin ningún tipo de sentido, pero es que Black Phone 2 se alarga innecesariamente por todo lo anterior.
Y es que la historia paranormal no tiene la suficiente fuerza para aguantar las dos horas de metraje. Su primer acto repite, sin exagerar, tres veces la misma secuencia para que quede claro que el asesino esta vez ataca en los sueños. Y en su segundo acto todo esto le da igual porque el asesino ya puede atacar fuera de ellos rompiendo por completo todo lo que se había conseguido al principio, por no hablar de la excusa barata de llevar a los protagonistas a un campamento cristiano para tener allí el combate final. Y es que todo va desencadenando cada vez más situaciones rocambolescas y que sacan por completo de la experiencia. Black Phone 2 quiere ser muchas cosas, pero nunca llega a destacar en ninguna, ni en las interpretaciones, ni en los temas que quiere tratar ni siquiera en el terror, donde debería haber funcionado se queda muy descafeinado y siempre con esa sensación de estar viendo una película que se ha hecho con prisas y de la peor manera posible. Si es cierto que tiene alguna secuencia conseguida, alguna que dices “esto parece que puede mejorar” pero a la vez te está dando otras que no tienen sentido.
En definitiva, Black Phone 2 es una secuela que nadie pidió y que probablemente muchos olvidarán en poco tiempo. Lo que podría haber sido una oportunidad para profundizar en el universo creado en la primera película se ha convertido en una amalgama de clichés y decisiones narrativas poco afortunadas. Si buscáis una experiencia terrorífica auténtica, esta cinta os dejará con ganas de algo más, pues ni el miedo ni la emoción logran mantener el interés. Al final, queda la sensación de que el teléfono negro debería haberse quedado colgado y en silencio.

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