«La muerte forma parte natural del bosque, pero los hombres inventaron el asesinato«

 

Por fin llega a España la nueva etapa editorial de Lobezno tras la Era de Krakoa (y tras experimentos como el del Inferbezno o Lobezno: Venganza) y lo hace de la mano de Saladin Ahmed, un autor que no se ha prodigado demasiado en los cómics, pero que viene de firmar una etapa decente al frente de Daredevil (y del que he tenido que buscar información por mi cuenta dado que los Spot On de Panini son cada vez más insípidos). En fin, que Ahmed se lleva al mutante de las garras de adamántium de vuelta  a las tierras canadienses que le vieron nacer para vendernos, de momento, una suerte de precuela al paso del mutante por las filas de la Imposible Patrulla-X.

 

La nueva aventura comienza flojito. Rondador Nocturno viaja a Canadá para ver si le puede desfruncir el ceño a su amigo y se lo encuentra corriendo en pelotas con sus amigos los lobos (que es el equivalente en Lobezno a ir al spa a pasar el día) y de regalo se lleva un tiro que cualquiera diría que se había quedado al otro lado de la frontera. A partir de ahí nos espera un primer número con más violencia que sentido y con menos profundidad que las lagunas saladas de mi pueblo, lo cual no es la mejor de las cartas de presentación que se podría haber traído Ahmed consigo. Al menos esta primera doble entrega (y van a seguir siendo dobles hasta que alcancemos a los norteamericanos) termina con la promesa de una historia que sí que parece que va a merecer la pena, con el adamántium como telón de fondo para el enfrentamiento de nuestro protagonista contra un nuevo enemigo.

 

«Entonces lo comprendo: tiene miedo, pero no está huyendo«

 

Sí que me ha gustado bastante más el segundo número de esta nueva etapa. En él Saladin interrumpe el regreso de Logan con el resto de la humanidad con la aparición de un nuevo Wendigo con el que Logan va a conectar por una serie de motivos que no os desvelaré, pero que me parecen justos y que le dan a esta historia un toque de drama y de esperanza que le sientan muy bien al mutante de las garras irrompibles. ¿Tiene alguna esperanza este nuevo Wendigo? ¿Podría convertirse en un personaje recurrente? Ya sólo estas preguntas me hacen querer leer un poco más sobre esta nueva aventura.

 

 

Sin embargo lo verdaderamente importante parece cocerse lejos de allí, con un nuevo vistazo a las idas y venidas del ser que está llamado a luchar contra Logan y que me recuerda demasiado (ahí te has columpiado fuerte Marvel) a la forma definitiva de Veneno que nos mostró Panini hace nada de tiempo en la (prescindible) Guerra de Veneno. Espero, de algún modo, que pronto abandonemos el territorio precuela y que las aventuras de Logan por solitario y las que vive como parte del profesorado de la Imposible Patrulla-X comiencen a coexistir, sobre todo por la sinergia que se pueda establecer entre ambas series. Hasta entonces seguiremos viendo nevar al norte de la frontera con los Estados Unidos.