«Parece que he llegado justo a tiempo«
Pues sí. Justo a tiempo. Justo cuando la Era de Krakoa se ha terminado, justo cuando Lobezno ha dejado claras sus intenciones de ir por libre (en Patrulla-X #1) y cuando lo más parecido a una serie que se atisba en el horizonte para el mutante de las garras de adamántium es la golosísima colaboración entre Jonathan Hickman y Greg Capullo que llevará por nombre Lobezno: Venganza. Justo en este momento llega Caza Sangrienta y a las buenas gentes de la Casa de las Ideas se les ocurre prestarle el personaje a Tom Waltz (Las Tortugas Ninja: El Último Ronin) para que lo ponga en camino a ninguna parte y ya de paso lo ponga a bailar al son de los vampiros comandados por el simpático de Blade.
Y resulta que éste era el momento preciso, leyó Waltz la etapa de Benjamin Percy en profundidad y nos deja una aventura que se puede leer perfectamente por separado, pero que rinde un estupendo tributo a todo lo que hemos venido leyendo hasta ahora en esta cabecera. Vuelven personajes como Jeff Bannister o Louise, vuelve Rebelde y vuelve Logan a ser el mejor en su trabajo, cansado ahora de las asociaciones, los grandes equipos y los sueños cumplidos que esconden pesadillas detrás. Y nos encontramos con que el mejor momento para cualquier personaje con serie propia para enredarse en un crossover editorial es… cuando ya no tiene serie propia. Porque es entonces cuando el personaje en cuestión, libre de ataduras y compromisos, es capaz de ofrecerse por completo a la diversión que pueda darnos cada nueva aventura transversal a la editorial.
«Y ahora aquí estás. Todo cabreo, todo vinagre…«
El cruce entre Lobezno y Caza Sangrienta se convierte entonces en cuatro capítulos (que Panini ha tenido la inteligencia de recopilar en un único tomo) de pura diversión que nos mantienen pegados a las páginas de este tomo sin más pretensión de la que pasemos un buen rato con nuestro personaje favorito haciendo las cosas que más y mejor nos esperamos de él. Todo ello con una labor tan mimética para con la etapa saliente que uno se queda con bastantes ganas de leer más cositas de Waltz para con este personaje (y más si se vuelve a traer a Juan José RYP para el currazo de pasar los guiones a algo que merezca la pena ver una y otra vez).
Me mola tanto este tie-in también porque, si no somos muy tiquismiquis, funciona incluso al margen del evento en el que se enmarca. Es una gran historia para que Lobezno pueda sacar las garras de paseo, es una excusa para reunirlo con viejos y nuevos conocidos y es una fiesta de miembros cercenados con la excusa del vampirismo. Los lectores de toda la vida de este personaje no necesitamos más… ni menos.
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