«Los nuestros dependen de nosotros«
Voy a ser, por un momento, un poco capullo (ya está, ya he hecho el chiste malo, podemos seguir con nuestras vidas) y voy a recordar lo penúltimo que hemos leído en Panini sobre el mutante de las garras de adamántium. La Guerra de Dientes de Sable, escrita a cuatro manos y otros tantos pies por Benjamin Percy y Victor LaValle, fue un desastre argumental del tamaño de Krakoa, que llevó a nuestro protagonista a una batalla sin cuartel contra Victor Creed en un momento en el que los mutantes tenían cosas más importantes de las que preocuparse que de la manera en que estos dos mutantes con factor curativo se felicitan los cumpleaños. En aquel entonces dije que esa trama habría tenido mucho más sentido una vez dejáramos atrás la Caída de X y hete aquí que de repente la Casa de las Ideas se saca de la manga este Lobezno: Venganza, que vuelve a enfrentar a ambos personajes, pero esta vez sinque uno de ellos esté editorialmente atado de pies y manos por otras aventuras pendientes.
Lobezno: Venganza ya, sólo por eso, sería lo que la Guerra de Dientes de Sable no logró ser jamás. Pero la editorial norteamericana ha decidido subir bastante más la apuesta y al frente de esta locura nos encontramos a un equipo que nos hace babear con fuerzas: Jonathan Hickman y un Greg Capullo que regresa a la Marvel que le viera dar sus primeros pasos como dibujante de éxito… antes de dejarlo partir para que se hiciera mundialmente famoso por sus etapas al frente de Spawn y la que puede que sea una de las mejores etapas de la historia de Batman (loa que firmó con Scott Snyder desde 2011). Más aún, el guionista apuesta fuerte de primeras y nos sitúa en un mundo en el que la repentina muerte de Magneto ha generado el mayor pulso electromagnético de la Historia y ha privado de tecnología a la práctica totalidad del Hemisferio Norte.
«¿Quieres que suba ahí arriba Petey…?«
Para terminar de redondear la apuesta (y visto el éxito que ha tenido Caza Sangrienta) Marvel se decanta por una doble publicación (con o sin Red Band) para estómagos más o menos sensibles. Esto le permite a Capullo deleitarse con algunas ilustraciones que parecen sacadas del mismísimo infierno, pero un servidor sigue sin terminar de creer que este nuevo anzuelo vaya a seguir siendo eficaz durante mucho tiempo. Al final la gente comprará una versión o la otra de la historia y ya está. Me recuerda mucho a la moda de las mil portadas variantes: permitirá que algunos dibujantes se desmelenen de cuando en cuando, pero dudo mucho que vaya a ser la panacea para la venta de cómics en grapa a largo plazo.

La Red Band nos permite ver cositas como ésta en Lobezno: Venganza #1
Y de todos los mimbres anteriores nace Lobezno: Venganza. A Logan lo sueltan en un mundo en el que la mayor parte de sus amigos y conocidos ha muerto y se dedican a torturarlo desde cuando la trama está a punto de cumplir las veinte páginas y hasta que el personaje diga basta y comience, como tal, la acción que da título a este cómic y que promete ofrecernos litros y litros de plasma, glóbulos rojos y plaquetas, sin importar demasiado la versión de la misma que nos haya dado por leer. No llevamos ni la mitad del tomo y un servidor ya está dentrísimo, con la tranquilidad de estar leyendo algo fuera de la continuidad y con la alegría de ver en acción a dos de los mejores en su trabajo al frente de una miniserie preparada para su puro disfrute.
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