En la industria del videojuego es bastante complicado encontrarse con propuestas que puedan llegar a ser una sorpresa. Es complicado porque, en los últimos años, muchas propuestas comienzan a ser una copia de una copia, cambiando alguna mecánica aquí o allá pero nunca alcanzando algo que lo haga realmente distinto. Y voy a ser sincero, cuando se anunció Pacific Drive pensaba que sería un juego de conducción, de carreras de coches, donde tendríamos que ganar con condiciones adversas. Y qué alegría me he llevado al ver que no tiene nada que ver, sino que además es uno de los juegos más originales, bien pensados y mejor ejecutados de los últimos años. Pacific Drive es la ópera prima de Ironwood Studios, un juego de supervivencia con toques roguelite, donde el elemento más importante de todos es nuestro vehículo. Así, parecido a juegos como Days Gone, donde nuestra moto era el principal elemento, tendremos que cuidar del coche mejor que como cuidamos nuestro coche en la vida real. Pacific Drive es una de las grandes sorpresas indies y un serio candidato para estar entre los mejores juegos del año.
La historia de Pacific Drive cuenta que el mundo se ha ido un poco al traste y que hay una zona donde no se puede entrar debido a unas anomalías que hacen que todo lo que tocan sea destruido. Nuestro papel en esta historia es el de un repartidor que es enviado a esa zona y somos absorbidos, con lo que tendremos que buscar la forma de salir. Esto es, a grandes rasgos, la historia de Pacific Drive. Una vez arranca el juego te enganchará hasta el final. No solo por la historia sino también porque es un videojuego que sabe realmente lo que quiere hacer, sabe lo que quiere conseguir y sabe lo cómo hacerlo. Y todo se entenderá cuando tengamos el coche con nosotros. Una vez que tengamos el coche, hayamos llegado al garaje (como nuestra base de operaciones) es cuando todo arranca. La primera vez que nos subimos al coche, hacemos nuestro primer viaje, todo es un poco confuso con la cantidad de información que nos trasmiten para entender todas las mecánicas que el juego ofrece.
Es un juego que no escatima en gastos para hacernos sentir que de verdad estamos dentro de un coche y que parece que estamos manejando. En todo momento, cuando nos subimos al coche, tenemos que mover la cámara a la llave, girarla y arrancar, poner el freno para que el coche no se mueva o cambiar la palanca para comenzar a movernos. Todo esto, que al principio puede parecer una tontería, hace que la experiencia sea más inmersiva. También ayuda que tampoco tengamos mucho más de lo que preocuparnos que no sea nuestro coche y de nosotros mismos. Así, el juego se divide en diferentes expediciones que tenemos que hacer para ir abriendo carreteras para llegar cada vez más lejos, cumplir las misiones y volver a la base con nuestro coche y nuestro botín. Pero claro, esto así seria muy fácil, por ello tendremos que lidiar con las anomalías, con tormentas y con los elementos del entorno que harán que nuestro coche se deteriore. Es por ello que las runs son tan largas como nosotros queramos, es decir, podemos salir, visitar la primera intersección, recoger todo lo que haya y volver. Así conseguimos materiales para mejorar el coche y salir con mejor escudo a dar mejores runs. Porque si nos hacemos los valientes y morimos en la run, el juego nos quita todo y además lastima el coche más de lo habitual (aunque todo esto se puede modificar en las opciones, haciendo el juego mucho más asequible para quienes no busquen algo tan radical).
Y este es otro elemento muy a su favor, las mejoras del coche las tenemos casi desde el principio, tenemos una maquina que, si tenemos los elementos adecuados, podemos ir desbloqueando las partes del coche para mejorarlas. Así podemos tener los mejores elementos y hacer runs más largas. Pero no todo es bueno, o no es como se podría esperar, ya que para guardar la partida tendremos que estar en la base; si estamos en un viaje, no podremos guardar y continuar más tarde, por lo que vigilad bien con el tiempo que contáis y como queréis hacer las runs. También me he encontrado ciertos bugs, nada problemático, pero que hacen que la experiencia se pierda un poco, así como ataques enemigos que salen de la nada, dañando por completo el coche y donde tu no puedes hacer nada para evitarlo. Quitando estas pequeñas cosas, aunque lo del sistema de guardado sí es algo problemático, el resto del juego es bastante bueno.
Pacific Drive es por ahora mi juego favorito del año. Es un juego que me ha sorprendido gratamente, que tiene unas mecánicas muy bien marcadas y que sabe ofrecer al jugador aquello que vende. Es un juego que engancha y que no querrás parar hasta completarlo. Una ópera prima maravillosa y con ganas de saber que más nos ofrecerá Ironwood Studios en el futuro.
Analizada la versión de PlayStation 5.
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